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Sector Financiero

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Para bajar tasas es necesario un cambio sustancial en las expectativas económicas

El BCE ha mantenido las tasas sin cambios desde que aplicó su octavo recorte en un año en junio, y desde entonces los responsables políticos han estado debatiendo si era necesario un mayor apoyo. 

El BCE se reunirá el 18 de diciembre y los inversionistas financieros consideran que no hay ninguna posibilidad de una rebaja de tasas. Foto: AFPCreditos automáticos

La economía de la zona euro se está desarrollando según lo previsto y sería necesario un cambio significativo con respecto a esta trayectoria para justificar otro recorte de tasas de interés por parte del Banco Central Europeo (BCE), declaró ayer Gabriel Makhlouf, miembro del Consejo de Gobierno.

El BCE ha mantenido las tasas sin cambios desde que aplicó su octavo recorte en un año en junio, y desde entonces los responsables políticos han estado debatiendo si era necesario un mayor apoyo, dada la incertidumbre sobre los aranceles, la guerra de Rusia en Ucrania o el desvío del comercio chino hacia Europa desde Estados Unidos.

Una pieza clave de este rompecabezas llegará el mes que viene, cuando el BCE publique nuevas previsiones económicas, incluida una cifra inicial para el 2028, pero Makhlouf afirmó que es poco probable que éstas contengan cambios drásticos.

Se necesitan pruebas convincentes para una reducción

“Mis expectativas son que no habrá cambios significativos basándome en lo que ha ocurrido en la economía real”, declaró Makhlouf, presidente del banco central de Irlanda, en una entrevista con Reuters. “Los resultados reales parecen ser bastante coherentes con las previsiones”.

“Me siento cómodo con la situación actual”, afirmó en referencia a las tasas de interés, repitiendo el mantra del banco de que la política monetaria se encuentra en un “buen momento”. “Necesitaré ver pruebas bastante convincentes para actuar”.

El BCE lleva mucho tiempo pronosticando que el crecimiento económico se mantendrá ligeramente por encima de 1.0% durante los próximos años y que la inflación caerá por debajo de 2.0% el año que viene, antes de volver al objetivo en los años siguientes.

Este descenso es una de las principales preocupaciones de algunos, que temen que las bajas cifras del 2026 puedan animar a las empresas y a los sindicatos a cambiar sus demandas en materia de precios o salarios, perpetuando la baja inflación, al igual que en la década anterior a la pandemia.

Completamente relajado respecto a la inflación

Makhlouf, sin embargo, restó importancia a estas preocupaciones, afirmando que el riesgo de quedarse por debajo estaba en equilibrio con el de sobrepasarlo.

“Estoy completamente tranquilo sobre lo que va a pasar, con lo que muestran las cifras para el próximo año, porque se recuperará al año siguiente”, afirmó. “Debemos ser muy cautelosos a la hora de reaccionar ante pequeñas desviaciones en las previsiones, las expectativas están bien fundamentadas”.

El BCE debería preocuparse principalmente por las caídas importantes y sostenidas por debajo del objetivo y debería analizar las causas subyacentes, en lugar de limitarse a las cifras, afirmó.

“Si las previsiones se sitúan en 1.8%, me preocuparía menos”, añadió Makhlouf.

El BCE se reunirá de nuevo el 18 de diciembre y los inversionistas financieros consideran que no hay prácticamente ninguna posibilidad de que se produzca un recorte de tasas de interés. Sin embargo, ven una probabilidad de uno entre tres para mediados del 2026, aunque los economistas encuestados por Reuters prevén tasas estables durante los próximos años.

Aun así, los riesgos en torno a las perspectivas siguen siendo abundantes, por lo que el BCE debería mantener su enfoque de “reunión a reunión”, ya que el entorno podría deteriorarse rápidamente y los responsables políticos deben permanecer abiertos a cambiar de rumbo, afirmó Makhlouf.

El orden comercial mundial se ha visto trastocado, el bloque sigue enfrentándose a una guerra en su frontera oriental, las acciones estadounidenses están sobrevaloradas, los criterios de concesión de créditos se están relajando, los opacos mercados de crédito privado se están expandiendo rápidamente y el entorno político es incierto, añadió.

“Es esta combinación, más que un solo elemento, lo que me pone nervioso”, dijo. “Cuando lleguemos a diciembre, gran parte de esta incertidumbre no se habrá resuelto”.

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