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Un desastre que ríe
La nueva cinta con Tom Cruise es divertida, pero sus excesos han hecho que la crucifiquen.
Hay que decirlo: Tom Cruise está chiflado. Está tan loco como Mel Gibson, y esa locura (de tipo religioso; Cruise es cienciólogo o dianético o como se diga, Mel es un católico furioso) les ha costado a ambos una tajada de prestigio, a pesar de su evidente talento.
Tom Cruise es uno de los mejores actores de los últimos 30 años de Hollywood. Ha optado por volverse juguete de acción en vez de actor de carácter. No importa: aun en películas como las de la serie Misión Imposible o las de Jack Reacher, Cruise brilla.
Llega La momia, película muy esperada para abrir el verano. Y es un desastre, pero que ríe.
Me explico: a pesar de que a la mayoría de mis colegas de todo el mundo la cinta les pareció bazofia, yo no dejé de divertirme durante esas dos horas de monstruos y aventuras. Me sentí niña de nuevo. Suspendí el juicio. ¿Saben lo difícil que es suspender el juicio de un crítico?
Miren, si quieren disfrutar la película ideal de verano, con palomitas y un Icee a la mano, no lo duden: La momia. Bueno, nos faltan varias de verano, sobre todo la de Spiderman, pero no menosprecien la cinta de Tom Cruise.
¿Cuál es el principal problema que la crítica ha citado para odiar la cinta? Sus excesos. Demasiados villanos, una trama inverosímil, la sobreactuación de Russell Crowe. Una reseña, por ejemplo, dice que la audiencia se burló hasta el desmayo cuando el personaje de Crowe dice su nombre.
Sólo eso faltaba: meterle literatura de aventuras del siglo XIX a ese menjurje. ¿Saben qué? Yo creo que funciona. Así como la cinta completa es un homenaje al Hollywood de la era dorada (imaginen a ?Douglas Fairbanks o Errol Flynn en el papel protagónico), también es una invitación a hundirse en novelas como Las minas del rey Salomón o Ivanhoe. Es la misma sensación del folletín: muchas cosas pasando al mismo tiempo, melodrama, romance, maldiciones, mitos.
Una revisión rápida a la locura de trama, aunque seguramente a estas alturas ya lo han leído en otras reseñas: Nick Morton ?(Cruise) es un militar estadounidense que utiliza la guerra en el Medio Oriente para robar antigüedades y hacer tráfico.
Un día, en una misión que va más de tráfico que de guerra, ?Morton descubre, en pleno Irak, una tumba egipcia. Dentro, la momia del título, una princesa maldita que busca venganza a toda costa. Y para ello necesita un cuerpo humano: necesita a Morton.
A eso agréguenle vampiros, zombis, de todo. Y sueñen con La Liga de Caballeros Extraordinarios, de Alan Moore. Sí, de hecho el cómic de Moore es el mejor acompañante para La momia. Digamos que serían como dos gemelos con diferente IQ: la cinta es divertida e idiota, el cómic es divertido e inteligente.
Como La momia va para fracaso del año, muchos ya están bailando sobre la tumba de Tom Cruise. No sigan esa melodía. Vayan y diviértanse. Este loco, loco mundo necesita diversión.