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Cómo preparar el pavo perfecto para Navidad: Receta y tips de cocción

El pavo navideño exige técnica, tiempo y orden. Esta guía reúne la historia, la receta clásica y los consejos clave para lograr un ave jugosa, bien sazonada y correctamente cocida.
El pavo es uno de los grandes símbolos de la cena navideña en México, aunque no siempre se le trate con justicia. Su fama de platillo seco no tiene que ver con el producto, sino con errores de ejecución: descongelados apresurados, temperaturas mal calculadas y ausencia de reposo. Cuando se cocina con método, el pavo se convierte en el centro natural de la mesa, no por tamaño, sino por sabor.
El pavo es originario de Mesoamérica. Antes de la llegada de los europeos, el guajolote ya formaba parte de la alimentación y de los rituales de distintas culturas prehispánicas. Tras la Conquista, el ave fue llevada a Europa y, con el tiempo, se integró a las celebraciones invernales.
En México, su presencia en la cena de Navidad se consolidó en el siglo XX, impulsada por la expansión del horno doméstico y los recetarios familiares. Desde entonces, el pavo se asocia con abundancia, reunión y cocina de ocasión, una que no admite prisas.
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Rendimiento:
- Para 10 a 12 personas
Preparación: 40 minutos
Cocción: 4 a 5 horas (según peso)
Reposo: 30 minutos
Ingredientes:
Para el pavo
1 pavo entero de 6 a 7 kg, completamente descongelado
Sal fina y pimienta negra al gusto
Para la mantequilla aromática
250 g de mantequilla sin sal, a temperatura ambiente
4 dientes de ajo finamente picados
2 cucharadas de romero fresco picado
2 cucharadas de tomillo fresco picado
Para el relleno aromático
1 cebolla blanca, en cuartos
2 manzanas, en cuartos
2 ramas de apio
1 naranja partida a la mitad
2 hojas de laurel
Para la cocción
2 a 3 tazas de caldo de pollo o pavo caliente
Papel aluminio
Preparación paso a paso
1. Descongelar y preparar correctamente
El pavo debe descongelarse en refrigeración, calculando 24 horas por cada 2.5 kg. Nunca se descongela a temperatura ambiente. Una vez descongelado, retira menudencias, sécalo muy bien con papel absorbente y déjalo reposar fuera del refrigerador durante 30–40 minutos antes de hornear.
2. Sazonar bajo la piel
Mezcla la mantequilla con el ajo, romero, tomillo, sal y pimienta. Con cuidado, separa la piel de la pechuga y los muslos sin romperla. Introduce la mantequilla directamente sobre la carne y distribúyela de manera uniforme. Unta una capa ligera también sobre la piel.
Este paso es fundamental: la grasa protege la carne del calor directo y garantiza jugosidad.
3. Relleno aromático
Introduce en la cavidad del pavo la cebolla, manzana, apio, naranja y laurel. No compactes el interior. El relleno es solo para aromatizar; un relleno pesado impide la cocción uniforme y reseca la carne.
4. Hornear con control de temperatura
Precalienta el horno a 170–180 °C. Coloca el pavo en una charola profunda, con la pechuga hacia arriba. Vierte una taza de caldo caliente en el fondo para generar vapor.
Hornea calculando aproximadamente 40 minutos por kilo. Cada 30–40 minutos, baña el pavo con sus propios jugos o con más caldo caliente. Cuando la piel esté bien dorada, cúbrelo suavemente con papel aluminio para evitar que se queme antes de que la carne termine de cocinarse.
5. Verificar el punto de cocción
Lo ideal es usar un termómetro:
Pechuga: 74 °C
Muslos: 80 °C
Si no cuentas con uno, pincha la parte más gruesa del muslo: los jugos deben salir claros, nunca rosados.
6. Reposar antes de cortar
Retira el pavo del horno y déjalo reposar mínimo 30 minutos. Este paso es tan importante como la cocción: permite que los jugos se redistribuyan y evita que la carne se seque al cortarla.
Tips clave para que el pavo quede perfecto
- No hornees el pavo frío: siempre debe perder el frío del refrigerador antes de entrar al horno.
- No lo selles a temperatura alta: el calor excesivo reseca la pechuga.
- No te saltes el reposo: cortar antes de tiempo arruina el resultado final.
- Usa caldo caliente al bañar el pavo; el frío detiene la cocción.
Para la salsa y el servicio
Desglasa los jugos de la charola con un poco más de caldo o un chorrito de vino blanco, raspando el fondo. Reduce ligeramente y ajusta de sal. Sirve el pavo en rebanadas limpias, comenzando por la pechuga, acompañado de puré de papa, verduras asadas o una guarnición fresca que equilibre la grasa.



