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Energía, talón de Aquiles de la competitividad
En más de una década, nuestro país no ha avanzado en el rubro, según el Índice de Competitividad Internacional del Instituto.
Afectada fuertemente por el rezago del sector energético y la falta de un ambiente de negocios eficiente, la competitividad de la economía mexicana se ha mantenido estancada en los últimos 11 años, reveló el Índice de Competitividad Internacional 2013 del Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco).
Según el estudio, nuestro país se ubicó en la posición 32 de 46 países considerados, lo que refleja una parálisis sistemática a lo largo de la última década, pues se trata del mismo puesto que ocupó desde la primera edición del estudio, en el 2001. De hecho, el mejor lugar que ha tenido el país fue en el 2005, cuando ocupó el escalafón 29.
Hace dos años, los países Brasil, Rusia, India y China (BRIC) se ubicaban por debajo de México en el ranking internacional; sin embargo, debido a su estrategia de apertura al sector energético, el país carioca ascendió cinco escalones al pasar del 36 al sitio 31, en donde se coloca por arriba de nuestro país, mencionó Juan Pardinas, director general del organismo privado.
No obstante, el especialista dijo: En el 2013, existe una valiosa ventaja de oportunidad para aprobar e implementar una serie de reformas estructurales que podrían elevar la competitividad del país y, por ende, su capacidad para crecer de manera sostenida, con empleo y bienestar .
Una reforma de fondo al sector energético podría multiplicar la inversión en el sector y convertirlo en motor de competitividad, aseguró.
Por su parte, Rocío Ruiz, subsecretaria de Normatividad y Competitividad de la Secretaría de Economía, comentó que moverse como país en el índice del Imco requiere de grandes cambios estructurales, como las reformas energética y hacendaria.
Tanto el directivo del Imco como la Subsecretaria coincidieron en que la articulación del Pacto por México ha sido bien vista entre los inversionistas, ya que los acuerdos políticos han derivado en acuerdos económicos, no obstante, las reformas energética y hacendaria serán la prueba de fuego de que este instrumento político avance.
Evaluación del CIDAC
AUGE ENERGÉTICO DE EU, DESAFÍO
La implantación de una reforma energética en el segundo semestre del año deberá forzosamente contemplar tres aristas: el contexto internacional con los cambios en Estados Unidos derivados de la revolución de los hidrocarburos de lutitas, la simbiosis entre Pemex y el Estado mexicano, y la convicción de que no todo en el terreno energético nacional es petróleo.
Así lo plantea el Centro de Investigación para el Desarrollo AC (CIDAC) en la evaluación Tres dilemas: un diagnóstico para el futuro energético de México , que asegura que el nuevo modelo requerirá de la puesta en marcha de esquemas financieros apropiados, de vencer resistencias estructurales y reforzar la regulación con la que ya se cuenta.
Para empezar, el estudio destaca que de acuerdo con el Medium-Term Oil Market Report de la Agencia Internacional de Energía, la oferta petrolera estadounidense crecerá en unos 3.9 millones de barriles diarios de su cifra en el 2012 hasta el 2018, representando dos terceras partes del crecimiento de la oferta de los países no pertenecientes a la OPEP en dicho periodo.
Hoy en día, la estabilidad económica de nuestro país depende de reconocer que los estadounidenses alcanzarán la autosuficiencia energética en los próximos años y con ello dejarán de importar petróleo crudo de nuestro país , asevera el estudio.
Por otra parte, una posible reforma energética debe contemplar soluciones para mejorar -o anular- la simbiosis existente entre Petróleos Mexicanos (Pemex) y el gobierno, la cual generó un organismo faraónico, que explota casi toda la cadena productiva del petróleo y del gas, debido a un régimen jurídico restrictivo, y con un exceso de trabajadores contratados . indica el estudio.
(Con información de Karol García)
lgonzalez@eleconomista.com.mx