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Ana Carbajal rompe el estándar en el modelaje
La modelo ‘plus size’ comparte el viaje interior hacia la reconciliación con su cuerpo y los avatares para la consolidación de su carrera; fue contratada por una marca de ropa pero la talla le quedó chica y perdió el empleo; cuando comenzó en el modelaje le recomendaban que se hiciera una liposucción; hoy es una modelo reconocida y muy reconciliada con su talla XL.

Modelo Ana Carbajal. Foto EE: Hugo Salazar
Su talla le quitó un empleo pero le dio otro. Hablamos de Ana Silvia Paredes Carbajal, mujer que no supera los 30 años de edad; cabeza ovalada y mentón redondo; piel blanca, tersa; las cejas están perfectamente alineadas una con la otra y en paralelo a sus ojos cafés; la nariz es recta, proporcionada a su rostro; ambos labios tienen el mismo grosor y construyen una sonrisa de complacencia; cabello castaño oscuro, partido por la mitad, superando la línea de los hombros; con 1.75 metros de estatura y talla XL; logró forjar la personalidad para incursionar como modelo.
El mundo de la moda ha roto los estándares de belleza al incluir modelos de tallas grandes conocidas como plus size. Aunque ya es muy común ver en todas las campañas publicitarias las figuras de esta clase, lo cierto es que los diseñadores de alta costura son renuentes en aceptarlas.
Ana Carbajal, actual modelo de tallas grandes, sintió un primer rechazo cuando quiso ser empleada de una reconocida marca de ropa: se capacitó, firmó contrato, pero el día que comenzaría sus labores, el uniforme que le dieron en la tienda no le sirvió y por no haber de su talla no pudo trabajar. Grande fue su tristeza y frustración al darse cuenta de que no había lugar, ni siquiera en el mundo laboral, para las personas obesas. El cuerpo perfecto es el saludable y viene en diferentes tallas, no es aquel que sale directo del gimnasio; es cuestión de actitud frente al consumismo y superar los obstáculos que vamos encontrando en el camino; son sus conclusiones.
Una ruta de sueños y frustraciones
Cuando Ana estaba en la universidad, hizo un trabajo hablando del que para ella es el mejor fotógrafo de moda mexicano, Alex Córdova, siempre soñó con estar frente a su lente, lo que se cumplió meses después cuando presentó su primer casting como modelo y Alex siendo jurado le dijo que quería tomarle fotos. Así fue su primer contacto con la industria de la moda.
Con 15 años de experiencia, Alex asegura que cuando conoció a Ana, le pareció una mujer con una energía muy especial, le vio mucho potencial. Asegura que la diversidad es lo más importante en la moda, que no siempre es bueno ver a la típica rubia, delgada, de ojos azules, sino variedad de razas y formas.
“A mis 21 años, cuando empecé a modelar, me decían que me hiciera una lipo, lo llegué a pensar para encajar en ese molde, estaba un poquito perdida pero al final no realicé ningún procedimiento porque tenía mucho miedo de arrepentirme después de algo que es irreversible”, dijo Ana Carbajal, una sonorense que nunca pensó figurar en este medio pero que las circunstancias familiares forjaron en ella una recia personalidad que desembocó en lo que es ahora. Venció toda clase de obstáculos, morales y materiales, haciendo de su obesidad una forma de vida positiva. A pesar de que en algún momento pensó que no era suficiente, hoy en día es una mujer segura que ha logrado participar en diferentes desfiles en México, Alemania, Estados Unidos y Londres.
La búsqueda del cuerpo ideal
Según el director de la agencia de modelaje Lifestyle Entertainment SAS, Daniel Eduardo Barreto Escobar hay dos mundos en la moda, el de los diseñadores que por lo general trabajan con modelos de tallas delgadas y el de los almacenes de cadena que trabajan con modelos de todas las tallas. En países como México donde el común de la población no es tan delgada se pueden observar diversidad de tallas y cuerpos en las campañas publicitarias. Considérase como modelo plus size una mujer que tenga más de 100 centímetros de cadera y que supere una talla 12 en pantalón.
El diseñador no diseña para un tipo de modelo en específico, hace que la mujer luzca la prenda más como un gancho que como una modelo”, aseguró Daniel Barreto.
Ana Carbajal, consciente de su forma corpórea, no le interesa modificación alguna, prefiere el ejercicio para rebajar sus niveles de ansiedad logrando con ello un equilibrio cuerpo-espíritu; a los 12 años comenzó a asistir cada 8 días a consulta con una nutricionista quien le exigía una lista de las calorías consumidas durante ese lapso, todo ese régimen le forjó la personalidad para alcanzar las metas anheladas.
Ana asegura que conoció mujeres esbeltas que no estaban a gusto con su cuerpo y por esto siempre se preguntaba: “¿entonces, si logro el supuesto cuerpo perfecto voy a ser feliz?’’ A partir de ese momento fueron muchas las interrogantes planteadas, con lo cual obtuvo un bagaje potente para comenzar a escribir su libro en el que trata y cuestiona todo lo que ha vivido y sufrido por no estar encasillada en el prototipo de la belleza. De ahí que haya titulado el libro: El amor que nos robaron, que ‘’Te demuestra que eres suficiente, que la felicidad y paz interior no están conectadas a una apariencia física’’, dijo.

De Barrio, una marca de ropa que busca revalorizar la cultura popular de los barrios de Ciudad de México, desde sus inicios le ha apuntado a la inclusión de modelos de tallas grandes, siendo la primera Ana Carbajal, a quien le tomaron unas fotos para la revista Mexcostura (dedicada a las publicaciones relacionadas con la confección y moda para México); es de anotar que la revista no suele publicar las fotografías, pero como las de Ana tuvieron muy buena acogida decidieron publicarlas en redes sociales con mucho éxito.
Una de las mejores experiencias en su trabajo como modelo, afirma Ana, fue la de haber dado una plática en TED Talk (organización de medios que publica charlas bajo el lema ‘ideas que vale la pena difundir’), relacionada con su experiencia de vida, fue algo que cambió mucho su perspectiva de lo que puede hacer por las personas y el impacto positivo cuando se habla con franqueza, por eso, después de la charla, varias mujeres le comentaron que estaban inseguras con su cuerpo pero que a partir de ese momento cambiarían su modo de pensar y le agradecieron por compartir su historia.
Siempre creyó que en la industria de la moda sería muy criticada por su apariencia física, por el contrario, fue donde obtuvo mayor aceptación, pues sintió que el público quería ese cambio. Con el convencimiento propio de quien todo lo hace bien, con actitud positiva, incursionó además en la actuación en el 2017; las primeras barreras no se hicieron esperar y fue un profesor quien con comentarios desalentadores quiso hacerla desistir (tuvo la osadía de darle el número telefónico de un nutricionista); aun así, Ana persistió; siempre ha hecho gala de una fuerza de voluntad férrea, retomó la actuación y ahora se siente aceptada en el medio.
Ana afirma que sus mejores amistades las ha conocido en el mundo del modelaje y que la relación con las modelos delgadas ha sido excelente. “Nunca me he sentido diferente, creo que al final delgadas o no, estamos en la misma industria y es igual para ambas, eso nos hace tener una hermandad entre modelos”, concluye.