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Nicolás Castillo no importa, el territorio de Pumas sí

El momento ideal para que los aficionados universitarios muestren su arraigo es un partido contra el América. Representa también, un día de buenas ventas de productos; por ejemplo, la Tienda Oficial de los auriazules generó 1.2 millones de pesos en ganancias.

En un día soleado en el estadio Olímpico Universitario, los aficionados de Pumas encontraron el fin a una racha dominante de América y a un Nicolás Castillo con poco brillo en su debut como titular con las Águilas.

Fue una fiesta para “La Rebel”, la barra de Pumas que se ubica a un costado del Pebetero del inmueble. Tuvo un momento ideal para sacar el “telón más grande de México” en el que se  mostraba un puma con la leyenda: “La banda del Pebetero” acompañado del número 1998, la fecha de creación del grupo animador.

“Es el partido más importante que vamos a tener en todo el torneo. La importancia de este partido es por lo que representa el equipo que fue campeón, no porque sea el América”, cuenta uno de los líderes de La Rebel a El Economista, quien es apodado Roxa y por motivos personales no quiso revelar su nombre.

El barrista contó que en un partido de jornada regular, aproximadamente la porra junta 8,000 personas, pero cuando hay partidos como el Clásico capitalino, la asistencia aumenta a 15,000, a causa del morbo y la rivalidad que existe contra América.

El sociólogo Sergio Valera analiza que la rivalidad entre estos dos equipos, se genera por la imagen de las instituciones que representan a cada equipo.

“Hay anécdotas históricas, una parte es lo que pasa en la cancha y la otra es todo lo que está alrededor del futbol. Alrededor del América y los Pumas, a partir de los años 80, se fue generando un cúmulo de narrativas y anécdotas. Que el América tenga un vínculo orgánico con Televisa y que los Pumas sean de la  UNAM provoca que la visión que encarnen socialmente sea opuesta. Además de que el ser de la misma ciudad por la convivencia territorial afecta e incrementa la rivalidad. Al final siempre te peleas más con tu vecino, no te vas a pelear con alguien que no convives”.

Roxa, el aficionado integrante de La Rebel, comenta que siempre se busca que la ciudad se pinte de los colores del equipo.

“Llevar el nombre del equipo que apoyan y aman... es algo natural, al igual que los animales pelean por el territorio, ellos luchan por ser el equipo dominante de la ciudad”.

Castillo, Desapercibido en la cancha y la tribuna

Nicolás Castillo, el principal refuerzo en el ataque del América, debutó como titular contra Pumas, su exequipo. Pero durante el partido fueron limitadas las ocasiones en que intervino, haciendo evidente el escaso tiempo de juego que tuvo durante su paso por el Benfica.

Por parte de la afición puma, aunque mucho se habló del futbolista chileno y el recibimiento que le harían, al momento de ser anunciado por la voz del estadio retumbó Ciudad Universitaria con groserías y abucheos, aunque no se le dio mayor relevancia.

“No teníamos planeado ningún recibimiento especial, Nicolás Castillo fue alguien que en su momento lo dio todo por Pumas. Pero es como una prostituta, que sólo juega por dinero, pero para los que seguimos a Pumas desde hace varios años, Castillo no nos importa, hay jugadores que han hecho mucho más por el club y han permanecido más tiempo. Nosotros no vamos a estar llorando por un güey que se vaya, aquí nadie es indispensable”, comentó Roxa.

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Clásico aumenta 50% las ventas; Carlos González, la sensación en jerseys

La Tienda Oficial Pumas en el Clásico capitalino contra América generó 1.2 millones de pesos en ganancias aproximadamente, lo que significó un aumento en ventas de 50% para la tienda. El producto más vendido es el jersey oficial del equipo, que tiene un costo de 1,500 pesos.

“Para este partido teníamos presupuestado vender alrededor de 500 o 700 playeras, pero hemos tenido muy buena respuesta de la gente, ya superamos la cantidad que esperábamos vender. Inclusive ya vendimos prácticamente el doble de lo que vendemos en un día de partido normal; la verdad es que por ser el Clásico y ganó Pumas, las ventas han sido muy buenas”, comentó el gerente de la tienda, Alan Landín, a El Economista.

Carlos González es uno de los líderes del ataque del equipo universitario, por lo tanto Landín cuenta que se ha convertido la “sensación” en ventas, por lo que los estampados con el nombre del jugador paraguayo son los que más se venden. Otro jugador que también atrae mucho es el defensor español Alejandro Arribas, quien en muchas ocasiones asiste a la tienda y convive con aficionados, una de las causas por la que más atrae a los compradores.

El negocio no es proporcional para todos. “Los boletos por ser el partido contra América estuvieron más caros y por eso, a los aficionados ya no les alcanza para un souvenir. Como es un Clásico tienes la esperanza de vender un poco más, pero hasta ahorita he ganado alrededor de 1,500 pesos, luego se invierte más dinero del que terminas obteniendo en la venta”, cuenta Alejandro, que lleva cinco años trabajando afuera de Ciudad Universitaria en un puesto de venta informal en el que vende playeras, sombreros, banderas y mercancía relacionada con el equipo.

En el partido previo como local de Pumas contra Monterrey, los precios estuvieron en 120 el más barato y 400 el más caro, pero para el partido contra América tuvieron un incremento. El boleto más económico estuvo en 160, mientras que en Palomar Goya, la mejor opción disponible incrementó a 450 pesos.

A pesar del incremento en los boletos, otros vendedores informales tuvieron mejor suerte, como es el caso de Aldair, quien lleva 10 años con su negocio y menciona cómo retribuye que sean partidos contra equipos con los que existe mucha rivalidad. “Un partido de jornada regular, aproximadamente, vendo como unas 10 o 15 playeras, pero hoy como es Clásico se vende entre 20 o 25 jerseys”.

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