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Gonzalo Celorio: “Seguimos padeciendo cierto centralismo cultural”
El escritor y académico recibirá este martes la Medalla José Vasconcelos; en esta entrevista reflexiona sobre la figura del político y creador de instituciones cuyo nombre da identidad a la presea que le otorga el Seminario de Cultura Mexicana. “No se puede hablar de nacionalismo de espaldas a la cultura universal”, argumenta de integrante de la Academia Mexicana de la Lengua.

Este martes 13 de mayo, el novelista, ensayista, divulgador, académico y gestor cultural mexicano Gonzalo Celorio Blasco, ganador del Premio Xavier Villaurrutia de Escritores para Escritores 2022 por su novela “Mentideros de la memoria”, será poseedor de la edición 2025 de la Medalla José Vasconcelos, con la cual el Seminario de Cultura Mexicana (SCM) reconoce a una persona mexicana por nacimiento que ha consagrado su trabajo a la labor educativa en campos como la ciencia o la cultura.
Con dicho motivo, El Economista conversa con el premiado para conocer su sentimiento como receptor de una reconocimiento que anteriormente se ha entregado a figuras del pensamiento como el historietista Gabriel Vargas Bernal, el arquitecto Luis Ortiz Macedo, el violonchelista Carlos Prieto, la historiadora Josefina Zoraida Vázquez, la filósofa Juliana González y el dramaturgo Luis de Tavira, entre otros.
“Me siento contento y satisfecho por dos motivos, fundamentalmente. El primero, por la institución que otorga esta presea. En segundo lugar, por la advocación de la presea misma, es decir, porque la entrega el Seminario de Cultura Mexicana y porque el nombre que lleva la medalla es el de José Vasconcelos. El SCM ha sido una institución que por más de 80 años ha cumplido con una misión vasconcelista que es la de evitar, hasta donde es posible, el centralismo que ha caracterizado a nuestro país, y ha llevado los beneficios de la cultura a los rincones más apartados del territorio nacional. Por otra parte, José Vasconcelos, un personaje ciertamente controvertido y polifacético, ha sido alguien que, en términos personales, me ha ayudado muchísimo porque ha encabezado dos instituciones que me han formado, en las que he participado y a las que le debo realmente mi vida”, comenta Celorio de inicio.
Ambas instituciones son la Secretaría de Educación Pública (SEP), de la cual Vasconcelos fue el primer titular y para la que Celorio trabajó durante los años 70, y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), de la cual es graduado el intelectual en cuestión, además de catedrático y para la que Vasconcelos fue rector durante la transición de una institución porfirista a una posrevolucionaria.
“Creo que tanto una institución como la otra tienen este espíritu nacionalista, ecuménico, amplio, precisamente, por la gran impronta de José Vasconcelos, quien tuvo la visión de llevar la cultura a todas partes del país”, agrega.
—¿Cuál es su opinión sobre la revisión de la figura de Vasconcelos y el nacionalismo educativo?
“Vasconcelos no es uno, sino que hay muchos Vasconcelos”, argumenta Celorio y explica: “Algo verdaderamente interesante en mi opinión es que al mismo tiempo que fortaleció el espíritu revolucionario y la expresión cultural y artística del país, cuando se desempeñó tanto como rector de la UNAM, pero fundamentalmente como secretario de Educación Pública, fortaleció el nacionalismo porque había que hacer el tránsito entre el ideario de la revolución mexicana y la conciencia cultural del país, y procuró que estos valores quedaran plasmados en sus manifestaciones artísticas”, comenta Celorio y amplía:
“Al mismo tiempo, y esto es lo verdaderamente asombroso, singular y admirable, es que Vasconcelos también impulsó la cultura universal. Es decir que su nacionalismo fue siempre visto como una relación dialéctica con la universalidad. Y es por eso que apoyó también a otros grupos, como puede ser el más internacionalista, vanguardista y moderno que fue el de la generación de los Contemporáneos”.
