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Opinión

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El flautista

No puedo entender a los señores feudales mexicanos que se doblan ante la inminente destrucción de nuestras libertades y nuestra democracia. Es cierto que López Obrador premia con jugosos contratos gubernamentales a los que lo alaban y apoyan, pero a estas alturas ya deberían haberse dado cuenta de que se trata de una simulación más.

López Obrador va por todo el poder para saciar su sed de venganza contra aquellos que no reconocen su “grandeza” y, antes de que puedan reaccionar, todos los que tengan un poco de poder (y el dinero da poder) serán sus víctimas: se expropiarán sus negocios, se les acusará de delitos inventados, se les privará del país en el que nacieron y en el que viven sus nietos.

¿De verdad la avaricia da para tanto? ¿De verdad creen en las palabras de un megalómano ladino? ¿De verdad creen que Sheinbaum va a meter las manos por ustedes frente a los deseos de su patrón?

Hoy vemos a casi todos los señores del dinero con la cabeza gacha frente a un porro ignorante, pero no sólo a ellos. Hay también un grupo de notables personajes que de tanto mamar del gobierno han perdido toda dignidad. ¿Qué hace el exrector de la UNAM, Enrique Graue, apoyando a Claudia Sheinbaum después de la andanada de agresiones de López Obrador contra la universidad y contra él mismo? ¿Qué hace Juan Ramón de la Fuente, exsecretario de Salud con Zedillo y exrector de la UNAM, apoyando a Morena? ¿Creen que la horda de orcos de Morena se parece en algo al sistema priista, regido por disciplina y pactos de lealtad?

Tanto los oligarcas como los adictos al poder están cometiendo el mismo error que cometieron los niños del CIDE, quienes, jugando al comunismo con su café de Starbucks y su indignado iPhone, llamaron a votar por López Obrador ante el aplauso histérico de sus maestros. Hoy, tanto estudiantes como maestros, viven en carne propia las consecuencias del mame buenaondita y de su ceguera.

¿Cuántos de los que hoy se sientan a la mesa con los hijos de López Obrador para acordar contratos y moches se darán cuenta de que son el ratón lamiendo el queso que detonará el gatillo de la ratonera? ¿Creen que el dinero que buscan los hijos es lo que busca el padre? ¿No se han dado cuenta de que, en su delirio, el padre busca ser faraón y alcanzar la inmortalidad?

Ya no pueden navegar con bandera de ingenuos. López Obrador ha sido muy claro: va por el Poder Judicial. Le falta solo un ministro para que una mayoría simple en el Congreso pueda aprobar leyes abiertamente inconstitucionales. Va por el INE y el Tribunal Electoral para mantenerse (y mantener a sus hijos) en el poder por décadas. Va por el INAI, para poder robar arbitrariamente sin la molestia de la opinión pública.

Va por la Cofece, para que los monopolios estatales puedan seguir extorsionando a los consumidores cautivos, y los oligopolios privados le deban a él el favor de poder trabajar. Va por el IFT, para dar y quitar concesiones a los medios dependiendo del humor con el que despierte después de las fritangas que cenó. ¿Esto es lo que apoyan, señores?

Es cierto que con su dinero pueden vivir en cualquier lugar del mundo, pero serán incapaces de mirarse al espejo sin sentir asco de ustedes mismos. Con la ceguera del avaro están apuntalando a una dictadura que desprecia todo lo que ustedes son. Como dijo Xóchitl Gálvez, están afilando la hoja de la guillotina con la que les cortarán la cabeza.

Estoy confiado en que los ciudadanos libres seremos mayoría el 2 de junio, y este régimen de ratas guiadas por el flautista habrá de terminar para hacernos más fuertes, pero eso será a pesar de ustedes y no gracias a ustedes.

@gsoriag

Abogado especialista en sectores regulados. Presidente del Instituto del Derecho de las Telecomunicaciones (IDET). Doctorando en letras modernas en la UIA.

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