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Liga de Ascenso, abrir mercado sin echar raíces
Operar una franquicia de segunda división es un reto que no garantiza retorno de inversión. Los cambios de plazas de los equipos responden a la falta de ingresos por patrocinios o venta de boletos, además de que las condiciones económicas de la población no siempre favorecen al desarrollo del club. La migración es por la supervivencia en el circuito.

La Liga de Ascenso atiende la demanda de futbol profesional de los aficionados en grandes concentraciones urbanas, que por motivos deportivos todavía no cuentan con representación en Primera División.
El Ascenso MX tiene impacto sobre 10.9 millones de personas de 15 ciudades diferentes. No hay equipos que compartan sede con otro club. Guadalajara (Leones Negros), Ciudad Juárez (Juárez FC), San Luis Potosí (Atlético San Luis) y Culiacán (Dorados) son ciudades entre las 20 más pobladas del país, una razón más para que el deporte profesional de mayor impacto en nuestro país aproveche un mercado potencial.
Sólo tres plazas en Liga de Ascenso superan 1 millón de habitantes y Zacatepec es la ciudad con menor población que alberga un equipo profesional en México.
Según datos de Forbes México, el valor conjunto de las 15 franquicias de la Liga de Ascenso llega a 173.8 millones de dólares, y contempla el valor de la plantilla, la cotización de la marca y el valor del estadio, si es que el club es dueño del inmueble.
El valor de los equipos de Ascenso corresponde apenas a 8.7% del valor total de los 33 clubes profesionales del futbol mexicano (Liga MX y Ascenso MX). Es decir, el valor de los 15 equipos de la segunda categoría en México estaría 116 millones por debajo del valor de Chivas, que tiene una cotización de 290.2 millones de dólares.
La Liga de Ascenso ayudó a abrir plazas que nunca antes habían tenido futbol profesional, o cuya intermitencia y lejanía de años hizo imposible tener arraigo del deporte en ciudades como Tapachula (Chiapas), Hermosillo (Sonora), Cancún (Quintana Roo), Culiacán (Sinaloa), Zacatecas (Zacatecas) y Oaxaca (Oaxaca).
También permite que el futbol profesional tenga como escenario en el torneo de Ascenso y la Copa MX a ciudades que en el pasado acogieron a clubes de Primera División, como Ciudad Victoria (Correcaminos), Tampico y Madero (La Jaiba Brava de Tampico Madero) Zacatepec (Cañeros de Zacatepec) y Guadalajara (Leones Negros de la Universidad de Guadalajara).
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En la Liga de Ascenso se han registrado las peores entradas en la historia del futbol profesional de México. Loros de Colima, durante su último torneo en la división, en el Clausura 2017, llegó a registrar asistencia de 690 aficionados, 701 y 976 personas a sus partidos como local. Sólo duró un año la experiencia de la franquicia en la división, ya que descendió por rendimiento deportivo.
“Debemos de trabajar en el concepto de entretenimiento, darle al aficionado una experiencia igual o mejor que si fuera al cine, restaurante o concierto, porque competimos en ese nivel”, indicó Javier Llausás, director de marketing de Dorados de Sinaloa.
Después de los patrocinadores, la asistencia a los estadios representa el segundo rubro que más ingreso le genera a un club, pero en la Liga de Ascenso, donde el único objetivo de las franquicias es ascender a Primera División, son cada vez menores los dividendos por venta boletos. Los aficionados no responden de igual manera a la oferta de partidos de la categoría, respecto a rivales de Primera División, cuando los enfrentan en la Copa, y las estrategias comerciales siempre deben contar con apoyo de marcas regionales y estatales, así como vislumbrar en el horizonte un posible ascenso a la máxima categoría del futbol profesional.
Datos obtenidos por El Economista indican que los equipos en Liga de Ascenso deben aspirar a entradas promedio en un rango de 5,000 a 9,000 personas por encuentro para cubrir el gasto operativo de abrir el estadio en un día de partido. El número de aficionados que hace rentable o por lo menos cubre los costos de operación depende del precio de los boletos, que se determina según el nivel socioeconómico de las ciudades, el costo de producción, e insumos que se desprenden según el nivel económico de las ciudades.
