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Encuentran cosmovisión maya reflejada en los cenotes
El arqueólogo subacuático Guillermo de Anda adelanta algunos resultados de su trabajo en el cenote Holtún.

En México, cuando pensamos en arqueología, pensamos en pirámides. Sin embargo, en los últimos 30 años se ha descubierto que también, bajo las aguas de los mares, lagos, lagunas, cenotes y cuevas, hay toda una historia, todo un mundo por descubrir.
El reportaje de portada de la edición de agosto de National Geographic en español está dedicado al trabajo de dos mexicanos: el arqueólogo subacuático Guillermo de Anda y el arqueoastrónomo Arturo Montero, quienes adelantan algunos resultados de su trabajo en el cenote Holtún -ubicado en la zona arqueológica de Chichén Itzá y la posible importancia que esta caverna inundada pudo tener en la elección de la forma que deberían tener las ciudades y pirámides sagradas de los mayas.
Aunque la arqueología subacuática en el área maya tiene más de un siglo con los trabajos pioneros de Edward Thompson, la realidad es que los cenotes han sido largamente ignorados por la arqueología escribió en un correo electrónico el Dr. James E. Brady, reconocido experto en arqueología de cuevas mesoamericanas de la California State University en Los Ángeles. El trabajo del Dr. de Anda y sus colaboradores muestra que los cenotes están ligados a una compleja y elaborada cosmología en la cual los cuerpos de agua tenían una profunda significancia .
PRIMERA EVIDENCIA: LA UBICACIÓN
En el 2012, Guillermo de Anda se convirtió en el primer arqueólogo mexicano en recibir la distinción de Explorador de National Geographic, que incluye una subvención de 10,000 dólares. Gracias al apoyo de la National Geographic Society, De Anda pudo financiar parte del trabajo de exploración de Holtún.
¿Cuál consideras el aspecto más relevante de tu investigación?
Definitivamente, la ubicación de los cenotes en relación con la pirámide de El Castillo, también conocida como pirámide de Kukulcán, lo que habla de una ritualidad muy exacerbada que se manifiesta en la arquitectura. Pensamos que la construcción y orientación de esa zona de Chichén Itzá se eligió con base en la ubicación de cuatro cenotes que están de alguna manera rodeando la pirámide de El Castillo.
Los cuatro cenotes a los que se refiere de Anda son Holtún, Kanjuyum, Xtoloc y el cenote Sagrado. Pero, ¿cómo saben los arqueólogos que Holtún, de entre los cenotes que hay en la zona, pudo ser tan relevante para la orientación de la pirámide de El Castillo?
De acuerdo con de Anda, se estima que dentro del sitio arqueológico hay unos 13 cenotes. Los cenotes y cuevas tenían una connotación sagrada para los mayas, al ser considerados los portales hacia el nivel más bajo del Universo, el inframundo, donde viven Chaak -deidad de la lluvia y sus ayudantes.
Holtún está ubicado exactamente al noroeste de la escalera principal de El Castillo, en dirección del punto donde se pone el Sol explica de Anda. Este aspecto es relevante por su simbología y nos parece muy significativo. De acuerdo con el Popol Vuh, el Sol va a morir al oeste, la dirección del mundo de los muertos o Xibalbá, para renovarse al otro día. Además, llama la atención que precisamente en este lugar encontramos una ofrenda mortuoria muy interesante .
La ofrenda a la que se refiere De Anda presenta características muy especiales en cuanto a los materiales usados y la forma en que fue dispuesta. Más importante aún, como el cenote no había sido explorado, el contexto se encontró intacto y sin alterar.
Alejandro Terrazas, paleoantropólogo e investigador del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM, quien no participa en este estudio, comenta: Las ofrendas registradas por De Anda y su equipo muestran la gran importancia ritual que tuvo el cenote Holtún para los habitantes de Chichén Itzá. Esto ha sido ampliamente demostrado en otros cenotes del área maya, como es el caso del cenote Calaveras, en Punta Laguna .
Los otros tres cenotes relevantes para el estudio también destacan por su posición respecto de la pirámide de El Castillo: el cenote Sagrado al noreste, Kanjuyum al sureste y Xtoloc al suroeste. Si se trazan líneas imaginarias entre los cuatro cenotes, la pirámide de El Castillo se sitúa en el cruce de éstas.
Además, en el cenote Sagrado y en el cenote Kanjuyum, también hay ofrendas. De Anda, quien tiene una maestría en Antropología Esquelética por la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), participó en el análisis de las osamentas encontradas en el cenote Sagrado. Sobre Kanjuyum, que ha sido poco explorado, comenta: Es un cenote muy profundo, tiene 80 metros de profundidad y está plagado de vasijas. Además, este cenote tiene una estructura a un lado, un altar .
La presencia de todos estos elementos simbólicos hace pensar a los investigadores que es muy difícil que se trate sólo de una coincidencia. El cruce de líneas entre los cenotes y la pirámide de El Castillo hace pensar en una réplica del cosmos en una ciudad con una montaña sagrada al centro: la propia pirámide. Un simbolismo presente en diversas culturas mesoamericanas.
EL CULTO AL CENOTE
Guillermo de Anda tiene una historia particular. Comenzó sus estudios de Arqueología en la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH) que luego abandonó para seguir su otra pasión: el buceo profesional. Es buceador de cenotes desde hace 26 años y es considerado el primer instructor mexicano de buceo en cuevas.
