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Afinan acuerdo central sobre cambio climático
La negociación sobre el cambio climático en Copenhague entró en su fase política, con una reunión informal de ministros de Medio Ambiente en torno de un borrador que deben afinar antes de la llegada de los jefes de Estado.
Copenhague. La negociación sobre el cambio climático en Copenhague entró en su fase política, con una reunión informal de ministros de Medio Ambiente en torno de un borrador que deben afinar antes de la llegada de los jefes de Estado.
Al tiempo que en las calles se repetían protestas y detenciones.
Un grupo restringido de unos 50 ministros de Medio Ambiente mantuvo durante la tarde una reunión informal a puerta cerrada convocada por la ministra danesa, Connie Hedegaard.
Las discusiones sobre el núcleo (del acuerdo) han comenzado realmente , explicó Hedegaard. Pero todavía tenemos por delante un trabajo colosal , agregó.
En el puerto de la ciudad, la policía dispersaba una nueva protesta, bajo eslóganes anticapitalistas, y detenía a unas 200 personas, después de haber arrestado a casi 1,000 el sábado a raíz de disturbios al margen de una manifestación, para liberarlos después en su mayoría.
Ayer también fue un día de movilización religiosa por el planeta. Liderando a otras miles de iglesias en todo el mundo, las campanas de la catedral de Copenhague sonaron 350 veces, cifra que corresponde a la concentración máxima de partes por millón (ppm) de CO2 en la atmósfera para lograr limitar el aumento de la temperatura global a 1.5 grados centígrados.
El arzobispo sudafricano y premio Nobel de la Paz, Desmond Tutu, y el arzobispo anglicano de Canterbury, Rowan Williams, oficiaron poco antes una misa ecuménica en la capital danesa.
Negociaciones a toda marcha
Los ministros discutían un borrador de acuerdo oficial presentado el viernes.
El ministro francés de Medio Ambiente, Jean-Louis Borloo, expresó el deseo general de evitar que la cumbre sea un fracaso. No queremos acabar un día lamentando que tuvimos una extraordinaria oportunidad pero nos dejamos ganar por el miedo , declaró.
El texto prevé limitar el aumento de la temperatura media a 1.5 o 2.0 grados centígrados y contempla un segundo periodo de compromiso bajo el Protocolo de Kyoto. Pero es vago en lo que respecta al financiamiento y no fija una fecha límite para concluir un tratado legalmente vinculante, dos temas cruciales en la negociación.
Los puntos de desacuerdo son numerosos. Estados Unidos lamenta que no imponga recortes de emisiones de gases de efecto invernadero a las grandes potencias emergentes como Brasil, China o India.
La Unión Europea, el más comprometido hasta ahora en sus objetivos de reducción (-20% en el 2020 con respecto a 1990, con la posibilidad de ir hasta -30% si los otros países hacen esfuerzos considerables), estima que no es suficientemente ambicioso.
Y los países en vías de desarrollo critican que no sea más preciso en cuanto al financiamiento.
Brasil ya aceptó un compromiso voluntario de reducir sus emisiones de CO2 de entre 36 y 39% con respecto a lo que emitiría en el 2020.
Otros países latinoamericanos han anunciado medidas voluntarias, como México que aspira a reducir en el 2012 6-7% sus emisiones actuales y 50% en el 2050 si recibe transferencia tecnológica y financiera de los países desarrollados.
Los ministros de Medio Ambiente disponen de tres días más de trabajo para allanar el terreno antes de la llegada, entre el miércoles y viernes, de los jefes de Estado y de gobierno, entre ellos Barack Obama, en los que está puesta toda la esperanza de un éxito.