“Por la región, los precios del boleto jamás podrán ser como en Guadalajara o Monterrey”, dijo Santiago San Román, presidente de Alebrijes de Oaxaca. El club que tiene cuatro años desde su fundación y el mismo tiempo jugando en Oaxaca, atribuye al perfil de una ciudad turística la poca respuesta de los aficionados a sus partidos.
Durante el último año futbolístico, apenas 4.8% de la población del estado acudió a un partido de Alebrijes. Según datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, en Oaxaca 66% de la población vive en condiciones de pobreza. continua pag. 52
Para Juan Pablo Rojo, presidente de Cimarrones de Hermosillo, se debe implementar estudios de mercado que ayuden al conocimiento y trascendencia del equipo en la región. Después, se debe ubicar empresas con solidez y conocimiento en la región, y elaborar estrategias según el perfil del aficionado al equipo.
“La liga está haciendo una alianza estratégica con una casa consultora muy importante que nos va a dar un estudio independiente de mercado, para que nos sirva de comparación con la percepción que tenemos a nivel estatal, nacional y de todos los equipos”, señala el presidente del equipo sonorense.
Javier Llausás señala que el desarrollo económico de las ciudades y el apoyo de empresas regionales ayudan a estabilizar los proyectos en la Liga de Ascenso. Dorados de Sinaloa cuenta con el apoyo de Coppel, Su Karne y Dportenis, empresas cuyos corporativos se encuentran en Sinaloa.
“Darle el retorno de inversión a los patrocinadores es un reto por el tema de la ciudad. Nosotros intentamos involucrar a todas las partes, posicionando un concepto llamado sábadorado, que sea el día de Dorados en la ciudad”, expone el director de Marketing de Dorados.
Dorados tiene como sede una de las cinco concentraciones de personas más grandes con equipo de futbol en la Liga de Ascenso, pero en la temporada actual sólo han asistido 79,000 personas al estadio, lo que se traduce en que 8.8% de la población total de Culiacán asistió a un partido de futbol.
Dorados y Cimarrones comparten un contexto donde el beisbol es uno de los deportes predilectos de los aficionados de esa zona del país, pero debido a la temporalidad de los torneos, pueden coexistir y en algunos casos tener éxitos de asistencia.
Juan Pablo Rojo, presidente de Cimarrones, indica que en los últimos tres años “hay un interés de parte de liga en cómo apoyarnos, nos apoyan en forma estructural, de consultoría, de cómo hacer que más clubes se manejen como empresa y no como un hobby”.
“No puedes echar raíces en una división en la que te quieres ir”, reflexiona Javier Llausás, sobre cómo la Liga de Ascenso es un torneo de transición, en donde todos los clubes buscan el ascenso a Primera División, en donde se encuentra la promesa de mejores ingresos, de hacer, en verdad, negocios.
En otros casos, como Cafetaleros de Tapachula, empresas y televisoras tardaron en llegar a un acuerdo con el club, porque la logística de traslados y distancia elevaba los costos de producción.
“Fue complicado desde el punto de vista administrativo. La ciudad tiene carencias en disponibilidad de vuelos y al no tener cercanía con el centro del país le restó interés a las televisoras para transmitir nuestros partidos”, expresa Gabriel Orante, presidente del equipo, cuando definieron al campeón de Liga de Ascenso de la temporada pasada.
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En una conferencia de prensa de urgencia, la directiva de Cafetaleros de Tapachula lanzaba un grito de auxilio (o amenaza) para contar con el apoyo de empresarios locales para la vigencia del proyecto deportivo.
Según la información de la directiva, se habían vendido menos de 100 boletos para el partido ante Atlético San Luis y los rumores sobre un posible cambio de sede crecían cada vez más.
Los clubes que deseen cambiar de ciudad tienen hasta el 30 de abril para notificar a la Liga MX sobre las nuevas ciudades que pueden albergar una franquicia de Liga de Ascenso.
Cafetaleros, Celaya, Alebrijes, Venados e incluso Cimarrones son equipos que, con base en algunos medios, han manifestado interés de cambiar de ciudad ante la poca venta de boletos y la falta de apoyo de empresas y gobiernos locales.
En la categoría es casi imposible echar raíces, 11 de las 15 franquicias tienen menos de seis años de residencia en su ciudad actual, los cambios son una constante en el torneo.
Una vez más, el tablero de la Liga de Ascenso moverá sus piezas.
