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Cambio climático acapara atención en Davos

Los fenómenos ambientales relacionados al cambio climático son percibidos como los mayores riesgos que enfrenta la humanidad. México habla de descarbonización y plantea el desafío de generar energía limpia y barata durante sus primeras participaciones en el Foro Económico Mundial, mientras Trump ratifica la salida de Estados Unidos del Acuerdo de París.

A man install a board a the Congress Center during the World Economic Forum (WEF) annual meeting in the Alpine resort of Davos on January 20, 2025. (Photo by Fabrice COFFRINI / AFP)

A man install a board a the Congress Center during the World Economic Forum (WEF) annual meeting in the Alpine resort of Davos on January 20, 2025. (Photo by Fabrice COFFRINI / AFP)FABRICE COFFRINI

Cinco de los mayores riesgos que enfrenta la humanidad en la próxima década son ambientales. La pauta la dio el Informe de Riesgos Globales del Foro Económico Mundial en 2022, en este documento cerca de mil expertos y líderes mundiales concluyeron que el fracaso de la acción climática, el clima extremo, la pérdida de biodiversidad, el daño ambiental causado por los humanos y la crisis de recursos naturales, son parte de esta lista que urge a repensar las medidas para abordar los riesgos globales.

El fracaso de la acción climática, que se encuentra en el primer sitio, hace referencia al riesgo de que el mundo no logró mantener el aumento de la temperatura global por debajo de los 1.5 grados centígrados, como fue pactado en el Acuerdo de París; a este escenario se suma una transición climática desordenada en la que todos los países y sectores toman rumbos diferentes, lo cual dificulta la cooperación internacional, causa inestabilidad económica y desempleo, ralentiza la acción climática y propicia tensiones geopolíticas.

La llegada de Donald Trump a la Casa Blanca y el papel de Estados Unidos, el financiamiento de una transición energética justa y el logro de una gobernanza eficaz y fiscalmente sostenible en un panorama geopolítico cambiante, son temas prioritarios para estos días en Foro Económico Mundial 2025, en Davos, y que congrega a 3 mil líderes del sector público y privado de todo el mundo.

México quiere descarbonizar

Además de las sesiones dedicadas exclusivamente a los desafíos de nuestra región, los representantes latinoamericanos participan en debates y discusiones sobre sostenibilidad, instituciones financieras y estrategias para revitalizar el crecimiento económico debido a los temas climáticos. México ya tuvo sus primeras participaciones en voz de la secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Alicia Bárcena Ibarra, quien participó en los paneles “La descarbonización industrial como estrategia de crecimiento” y ”Proteger a las personas frente al cambio climático”.

Durante sus intervenciones, Bárcena aseguró que hay sectores muy concretos que pueden demostrar que la descarbonización puede ser un buen negocio y bueno para el medio ambiente. Puso como ejemplo al sector de la construcción. “El sector de la construcción, desde nuestra perspectiva, es uno de los que realmente se puede descarbonizar más fácilmente (...), genera alrededor de 160,000 empleos al año en México (...) Los escombros de la construcción pueden convertirse en un elemento muy importante para la economía circular (...) Las emisiones de gases de efecto invernadero asociadas, por ejemplo, con la producción de cemento, son alrededor de 23 millones de toneladas de carbono (CO²) equivalente y el 32% de las emisiones de este sector industrial. Así que, definitivamente, creemos que este sector en particular puede ser un muy buen ejemplo de descarbonización”.

Dijo que en México se seleccionaron ocho sectores a descarbonizar y fueron presentados en los Compromisos Nacionalmente Determinados, entre ellos: el residencial, los residuos, electromovilidad, sector agropecuario, industrial y reemplazo de vehículos.

Enfatizó que México busca de manera prioritaria, empezar a pasar del petróleo a energías más limpias dentro de los propios combustibles fósiles, pero fue franca, “somos un país que todavía depende mucho de los combustibles fósiles. ¿Cómo podemos, al menos, limpiar un poco más esos combustibles fósiles? Al final, lo que realmente necesitamos es dar acceso a la gente para bajar los precios, que es lo más difícil que todavía tenemos en un país que tiene tantas desigualdades en términos territoriales y demás.

Así que ese es el desafío, por supuesto, generar energía más barata, sin duda, no a cualquier costo. Por supuesto, debería ser renovable, preferiblemente, y eso sigue siendo demasiado costoso para mucha gente. Ese es el problema. La tecnología aún no está disponible, no es accesible como nos gustaría”. Por último, aseguró que la colaboración entre el sector público y el privado es muy importante para lograrlo.

El Acuerdo de París va, sin Trump

El regreso de Donald Trump a la Casa Blanca es un tema importante de discusión en Davos, dado las posibles implicaciones de sus políticas. De entrada, porque se ha retirado del acuerdo climático de París por segunda ocasión. “Me retiro inmediatamente de la injusta y unilateral estafa climática de París”, dijo el mandatario de Estados Unidos, al tiempo de firmar una de sus primeras órdenes ejecutivas con exceso de histrionismo el pasado 20 de enero.

Ese pacto, firmado en 2015 en la capital francesa bajo el amparo de la ONU, tenía como objetivo global que el incremento de la temperatura durante este siglo se quedara entre los 1.5 y los 2 grados respecto a los niveles preindustriales. Ahora con su salida, Estados Unidos se une a la lista de países que no forman parte del Acuerdo, en la que están Irán, Libia y Yemen.

Este año los casi 200 firmantes deben poner sobre la mesa sus nuevos planes, y Estados Unidos prometía que reduciría sus emisiones de efecto invernadero entre un 61% y un 66% en 2035 partiendo de los niveles de 2005. La salida del Acuerdo de París supondrá que este país ya no se sienta concernido por esas promesas de recorte.

Simon Stiell, secretario ejecutivo de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, ha dicho tras el anuncio de Trump que “el auge mundial que vive la energía limpia, valorado en dos billones de dólares solo el año pasado” continuará, e insistió en que ignorar ese contexto “solo enviará toda esa enorme riqueza a las economías competidoras”. Añadió que “la puerta al Acuerdo de París sigue abierta” –dijo en clara referencia a los desertores– y la ONU “agradece el compromiso constructivo de todos y cada uno de los países”.

Las diversas agencias de la ONU destacaron el enorme impacto negativo potencial en los esfuerzos para frenar el calentamiento global que tendrá la retirada estadounidense de esos foros; dirigentes y portavoces señalan que las razones de ese tratado internacional son “bastante obvias” tanto en lo humano como en lo económico, y que a Estados Unidos le saldrá caro ignorarlo.

Más tarde desde la Oficina del Portavoz de la ONU se aseguró a través de un comunicado que “la transformación prevista en el Acuerdo de París ya está en marcha”, con una “revolución energética renovable” que ofrece oportunidades de empleo y prosperidad.

Se agrega que “El secretario general confía en que las ciudades, los estados y las empresas de Estados Unidos, junto con otros países, sigan demostrando visión y liderazgo trabajando por un crecimiento económico bajo en carbono y resistente que cree empleos y mercados de calidad para la prosperidad del siglo XXI”, y que “Es crucial que Estados Unidos siga siendo líder en cuestiones medioambientales”.

El presidente Trump tiene previsto dirigirse a los participantes de Davos a través de un enlace de video el próximo jueves 23 de enero.

Periodista de ciencia en la sección Arte, Ideas y Gente de El Economista. Cuenta con maestría en periodismo sobre Políticas Públicas por el CIDE y es licenciada en Ciencias de la Comunicación por la UVM.

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