Lectura 0:00 min

Final de Harry Potter deja con ganas de más

Harry Potter y las reliquias de la muerte Parte 2, una emocionante película de acción, un estudio de personajes y una muy honda y conmovedora despedida.

Publicado: 13.07.2011 - 22:48

Después de 10 años, se acabó. Ha llegado a las pantallas la última aventura de Harry Potter.

Para millones de fans que han crecido con la saga este es un momento sumamente emotivo. Millones que empezaron siendo niños, allá en 2001, que hoy son adolescentes y adultos para los que esta película es una de las más esperadas de sus vidas.

Películas amadas estas de Harry Potter independientemente de su calidad cinematográfica. Todo hay que decirlo, lo cierto es que estas siete-convertidas-ocho cintas han sido de calidad muy dispar, la mayoría más bien películas decepcionantes, con malas actuaciones, guiones ramplones y direcciones sin imaginación. Películas hechas exclusivamente para ser consumidas y olvidadas al momento de salir del cine.

Y henos aquí frente a la octava entrega de la serie, Harry Potter y las reliquias de la muerte, segunda parte (en eso podemos decir que la serie innovó: es la única con una secuela dentro de otra secuela). Sin grandes expectativas, esta reseñista entró al cine lista para ver otra cinta mediocre y ponerle punto final a esta millonaria franquicia que nunca acabó de despegar.

Fanáticos de Harry Potter y cinéfilos en general, debo decirles esto: la última de Harry Potter es una gran película. No una cinta perfecta (a veces es demasiado sentimental), pero sí una muy disfrutable.

Ojalá así hubieran sido todas las aventuras fílmicas de Potter.

Harry Potter 7:2 (valga la abreviación) es una emocionante película de acción, un estudio de personajes y una muy honda y conmovedora despedida. Se cumple el viejo adagio del cine: llorarás, te reirás y al final saldrás muy satisfecho.

Pedazos del alma

La cinta encuentra a Harry Potter disponiéndose a luchar su última batalla contra su archienemigo Voldemort. Harry y sus amigos Ron y Hermione deben encontrar las últimas reliquias de la muerte donde Voldemort ha guardo pedazos de su alma. Mientras, Hogwarts, la escuela de hechicería, ha sido tomada por los aliados del mal y se ha convertido en una especie de cuartel para niños.

La historia se desarrolla como una épica clásica, con gran batalla final incluida. Harry debe dejar atrás a sus mentores de la infancia y salir desprotegido a un mundo que quiere destruirlo. La tensión crece cuando sabemos que Harry debe ir a Hogwarts, la boca del lobo, para terminar su misión.

Pero antes debemos conocer el otro rostro de un par de personajes fundamentales de la historia, el desagradable profesor Severus Snape y el ex director de Hogwarts, el noble Albus Dumbledore. La ambigüedad de las intenciones de ambos hombres le da una profundidad a la saga ausente en cualquiera de las otras cintas.

Harry Potter 7:2 brilla en todos los sentidos. Daniel Radcliffe, el protagonista, da su mejor actuación a la fecha. Como siempre, la dirección de arte y la escenografía se llevan las palmas, gracias a la fotografía del portugués Eduardo Serra. La dirección de David Yates es, al fin, atinada: todo el tiempo uno siente que algo vital está en juego.

Gran final para una saga tan querida. Cosa curiosa, ahora que tras ocho cintas parecía que la franquicia estaba agotada, uno se queda con ganas de más.

cmoreno@eleconomista.com.mx