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Longevidad paralímpica, vía medicina y tecnología
En el deporte adaptado las carreras de los atletas tienden a ser más largas por razones como la evolución de la especialización científica en sus prótesis y para tener más tiempo acceso de apoyos y becas.

De un total de 60 seleccionados mexicanos que participaron en los Juegos Paralímpicos de Tokio, cinco tienen 50 años o más y 10 se encuentran entre los 40 y 49 años. Mientras que a los 35 años se considera que un deportista convencional está en la etapa final de su carrera, es común ver a atletas paralímpicos compitiendo al mejor nivel por encima de los 40 años gracias a las particularidades de la carga de trabajo en sus entrenamientos y competencias, a su disciplina, al acompañamiento médico y a la evolución en la tecnología en los implementos deportivos.
Las atletas mexicanas más longevas en Tokio 2020 son la nadadora Patricia Valle y la lanzadora de disco Estelas Salas, ambas de 52 años. Claudia Pérez (tenis de mesa), Edgar Navarro (atletismo) y Patricia Bárcenas (powerlifting) tienen 50 años. Dentro de los que han obtenido medalla hasta el 31 de agosto, los más veteranos son Nely Miranda de 49 años (natación), Amalia Pérez de 48 (powerlifting) y Arnulfo Castorena de 43 (natación).
“A diferencia del deporte convencional, los atletas paralímpicos son los que más se mantienen activos, aún cuando ya no pueden mejorar sus marcas, porque no hay un programa que los pueda llevar a la inserción laboral. Tratan de alargar su vida deportiva, aunque no sigan siendo los resultados cúspide o el que los puso en la élite del deporte mundial, pero mientras puedan mantenerse como finalistas y con eso seguir accediendo a beneficios de apoyos y becas”, dijo a este diario el especialista en deporte federado, Juan Manuel Rotter.
El Dr. Edgar Arriaga, médico del deporte que trabajó durante siete años como jefe de servicios médicos del Instituto del Deporte de Nuevo León, explicó a El Economista que los deportistas, paralímpicos y convencionales, tienen cargas de trabajo con características distintas, lo que contribuye a que los atletas de deporte adaptado puedan prolongar durante más tiempo sus carreras.
“Las situaciones de fricción que pudieran condicionar a otros deportistas convencionales pareciera que en el deportista paralímpico pueden ser distintas. Háblese de, por ejemplo, situaciones de impactos constantes, (como en) el clavadista, el gimnasta, con otros factores que influyen como la altura, la potencia, la fuerza”.
El especialista agrega: “Toda esa suma de factores externos deportivos pueden traer con ello un poco de mayor fricción y desgaste. En los pacientes paralímpicos también debemos tomar en consideración que, en muchos de ellos, el implemento deportivo también puede favorecerlos un poco más y la intensidad del deporte (...) Pero no por esto pasemos por alto que la demanda que a los atletas paralímpicos les genera la actividad física en su deporte también es alta”.
Adicionalmente, la tecnología ha ayudado a aumentar el rendimiento de los atletas paralímpicos, al grado de generar controversia sobre las ventajas competitivas que ofrece el utilizar prótesis en ambas piernas, pero al mismo tiempo el avance de las herramientas tecnológicas ha permitido alargar las carreras deportivas, tanto en atletas convencionales como paralímpicos.
“Se ha ido sumando muchísimo en los implementos de los equipos, tanto para favorecer el rendimiento, pero también para la prevención de la lesión. La tecnología ha jugado un rol fundamental para lograr prolongar su vida deportiva”, dijo Arriaga.
La nutrición y la fisioterapia son ciencias que contribuyen a mantener el estado físico de los atletas, sin embargo, Arriaga indicó que lo principal es que el atleta adquiera una disciplina que lo oriente hacia la profesionalización, es decir, que “aprenda a comer, que sepa que tiene que generar entrenamientos de calidad, no tanto de cantidad, que tiene que documentarse y estudiar de su materia, no depender únicamente de un plan de entrenamiento generado por su entrenador; la capacitación constante del atleta conlleva al éxito en relación a una educación y mejor comprensión de su deporte”.
El médico del deporte explicó que no es posible establecer un rango de duración de la carrera de un atleta paralímpico, pues “hay muchos factores que pueden venir a condicionar el abandono de la disciplina, no necesariamente el factor biológico”, como la necesidad de entrar a trabajar.
Puede llegar a ser costoso para los atletas mantenerse en un buen nivel deportivo, sobre todo para los que no radican en la Ciudad de México y no cuentan con un patrocinador, pues las facilidades que ofrece la Conade y el Comité Paralímpico Mexicano están centralizados, ya que su operación se limita a la capital del país.
“Muchos de ellos, que trabajan en otros estados, a veces les es más complejo encontrar ese tipo de apoyos y hay que invertirle. A sus becas van a tener que restarle el hecho de que van a tener que gastar en terapias o en una nutrióloga. Una sesión de terapia física les puede costar entre 200 y 500 pesos y eso lo tienen que estar haciendo tres o cuatro veces por semana. Las sesiones de nutrición, que seguramente también es una cada 15 días, también les sale elevado”, puntualizó Arriaga.
Las clínicas Olympic Sport Medicine, del Dr. Eduardo Arriaga, dan servicio a la atleta de paratriatlón, Brenda Osnaya.