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Otorgan Premios INAH a la investigación antropológica y el cuidado del patrimonio

El titular del instituto, Diego Prieto Hernández, entregó el galardón a 21 trabajos académicos de alta calidad, además de 31 menciones honoríficas; para esta edición se presentaron a concurso 265 tesis de grado y proyectos de diseño museográfico y exposiciones.

 

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Foto: Cortesía INAH

El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), entregó este martes en el Auditorio Jaime Torres Bodet del Museo Nacional de Antropología los Premios INAH 2022 a los 21 mejores trabajos académicos en las áreas de antropología, historia, conservación y difusión del patrimonio cultural, además de 31 menciones honoríficas que reconocen el amplio trabajo de investigadores en la materia.  

Los premios que se entregan año con año abarcan la investigación, las tesis de estudios profesionales de licenciatura, maestría y doctorado, los trabajos de rescate, restauración, conservación, protección y difusión del patrimonio arqueológico, urbanístico, y arquitectónico, así como de bienes muebles. Cada premio lleva el nombre de un destacado personaje que dedicó su obra al desarrollo del conocimiento en sus respectivas ramas.  

A nombre del jurado, Regina Martínez Casas reconoció la diversidad de factores que atravesaron quienes se sumaron a la convocatoria de los Premios INAH 2022, entre ellos, la dificultad para acceder a archivos y bibliotecas, realizar trabajo de campo y recibir asesoría de forma virtual, por mencionar algunos.

“La generación de investigaciones originales para la realización de tesis y trabajos académicos resultó especialmente difícil, por eso, este año, las y los premiados tienen más mérito; mientras que los comités del jurado tuvieron que adecuarse a los avatares de las sesiones virtuales. Así, conocimos los nuevos temas de investigación que nuestros colegas en formación y los ya consolidados están trabajando, y sobre sus perspectivas de análisis de diferentes realidades sociales y culturales propias de México.

“Esa es una de las bondades de los Premios INAH, porque no solo reconocen a aquellas investigaciones destacadas, sino también dan a conocer al gran público lo que hacemos las y los arqueólogos, antropólogos, historiadores, lingüistas y divulgadores del rico patrimonio del país”, sostuvo la especialista del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social.

En representación de los premiados, Geraldine Granados Vázquez, hizo hincapié en que cada investigación y proyecto postulante está respaldado por un colectivo, incluidos los sujetos de investigación que ofrecen su tiempo y su saber, los colegas que brindan sus impresiones, la familia y los amigos comprensivos y, por supuesto, el INAH, “una institución noble que, contra viento y marea, ha continuado sus labores durante 83 años.

“Durante todas esas décadas, el INAH ha sido el mayor generador de conocimiento antropológico e histórico en México y América Latina. Semillero de ideologías libertarias, madre del indigenismo, y hoy, la residencia de una gran diversidad de teorías y sujetos de investigación”, concluyó la galardonada por su tesis de doctorado en Antropología Física con el Premio Javier Romero Molina .

De acuerdo con Diego Prieto, director general del Instituto, “los premios INAH siguen adelante”, espera además que se reactiven y aparezcan muchas más propuestas en los años subsecuentes; agregó que cada vez se reciben más trabajos del extranjero, en esta ocasión fueron 8 postulaciones. “El Instituto está recuperando fuerza y prestigio en el ámbito internacional”, dijo durante la ceremonia de premiación.  

Festejar el talento: Diego Prieto

Ya en entrevista para El Economista, el antropólogo Prieto aseguró que es muy importante que se estimule la investigación, el pensamiento crítico, el desarrollo de las ideas y todas las tareas sustantivas que le corresponden al INAH en la investigación, protección legal, conservación técnica y sistemática de nuestro patrimonio cultural, pero también todo lo que atañe a la difusión, museografía y docencia. 

Dijo que el INAH está determinado a apoyar fuertemente a la investigación y a las escuelas que pertenecen al Instituto y a la Escuela de Conservación y Restauración de Occidente (ECRO Guadalajara), que aunque no pertenece (al INAH) es apoyada por el Instituto y la Secretaría de Cultura, “tenemos que alentar estas tareas en el gobierno de México”. 

Hizo hincapié en la importancia de premiar las tesis de licenciatura, maestría, doctorado, e investigación. Para este último rubro señaló que lo que se busca es que investigadores consagrados sigan  produciendo y accediendo a estos estímulos que otorgan prestigio y reiteran las capacidades que tienen para influir en los jóvenes investigadores. “Estamos festejando el talento, el esfuerzo, la dedicación y esta necesaria conjunción entre la tarea individual y colectiva”. 

Agregó que para el próximo año, que se premian los trabajos del 2022, se espera demostrar que ya se regresó al trabajo de campo, de archivo y en terreno, “seguramente para entonces se van a multiplicar los premios y las postulaciones”. 

Dijo que estos premios engloban temas muy importantes del pasado y el presente “tenemos que comprender que somos resultado de procesos que tienen una larga data, de impulsos civilizatorios que vienen  de milenios atrás, pero  también vincularlo con el conocimiento del presente , muchos temas que se relacionan con la criminalística, con la antropología forense, las autodefensas, diversidad lingüística, temas que no nos son ajenos”. 

