Lectura 6:00 min
Cómo resolver problemas sociales desde la tecnología
La innovación puede ayudar a disminuir la brecha de desigualdad, ya que la exclusión social es un tema alarmante como creador de pobreza.

Foto: Cortesía Conacyt.
El informe OXFAM 2018, referencia obligada a nivel mundial sobre desigualdad, destaca que la exclusión social es un tema alarmante como creador de pobreza ya que sólo 42 personas de todo el mundo concentran una riqueza equivalente a la de 3,700 millones de personas, de los cuales 1,700 millones son de escasos recursos. Otro dato indica que el 50% de toda la población del mundo gana de dos a diez dólares diarios, lo que la coloca en el borde de la pobreza, le siguen quienes ganan menos de dos dólares que están en pobreza extrema y superan los 700 millones de personas.
Ante este panorama, “las Naciones Unidas han puesto como objetivo número 10 para las Metas de Desarrollo Sostenible 2030, reducir la desigualdad en y entre países, por lo que es un momento muy especial para hacer reflexiones alrededor de la ciencia, la tecnología y los grandes problemas sociales”, dijo Bernardo Kliksberg, director científico del Seminario Académico Internacional (SAI), marco del Premio Nacional “Innovación Tecnológica para la Inclusión Social” INNOVATIS que se otorgará el próximo jueves.
Este premio visibiliza propuestas desarrolladas por universidades, centros de investigación, los tres órdenes de gobierno, organizaciones de la sociedad civil, empresas y emprendedores sociales que demuestren un impacto directo en los temas de: empleo y economía familiar, vivienda y servicios urbanos, educación y formación, salud y seguridad social, brecha digital, alimentación e inclusión social de comunidades rurales y pueblos indígenas.
Kliksberg agregó que premiar propuestas tecnológicas que apoyen el desarrollo e inclusión social es un paso de vital importancia para comenzar a eliminar dichas brechas.
Por su parte Enrique Cabrero Mendoza, Director General del Conacyt, expresó: “Lo que nos inspira a realizar eventos como este es contar con una mayor concentración en el tema el desarrollo e innovación tecnológica preocupado por la inclusión social en atención a grupos vulnerables, y por la posibilidad de incorporar de una manera más franca a la dinámica social a grupos que sufren de condiciones de pobreza, exclusión y que la innovación tecnológica puede hacer mucho por ellos”.
Soluciones diversas
En la segunda edición se entregarán premios en dos categorías: experiencias, que son aquellas iniciativas implementadas en una fase piloto o de manera general probadas por un lapso no menor a 3 meses, que pueden ser soluciones tecnológicas originales y novedosas o mejoras sustantivas a una tecnología ya existente. La vertiente de ideas tiene como objetivo reconocer ideas-proyecto que aún se encuentren en etapa de desarrollo, susceptibles de incubarse.
José Antonio Sánchez Cetina, coordinador de evaluación del Premio INNOVATIS, dijo estar muy contento de que el premio encuentre casa dentro del SAI porque cumple un propósito doble, tanto mostrar una discusión académica y teórica, pero también mostrar que México tiene buenos ejemplos de soluciones.
Al preguntarse si efectivamente existen estas prácticas, donde el anhelo era que la tecnología ayudara a combatir las carencias sociales la respuesta es favorable, ahora falta ver quiénes son estos personajes que están asumiendo como propio este reto.
En entrevista para El Economista dio a conocer los cinco finalistas del premio INNOVATIS, estos son: Prótesis biónicas para amputaciones de miembro, reutilización de residuos orgánicos para generar nuevos materiales de construcción o de diseño de otros objetos, una aplicación para asistir a personas mudas con el lenguaje de señas mexicano, una organización civil en Hidalgo que se dedicó a hacer un sistema de captación de agua pluvial y almacenamiento, un sistema de humedal para limpiar las aguas grises, además de un programa de vigilancia materno infantil a través de unos sensores que ayudan de manera remota a vigilar los embarazos de alto riesgo en poblaciones vulnerables. De ellos, el próximo jueves habrá tres ganadores.
De los 397 proyectos que se recibieron este año, buena parte de lo que se entiende por inclusión social son los temas de la salud y la seguridad social, “muchos proyectos están orientados a cubrir estas carencias de diagnóstico, atención médica, detección de algunas enfermedades, como la diabetes; tratamiento de quemaduras y otras orientadas a las necesidades más básicas como el agua o la contaminación”.
Y después del premio ¿qué?
Sobre la incorporación de estos proyectos a la vida real, Cabrero aseguró que ese es el reto, “incluso la Secretaría de Desarrollo Social es parte de esto, por lo que observa las experiencias e intenta incorporarlas en los programas, además la idea es que esto sea una ventana abierta para que empresas nacionales e internacionales puedan ver estas experiencias y puedan desarrollar mayor apoyo para extenderlas y multiplicarlas en lugares más amplios”.
Sobre esto, Arturo Cherbowski Lask, director general de Universia México, convocante del evento, dijo que es una iniciativa que integra el fomento al emprendimiento entre los jóvenes universitarios, en ese contexto resaltó la importancia de insistir en no pensar que la innovación tecnológica, la investigación científica y el emprendimiento tienen un componente que se aísla de los grandes problemas de la humanidad, sino todo lo contrario.
Agregó que ellos tienen muy claro la importancia de escalar estos proyectos y esto se trabaja en dos vertientes, la primera es que más empresas se sumen y entiendan que son trabajos que valen la pena, por otro lado, la institución que él representa tiene una meta de responsabilidad social y apoyo al emprendimiento por ello reconoció que falta mucho por hacer con los mecanismos de financiamiento subsecuente a estos proyectos exitosos.
“La realidad es que hoy el capital de riesgo en una economía como la de México, es menor y los créditos accesibles por parte de la banca comercial no son a proyectos de emprendimiento o innovación o al menos no mayoritariamente porque las ecuaciones de riesgo no dan”.
Por ello se han buscado mecanismos para el crédito joven junto con otras instituciones para poder financiar este tipo de proyectos, pero se tiene que hacer más. Hoy se está explorando la constitución propia de un capital de apoyo, un fondo de riesgo al emprendimiento no solo para México, sino a nivel mundial, pero la realidad es que hoy aun no lo tenemos.