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Incentivos a las empresas y reforma tributaria, base para capitalizar retorno de migrantes: UNAM
Catedráticos de la Facultad de Economía plantean una estrategia adicional que facilite la entrega de documentos para establecerse en el territorio, darles residencia y permisos para trabajar.

Los migrantes que han hecho de México un país de tránsito, destino y recepción de remesas, vienen de Centroamérica, particularmente Honduras, El Salvador, Guatemala, así como de Venezuela, Haití y Cuba.
Si México consigue fortalecer la economía local para propiciar una reintegración laboral de los migrantes que retornen al país de Estados Unidos, podría capitalizarse este momento, sostuvieron economistas convocados por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
En un seminario titulado “El efecto en México de Trump 2.0”, sugirieron una política que consiga incentivar la inversión de las empresas locales, generar ingresos tributarios adicionales para que el mismo Estado cuente con recursos para fondear programas sociales y educativos; y una estrategia adicional que facilite la entrega de documentos para establecerse, darles residencia y permisos para trabajar.
De acuerdo con Isabel Osorio, catedrática de la facultad de economía en la UNAM, adicional al retorno de migrantes, está el hecho de que México se ha convertido en país destino de migración desde el 2002, lo que ha sido particularmente creciente desde la pandemia.
Citó los datos recién publicados por Banco de México (Banxico) sobre el saldo de remesas en el 2024, para advertir que el año pasado se generaron 112 millones de dólares de envíos desde el país hacia fuera. Este saldo significa un descenso anual de 5.6 por ciento.
Aparte, Ana Valle, jefa del departamento de proyectos de movilidad y desplazamiento forzado de refugiados, precisó que los migrantes que han hecho de México un país de tránsito, destino y recepción de remesas, vienen de Centroamérica, particularmente Honduras, El Salvador, Guatemala, así como de Venezuela, Haití y Cuba.
Comercio e inversión
En la segunda sesión del día, dedicada a analizar los aranceles, comercio e inversión, el catedrático e investigador Clemente Ruíz Durán consideró que la embestida de aranceles para obtener beneficios, se ha convertido en una guerra comercial sin sentido.
Agregó que el acuerdo comercial con Estados Unidos y Canadá firmado en 1994, colocó a México con un superávit, porque “en ese momento aceptaron trasladar capacidades productivas a México. Esto da como consecuencia un saldo favorable a México que es difícil de revertir, incluso con aranceles”.
El experto, que ha sido maestro de los funcionarios que hoy administran las finanzas públicas del país, aseveró que el recuento de la operación del TLCAN y el T-MEC ha sido positivo para los tres países, pues ha ayudado a integrar aparatos productivos de los tres.
El reto ahora sería aumentar la capacidad de innovación y alta productividad de los tres países con una estrategia dirigida que permita limitar, sanamente, la dependencia del ensamblaje de China y desarrollar un cambio productivo regional.
Desde su perspectiva, el bloque de América del Norte cuenta con el mayor aparato productivo y para muestra agregó que el PIB de la región superó al de la Unión Europea en el 2024.
En su oportunidad, el especialista en macroeconomía y política monetaria de la Facultad de Economía de la UNAM, Santiago Capraro destacó que la guerra comercial que hoy tiene a México como uno de los protagonistas, inició cuando Donald Trump impuso la primera ola de aranceles a China en su primer mandato, en el 2018.
Recordó que la renegociación del acuerdo comercial que originó al T-MEC incrementó las exportaciones mexicanas a Estados Unidos y nos convertimos en el principal socio comercial de la economía estadounidense.
Sin condiciones endógenas para compensar
En otra conferencia, sobre el impacto macroeconómico de las políticas arancelaria y de migración de EU en México, el mismo especialista, Santiago Capraro, encontró positivo que el gobierno haya incluido a la banca de desarrollo en el Plan México para que financie directamente al sector privado con tasas de interés razonables.
Esta mayor participación de la banca de desarrollo puede ayudar a generar condiciones para estimular a la economía en el contexto de incertidumbre e incentivar los procesos de industrialización de los que hoy carece México.
En la misma mesa el catedrático Arturo Huerta dijo que México carece de condiciones endógenas para compensar el deterioro.
Explicó que ante la incertidumbre generada por la amenaza de aranceles, el tipo de cambio seguirá presionado y el Banco de México se verá orillado a subir de nuevo la tasa de interés de referencia para limitar la salida de capitales.
A nivel productivo, comentó que esta misma incertidumbre limita el ánimo para invertir y la capacidad de crecimiento de la economía. Se requiere política industrial y agrícola que necesita una baja tasa de interés.