Ahora bien, se le pregunta sobre la revisión histórica actual que pone en tela de juicio la ideología nacionalista basada en la visión de Vasconcelos bajo la cual la SEP comenzó el fomento del español en todo el territorio y, de acuerdo con lo que han denunciado pensadoras y pensadores indígenas, derivó en la erradicación de otras lenguas e identidades:
“Trabajé en la SEP durante la elaboración de los libros de texto de español en la década de los 70, cuando el titular fue el ingeniero Víctor Bravo Ahuja. Entonces los libros por primera vez se llamaron de Español, porque antes esa palabra quemaba los labios, estaba satanizada, como lo está ahora. Previamente (al español) se le llamaba únicamente lengua nacional, y esto era una paradoja porque precisamente se evitaba el nombre de España sobre la lengua, pero al mismo tiempo se reconocía que la española había sido la lengua nacional, porque sin ella no habría nacionalidades (...) Es decir, la española, más que la lengua de la conquista, sin lugar a dudas, fue la lengua de la independencia. De no ser por el español, no habría nacionalidad mexicana, guatemalteca, salvadoreña, hondureña, argentina, peruana, etcétera; lo que no va en contraposición a la importancia y a la riqueza multilingüe y qué bueno que así se reconozca”.
—¿Cabe en la idiosincrasia mexicana actual una idea de nacionalismo?
“Sí. Pero creo que ésa es una de las grandes enseñanzas de la práctica de José Vasconcelos: no se puede hablar de nacionalismo de espaldas a la cultura universal. Tenemos que asumir que, como él dijo en ‘La raza cósmica’, las nuestras son sociedades mestizas y, por consiguiente, nuestro futuro está precisamente en esta pluralidad. De la misma manera en la que somos mexicanos, también somos peculiarmente europeos, es decir, hay una cultura dominante y una dominada a través de un proceso que, nos guste o no, fue como fue”, responde.
“Hay que asumirnos como lo que somos, porque, de lo contrario, se puede incurrir fácilmente en una demagogia que nos escinde, es decir, que nos quita una parte sustancial de lo que realmente somos en términos históricos. Entonces pienso que, de la misma manera en que debemos defender nuestra identidad nacional, debemos admitir que esta nacionalidad está integrada por una sucesión de mestizajes y culturas que constituyen precisamente lo que Vasconcelos, hace exactamente un siglo, llamó ‘la raza cósmica’”.
Ganadores de la Medalla José Vasconcelos
- 1999 Ernesto de la Torre Villar, escritor
- 2000 Miguel Huerta Maldonado, profesor
- 2003 Gabriel Vargas Bernal, historietista, creador de “la Familia Burrón”
- 2004 Luis Herrera de la Fuente, director de orquesta
- 2009 Elisa Vargaslugo Rangel, historiadora y escritora
- 2010 Luis Ortiz Macedo, arquitecto e investigador
- 2012 Carlos Prieto Jacqué, músico y escritor
- 2013 Ruy Pérez Tamayo, médico y divulgador de la ciencia
- 2021 José Sarukhán Kermez, biólogo, ex rector de la UNAM
- 2022 Josefina Zoraida Vázquez, historiadora y escritora
- 2023 Juliana González Valenzuela, filósofa
- 2024 Luis de Tavira, dramaturgo y ensayista
- 2025 Gonzalo Celorio, escritor y ensayista
A un siglo de "La raza cósmica"
Este año se cumple el centenario de la publicación del ensayo “La raza cósmica”, donde José Vasconcelos defendió la gestación de la ideología de una “quinta raza” como resultado del mestizaje de las cuatro razas primigenias –la amerindia, la europea, la africana y la asiática– que habitaron el continente después de la conquista.
“Tenemos que asumir que, como dijo Vasconcelos en ‘La raza cósmica’, las nuestras son sociedades mestizas y, por consiguiente, nuestro futuro está precisamente en esta pluralidad”.
Gonzalo Celorio, escritor y académico
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