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Bistronomie

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Receta de sopa de tortilla, la herencia líquida del maíz que conquistó la mesa mexicana

Nacida como un platillo de aprovechamiento y hoy convertida en emblema nacional, la sopa de tortilla es un espejo de la historia de México.

La sopa de tortilla—también llamada sopa azteca—es una creación poshispánica que tiene sus raíces en el centro del país, particularmente en Tlaxcala y Estado de México, zonas históricas productoras de maíz. Tras la llegada de los españoles, la cocina indígena adaptó técnicas europeas como las sopas y los fondos, pero mantuvo como base el ingrediente ancestral: la tortilla de maíz.

En los hogares rurales, las tortillas que se endurecían tras el día no se desechaban. Se freían para recuperar textura y se sumergían en un caldo hecho con jitomate, chile y epazote. Así nació un platillo de aprovechamiento.

El poder del maíz, el chile y la memoria

Su caldo rojo, profundo y ligeramente picante simboliza la combinación de ingredientes indígenas: jitomate, chile pasilla y epazote. El aporte colonial llega con la crema, el queso y, en algunas regiones, el pollo deshebrado. El aguacate —fruto mesoamericano por excelencia— corona el plato y actúa como equilibrio graso.

En Puebla, Hidalgo y Veracruz se le añaden variantes como chile ancho o chipotle, mientras que en la Ciudad de México se conserva la versión más clásica. 

Cómo hacer una sopa de tortilla  

Ingredientes (4 porciones):

8 tortillas de maíz del día anterior, cortadas en tiras

3 jitomates maduros

1 chile pasilla seco (puedes agregar 1 chile ancho si quieres más profundidad)

¼ de cebolla blanca

1 diente de ajo

1 litro de caldo de pollo o vegetal

2 ramas de epazote

Aceite vegetal suficiente para freír

Sal al gusto

Para acompañar:

1 aguacate maduro en cubos

100 g de queso fresco desmoronado o panela

Crema espesa

Tiras adicionales de chile pasilla frito (opcional)

Pollo deshebrado (opcional)

Preparación:

Fríe la tortilla: En aceite caliente, fríe las tiras de tortilla hasta que queden doradas y crujientes. Escúrrelas sobre papel absorbente.

Tuesta el chile pasilla: Solo unos segundos en comal o sartén, cuidando que no se queme. Retira la semilla si deseas menor picor. Reserva una parte para decorar.

Prepara el caldo: Licúa jitomate, cebolla, ajo y el chile pasilla con una taza de caldo. Cuela si quieres una textura más fina.

Cocción lenta: En una olla con un chorrito de aceite, sofríe la mezcla licuada durante 5–7 minutos. Agrega el resto del caldo y el epazote. Cocina a fuego medio 15–20 minutos. Ajusta sal.

Monta el plato al momento de servir: En un tazón coloca una base de tortilla frita, cubre con el caldo bien caliente y finaliza con queso, aguacate, una cucharada de crema y, si decides, pollo deshebrado y más chile pasilla frito.

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Periodista gastronómica. Ha colaborado en medios como Reforma, Uno Tv, Revista Fortuna, Contralínea, El Universal, Food and Travel y El Heraldo de México, en donde fundó en 2017 Gastrolab, ganador de Mejor Medio de Comunicación gastronómica en 2023 por Vatel Club México. Ganadora de la beca Women Deliver 2019.

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