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Aboutrika, Marruecos y un Mundial en tierra del islam
Mohamed Aboutrika es un jugador egipcio, popular por sus actos en favor de su religión; encabeza una legión que entrega su vida por sus creencias y sus costumbres.
A Mohamed Aboutrika puede considerársele, antes que un buen futbolista, un musulmán ejemplar. El mediocampista egipcio cumple las reglas de la religión que profesan 1,800 millones de personas en el mundo, en al menos 50 países, y ha renunciado a los placeres terrenales, como el dinero, para erigirse como uno de los personajes más respetados en el ámbito social de su país. Sus festejos, más que un rito, son una obligación que tiene toda persona que profesa el Corán: agradecer los actos a Dios. Ahora está en un sitio donde más de 98.3% de la población profesa esta religión.
Por eso, cuando El Artista levanta las manos al cielo, se arrodilla y hace una plegaria, lo único que hace es el Al Dhikr: Los creyentes son aquellos que recuerdan a Alá siempre, parados sentados o acostados. El buen creyente busca el recordatorio , explica el documento: Características del musulmán , expedido por el Centro Cultural Islámico de México.
Lejos de la controversia entre el deporte y la religión musulmana -que prohíbe a las mujeres la participación activa, debido a que no deben mostrar partes de su cuerpo, e incluso presencial, como la prohibición para asistir a los estadios de futbol-, ninguna persona que profese el culto debe evadir los principios que estipula y eso incluye a los futbolistas.
Por ejemplo, la BBC informó que la temporada pasada en la Premier League, al menos 40 futbolistas eran musulmanes. El mayor reto para los jugadores se encontraba durante el mes del Ramadán, cuando deben realizar un ayuno desde el amanecer hasta el ocaso; otros futbolistas cumplen con el principio del Zakat, que consiste en hacer donaciones, como Karim Benzema, que concedió 3 millones de euros para la construcción de una mezquita en Lyon; mientras Yaya Touré llegó a un acuerdo con Puma para que la marca alemana otorgara artículos deportivos a niños africanos.
Sin embargo, Mohamed Aboutrika lleva más allá su cumplimiento con las normas de su religión, como cuando decidió renunciar al millón de dólares que le correspondían por ir de préstamo a Baniyas de la Liga de Emiratos Árabes Unidos, por la suspensión del torneo egipcio debido a la tragedia de Puerto Saíd, y en su lugar prefirió una reducción de su sueldo para detener los problemas económicos de su club, el Al-Ahly.
Tenemos que dejar este hábito de alabar a un jugador determinado, no es Aboutrika el que consiguió la Copa, fue todo el equipo. Sin los esfuerzos de los demás, yo no siempre podría hacer algo , declaró cuando en el 2006 ganó su segunda Liga de Campeones de África; al momento, él y su equipo han ganado cinco de las últimas nueve ediciones del torneo.
Las oportunidades para jugar en clubes europeos no han faltado para El asesino de la sonrisa, como se le conoce en Egipto, pero ha preferido quedarse y emprender un activismo constante, sobre todo en favor de los niños, en contra del hambre, organizando partidos de exhibición denominados: Futbol en contra de la pobreza, y siendo Embajador de buena voluntad de la Organización de Naciones Unidas.
Su retiro de las canchas en el Mundial de Clubes, a los 35 años de edad, con 10 distinciones individuales y dos Copas Africanas de Naciones, quedará como anécdota ante el homenaje que realizó con la playera 72, recordando al número de víctimas que perdieron la vida en Puerto Saíd.