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Un saludo a las Musas Sonideras, que tomarán el Cervantino. ¡Aquí va!
El colectivo de mujeres detrás del micrófono gestado cinco años atrás busca generar una cadena económica asequible y que la comunidad LGBTQ también alce la voz en el micrófono. Su lema: “Mujeres apoyando a mujeres hasta que la sororidad se haga costumbre”.

Marisol Mendoza, cofundadora de las Musas Sonideras. Foto: Cortesía
Ser chilanga es abrazar la multiculturalidad, es luchar y conquistar los espacios, es apropiarse de los nichos, es disentir y abrir nuevas brechas culturales. La Ciudad de México y la zona metropolitana son tan vastas en sus identidades culturales como grandes son en población. En esta ciudad nos hemos hibridado y nos seguimos transformando.
Es sobre esta diversidad en la que la Ciudad de México fundamenta la delegación y el programa de actividades que se presentan en la edición 50 del Festival Internacional Cervantino, como estado Invitado de Honor, la primera distinción para la capital mexicana en las cinco décadas de la Fiesta del Espíritu.
Como parte de esta selección, este jueves por la noche, el escenario instalado en Los Pastitos, a las afueras del centro de la capital guanajuatense, hará bailar a propios y extraños con la mejor selección musical en los controles de las Musas Sonideras, un colectivo de mujeres que en cinco años de existencia ha luchado contra las imposiciones del género, una hegemonía masculina en la historia de los bailes de barrio liderados por la cultura sonidera, siempre bajo control de los hombres.
“Hace cinco años se conformó la organización de Musas como tal. Ahora somos alrededor de 40 sonideras en diversos países. Hay afiliadas en Estados Unidos y en Colombia, así como en varios estados de México. Somos el resultado de un trabajo enorme, arduo, bellísimo, de Marisol Mendoza y las compañeras por crear una relación de sororidad entre mujeres”, comparte en entrevista Mariana Delgado, cofundadora del colectivo.
Las mujeres han formado parte fundamental del movimiento de los sonideros desde sus orígenes, anota. El propio sonidero La Changa, en los años 60, comenzó sus pininos con la colaboración de “La socia”, en Tepito.
“Eso te habla de que la presencia de las mujeres detrás de los tornamesas y dentro de la familia sonidera es de larga data. Hay muchas sonideras reconocidas con muchos años de experiencia”, complementa. “La morena”, en Peñón de los Baños, o Lupita “La cigarrita”, en Tepito, con Sonido Campos, son solo dos ejemplos de tantos donde las mujeres son herederas de dinastías de Dj’s que ponen a bailar al barrio.
No obstante, anota Mariana Delgado, “no fue sino hasta que apareció Musas Sonideras que realmente se dio más visibilización hacia adentro y hacia afuera y también se comenzó a luchar por la ética feminista y sorora sobre todo. Uno de los lemas bellísimos del colectivo es ‘Todas juntas, nadie atrás, nadie adelante, hombro con hombro’”
Hasta que se haga costumbre
Por su parte, Marisol Mendoza, madre del proyecto, cuenta que ella misma es heredera de la dinastía Duende. Su padre tiene una trayectoria de 45 años tomando las calles y explanadas y es uno de los protagonistas del documental “Yo no soy guapo”, mientras que su hermano va a cumplir 28 años de experiencia en el micrófono. Antes las mismas bailarinas cuando entrabas al baño decían: ‘ya vámonos, ya van a tocar las mujeres’. Y era muy triste. Mi hermano ahora reconoce que antes no daba un peso por Musas Sonideras, pero ahora ve que ha crecido mucho bastante y dice que me admira mucho. Pero ahora el 80 por ciento de nuestro público son mujeres. Tenemos otro eslogan que dice: ‘Mujeres apoyando mujeres hasta que la sororidad se haga costumbre’, porque eso es lo que estamos trabajando hasta que nosotras también aprendamos a estar unidas, porque la unión hace la fuerza, la unión hace la rumba”.
Muchas mujeres han sido impulsadas por Mendoza y el colectivo, mujeres que llegan sin capacidad económica para hacerse de su equipo de sonido, pero sí tienen voz y ganas para irrumpir en esta cultura que es motivo de arraigo, identidad y pertenencia en el barrio.
“Ahorita mismo, todavía no vivimos de esto las mujeres, porque los contratos son por menos dinero, aunque ya los hay. Antes no había, solamente era por invitación a ‘cabinear’ o echarse un palomazo, pero hasta ahí. Tú gastabas en tu pasaje, en tu comida, pero no había esta retribución. Ahora, los contratos no son los que quisiéramos, pero hay. Yo creo que un día de estos ya todas vamos a tener contratos cada ocho días y vamos a poder generar todo lo que requerimos. Queremos generar una cadena económica para que nosotras podamos prestar nuestros instrumentos de trabajo para que otras mujeres cumplan sus sueños, desde las infancias sonideras, que la comunidad LGBTQ también venga y alce la voz a través del micrófono y haga bailar a la gente”.
Además de la presentación de las Musas Sonideras, la noche de este jueves los sonideros La Changa y Confirmación pondrán lo mejor de sus cumbias y salsas en el gran homenaje al sonidero Ramón Rojo, el Rey de Reyes.