A los 21 años dejé truncos mis estudios para irme a bucear en cuevas y cenotes a la Península de Yucatán cuenta De Anda. En aquel entonces, nos veían como locos: Se van a morir metiéndose en esos agujeros, nos decían. Pero los cenotes son bellísimos.
Viendo todo lo que hay ahí adentro casi enloquecí. Fui entonces a ver a Pilar Luna, quien a la fecha es Subdirectora de Arqueología Subacuática en el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y le dije: Hay todo esto Pilar, ¿qué hacemos? Vamos a trabajarlo . Todo se ve muy interesante le respondió Luna para luego lanzarle un torito , pero sin los conocimientos técnicos apropiados no puedes continuar entrando a estos sitios.
Al respecto, la arqueóloga Luna nos comenta: Nadie te va a impedir bucear en un cenote, pero ya si se trata de tocar patrimonio cultural, hay toda una legislación que lo regula. Se requiere ser un arqueólogo para poder dirigir una investigación; el buceo es una técnica . De Anda tomó el torito por los cuernos, revalidó sus materias y se graduó como arqueólogo en la UADY.
Comenzamos una investigación exhaustiva tres de mis alumnos y yo, pero no fue que saliéramos a ver qué cenote nos encontramos, porque hay muchos recuerda De Anda. Optaron por consultar referencias históricas, con el fin de ubicar cenotes que pudieran tener importancia arqueológica.
En 1562, Diego de Landa inició un movimiento inquisitorio (conocido como el auto de fe de Maní) en diferentes municipios del centro de Yucatán, incluyendo la quema de códices y la persecución de los idólatras -los mayas no conversos que todavía profesaban su antigua religión . Estos hechos fueron recopilados por France Vinton Scholes y Eleanor Burnham Adams quienes, tras una larga consulta del Archivo General de las Indias, publicaron en 1938 el libro Don Diego Quijada, alcalde mayor de Yucatán, 1561-1565. Encontramos en esas crónicas, lugares, sacerdotes, víctimas; era como una guía para encontrar cenotes de sacrificio ritual recuerda De Anda. Pero los historiadores nos decían que la información seguramente estaba falseada, que había sido obtenida mediante tortura .
Y yo pensaba: pues, bueno, sólo hay una forma de comprobarlo y es darle seguimiento a lo que dicen, tratar de buscar los sitios y salir al campo, bucear esos lugares y ver si de veras ahí están dice con visible orgullo el también doctor en Estudios Mesoamericanos por la UNAM.
Durante un año, De Anda y sus estudiantes hicieron una disección de la obra, sacaron estadísticas y nombres logrando registrar cuando menos 190 eventos, en los cuales se mencionan 180 muertos por sacrificio. Les llamó la atención que en la obra se mencionan formas de sacrificio que coinciden con las antiguas formas descritas en la iconografía. Las crónicas y documentos nos mostraron un camino hacia una zona de cuevas y cenotes, muchos de los cuales se mencionaban incluso por nombre: Akula, Katmun, Tilcibichen. Una vez que llegamos a las zonas y a los cenotes presuntamente descritos en las crónicas y documentos, procedimos a explorarlos explica De Anda y sonríe, lo que documentamos fue increíble . Parte de este trabajo fue publicado en las memorias del XIV Encuentro Internacional Los Investigadores de la Cultura Maya en el 2004.
En el 2007, De Anda recibió el aval del INAH para iniciar el proyecto arqueológico El Culto al Cenote en el centro de Yucatán que eventualmente lo llevaría a Holtún.
Invitado por el arqueólogo Rafael Cobos, De Anda llegó a Chichén Itzá en el 2010 para estudiar los huesos del cenote Sagrado de Chichén Itzá. Encontré cosas increíbles comenta, que coincidían con lo que describen las crónicas. Éstas mencionan que le sacan el corazón a las víctimas, que la mayoría son niños, que algunos van crucificados y en el cenote sagrado vimos una serie de cortes en costillas y de desarticulación que coinciden con las narraciones .
Estando en Chichén Itzá, Cobos comentó: Hay unos cenotes que localizamos, si quieres verlos . ¿Dónde están? , preguntó De Anda.
Dentro del sitio arqueológico , respondió Cobos. Al otro día estaba yo ahí , recuerda De Anda con una gran sonrisa. Se trataba del cenote Holtún. Hice un buceo solo, muy rápido y empecé a ver la gran cantidad de material en el fondo. Muchas vasijas en perfecto estado, esculturas y varias osamentas .
¿Cómo estiman de qué época son los objetos de la ofrenda?
Por ahora, el material descubierto en Holtún está intacto en el sitio y no ha sido analizado en el laboratorio. Para estimar su temporalidad, la cerámica se inspeccionó de forma visual, mediante fotografías que permitieron evaluar el tipo y variedad. Dicho análisis es parte de la tesis de una estudiante de la maestra Socorro Jiménez, especialista en cerámica de la UADY.
Parados en la pirámide de El Castillo, el equipo de investigadores usó un láser para establecer la dirección precisa entre el centro de El Castillo y Holtúm y vimos que era una línea recta explica de Anda y agrega: Entonces, recordé el trabajo de otros que estuvieron ahí antes que nosotros .
En 1940, en su libro Arquitectura prehispánica, Ignacio Marquina hizo notar que si se traza un línea entre el cenote Sagrado y el Xtoloc, esa línea pasa por el centro de la pirámide de El Castillo. La misma línea fue observada casi medio siglo después, en 1984, por el arqueoastrónomo John B. Carlson. En aquel entonces no se conocía Holtún; tampoco se menciona Kanjuyum.