Añadió que para ello se deben gestionar los recursos necesarios “sabemos que en la sociedad hay muchas necesidades y en una tan desigual como la nuestra, hay que atender a los sectores social, económico y culturalmente más desprotegidos. La investigación de estos grandes problemas necesita de recursos”. 

En medio de grandes recortes presupuestales en la materia y de reiteradas manifestaciones por parte de los trabajadores del INAH sobre la escasez de recursos, Prieto hizo notar que efectivamente, los recursos son escasos, pero expresó que con eso se tiene que hacer algo, además de algunos montos adicionales que se puedan conseguir. “Tenemos que aprovechar el recurso público, cuidarlo enormemente y aplicarlo con responsabilidad, hacernos cargo de que no falte lo indispensable”.  

Abrir el diálogo desde la antropología  

Héctor Valderde Martínez, quien fue acreedor a la mención honorífica del premio Miguel Covarrubias en el área de museografía, asegura a este medio que es muy importante que reconozcan su trabajo, “sobre todo de una instancia tan importante como es el INAH, esto demuestra que lo que hacemos tiene sentido para las personas y las instituciones, que son trabajos que no se quedarán solo en las bibliotecas, que los resultados sirvan para incidir en la sociedad”.  

El trabajo de Valverde fue dedicado a pensar los museos para una generación digital, analizar las nuevas narrativas y formas de contar nuestro México. Él reflexiona que es de suma importancia abrirse como investigadores y dialogar. “Es necesario que desde el Instituto se proyecte un mensaje a la sociedad, no solamente abordando el pasado sino entendiendo que la antropología se encarga también del presente”.  

Aunque aseguró que esto a veces es difícil, pues desde “la arrogancia de la academia” se podría pensar que lo que los investigadores dicen es lo importante,  la realidad es que hoy más que nunca se necesita la sensibilidad de escuchar, “así es como vamos a poder empezar a jalar estos hilos y comprender que podemos aterrizar los mismos temas que nos importan como ciudadanos y encontrar respuestas desde estas disciplinas”. 

“Un jefe me decía: Si no logramos hacer que la gente encuentre sentido en lo que hacemos y en nuestras investigaciones, vamos a ser especialistas en zarzuela, es decir, algo que no resulta relevante para las personas y va a perecer en las bibliotecas. Hoy tenemos la labor de lograr cómo hacer que la 'zarzuela' pueda ser relevante. Tenemos que entender estos ritmos y fraseos y por ejemplo, entender su relación con el reguetón y este fenómeno tan actual”. 

El INAH en 2023 

Al ser cuestionado sobre las próximas labores del INAH, el antropólogo Diego Prieto aseguró que el Instituto se encuentra en un proceso de consolidación, fortalecimiento y culminación. “Queremos el año próximo tener en lo esencial terminada la restauración de los bienes culturales que se vieron afectados por los sismos del 2017; también habrá una tarea inmensa para el salvamento arqueológico vinculado con las obras del tren maya y el mejoramiento de zonas arqueológicas”. 

Agregó que habrá especial énfasis en el mejoramiento y atención de algunas necesidades de cuidado y mantenimiento a los recintos culturales relacionados con el Bosque de Chapultepec; además de la atención de algunos rezagos en el mantenimiento de la red de museos. 164 espacios nacionales, metropolitanos, regionales, de monumento histórico, de sitio y de sitio arqueológico. También consolidar el apoyo a los museos comunitarios. 

Tendrán la tarea de seguir abonando para prevenir el saqueo y tráfico ilícito de bienes culturales, sobre todo arqueológicos, además de la recuperación de bienes en el exterior. 

Por último dijo que tienen la tarea de cuidar la presencia de México en el exterior, “no debemos descuidar el vínculo cultural de orden internacionalista que nos une con todos los países del mundo”.  

Acerca de los Premios INAH

Para la 37 edición se postularon 265 trabajos, de los cuales, 136 fueron realizados por mujeres y 129 por hombres 

Además de la entrega de un diploma, cada categoría cuenta con un monto de premiación: la Mejor Investigación recibe 140,000 pesos; la Mejor Tesis de Doctorado, 120,000 pesos; las tesis ganadoras de maestría, 100,000; y las de licenciatura, 80,000 pesos.

La historia de los Premios INAH se remonta a 1969, cuando el entonces director general, Ignacio Bernal, decide otorgar un reconocimiento a los mejores trabajos de investigación en antropología e historia realizados por dos investigadores mexicanos y dos extranjeros.  Un año después de su primera emisión los galardones fueron suspendidos durante 15 años y, es hasta 1985, que siendo director general del Instituto el Dr. Enrique Florescano, se reinstauran los Premios INAH, y desde entonces se han entregado de manera ininterrumpida.  

Se divide en 8 categorías: El Premio Alfonso Caso (Arqueología); El galardón Javier Romero Molina (Antropología Física); el Premio Fray Bernardino de Sahagún (Etnología y Antropología Social); El Premio Francisco Javier Clavijero (Historia y Etnohistoria); El Premio Wigberto Jiménez Moreno (Lingüística); el Premio Francisco de la Maza (Restauración y Conservación del Patrimonio Arquitectónico y Urbanístico); El Premio Paul Coremans (Conservación de Bienes Muebles); y el Premio Miguel Covarrubias (Museografía e Investigación de Museos).  

nelly.toche@eleconomista.mx 

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