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Orden contra atletas transgénero busca impacto olímpico
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, prohibió la participación de mujeres transgénero en deportes femeniles de su país; intenta que ese cambio tenga eco internacional en Los Ángeles 2028.

Invitadas previo a la firma ejecutiva del presidente Donald Trump, para prohibir a las niñas y mujeres transgénero participar en deportes femeninos.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó una orden inmediata para prohibir la participación de mujeres transgénero en disciplinas deportivas femeninas en Estados Unidos, abarcando desde secundaria hasta nivel universitario.
La orden, titulada “Mantener a los hombres fuera de los deportes femeninos”, ya está en operaciones dentro de ese país, pero busca que tenga repercusiones a escala global a través de los Juegos Olímpicos 2028, que se celebrarán en Los Ángeles.
Durante la ceremonia de esta orden, celebrada en el East Room de la Casa Blanca, Trump señaló que su intención es que el impacto trascienda a nivel del Comité Olímpico Internacional (COI), organismo que rige las reglas de los Juegos Olímpicos.
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Dijo que su secretario de Estado, Marco Rubio, tenía la indicación de dejar claro al COI que “Estados Unidos rechaza categóricamente la locura transgénero. Queremos que cambien todo lo que tenga que ver con los Juegos Olímpicos y con este tema absolutamente ridículo”.
El historial de atletas transgénero en Juegos Olímpicos se reduce a dos personas: Rebecca Quinn, quien representó a Canadá en futbol femenil en Río 2016 y Tokio 2020, además de Laurel Hubbard, quien compitió en levantamiento de pesas para Nueva Zelanda en Tokio 2020.
El tema aceleró polémica durante los pasados Juegos Olímpicos, en París 2024, cuando un par de boxeadoras fueron criticadas por poseer altos niveles de testorena: Imane Khelif y Lin Yu-Ting, aunque según los criterios del COI no tenían impedimento para participar como mujeres.
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Con su regreso al poder ejecutivo de Estados Unidos, Donald Trump retomó una de sus promesas de campaña y decidió firmar la orden de restricciones contra atletas transgénero dentro de las disciplinas femeninas, algo que presumió ante decenas de niñas y adolescentes.
“La izquierda radical ha emprendido una campaña a gran escala para borrar el concepto mismo de sexo biológico y reemplazarlo con una ideología transgénero militante. Con esta orden ejecutiva, la guerra contra el deporte femenino ha terminado”, declaró Trump enérgicamente.
Además, el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos podrá “revisar y ajustar, según sea necesario, las políticas que permiten la admisión al país de hombres que buscan participar en deportes femeninos. Si usted viene y dice ser mujer, pero en realidad es un hombre que está aquí para competir contra mujeres, vamos a revisar si hay fraude”, subrayó un funcionario a periodistas.
Hasta el momento, el COI no ha emitido una postura oficial al respecto. En ediciones anteriores, como París 2024, ha permitido que los organismos internacionales sean los que establezcan los parámetros de participación de género en cada deporte, pero lo ocurrido con las boxeadoras en la capital francesa hizo titubear estas decisiones.
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La única postura pública del COI fue una carta enviada a BBC, donde aclaró que “trabajando con las respectivas federaciones deportivas internacionales, el COI continuará explicando y discutiendo los diversos temas con las autoridades pertinentes”.
No obstante, apenas en diciembre pasado, el presidente de NCAA (circuito de deporte colegial más importante de Estados Unidos), Charlie Baker, mencionó que únicamente hay alrededor de 10 atletas transgénero dentro de una base total de 510,000 en el sistema universitario del país.
En 2010, la NCAA adoptó una política sobre atletas transgénero que permitía a los que habían pasado de sexo masculino a femenino competir en deportes de mujeres, siempre y cuando se hubieran sometido al menos a un año de tratamiento de supresión de testosterona.