En el 2017 llegaron tres bancos asiáticos más a México

En el 2017 tres bancos de origen asiático se sumaron al sistema bancario mexicano, con lo que se siguió con la tendencia del 2016.

La Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) autorizó en marzo de este año, el inicio de operaciones del japonés Mizuho Bank, que, sin embargo, ya había recibido el aval para organizarse desde un par de años atrás.

Este banco, filial del Mizuho Bank, constituido en Tokio, Japón en el 2002 como un banco comercial, y que hoy día se ubica dentro de los tres más grandes del sistema financiero nipón, además de tener presencia en más de 30 países, tiene una única oficina de negocios en la Ciudad de México.

De acuerdo con la CNBV su enfoque aquí es atender las necesidades de los sectores empresariales (medianas y grandes), a través de créditos comerciales y operaciones de captación, principalmente a compañías de origen japonés con presencia en México, pero también a empresas nacionales.

Meses después, en septiembre, la CNBV otorgó autorización para que el coreano KEB Hana Bank, se organice y opere como institución de banca múltiple en México. Éste, sin embargo, deberá cumplir con otros requisitos antes de iniciar operaciones formales.

Dicho banco es filial de KEB Hana Bank Limited, de la República de Corea, y se enfocará principalmente al financiamiento corporativo y comercio internacional.

Tendrá como actividades preponderantes brindar servicios financieros a empresas que apoyen al comercio internacional y en particular el comercio entre México y Corea del Sur. La oficina matriz estará también en la Ciudad de México.

KEB Hana Bank Limited (Corea), el principal accionista del Banco KEB Hana México, es la institución bancaria más grande de Corea del Sur, la cual tiene una red global que opera en 24 países en Asia, América y Europa.

Y apenas el 14 de diciembre pasado, la CNBV autorizó de igual forma el inicio de operaciones de otro coreano, el Shinhan Bank, que ya había recibido un primer aval.

Este banco está orientado primordialmente a ofrecer productos y servicios financieros a las cadenas de valor generadas e impulsadas por las empresas coreanas establecidas en México, a través de financiamiento y cuentas de depósito, en moneda nacional y extranjera, transferencias nacionales e internacionales, entre otros.

Con estos tres bancos asiáticos, se alcanzan 53 con autorización en México, de los cuales 49 ya están en operación.

En la presente administración, la Junta de Gobierno de la CNBV ha otorgado la autorización para organizarse y operar como instituciones de banca múltiple a 10 nuevas organizaciones.

Otros bancos de origen asiático que han entrado a México en los últimos años son el Industrial and Commercial Bank of China, el banco más grande del mundo, inició operaciones en México en junio del 2016. Su objetivo es financiar proyectos de infraestructura energía, telecomunicaciones y manufactura.

La otra institución es  Bank of China que obtuvo la autorización para operar como banca múltiple a finales de junio del 2016.

DESTACÓ EL ANUNCIO DE LA FUSIÓN BANORTE-INTERACCIONES

Una de las transacciones bancaria que más llamó la atención en este año fue el anuncio, en octubre pasado, de la fusión que habrá entre Banorte e Interacciones. Esta decisión fue avalada por los accionistas de ambas entidades a inicios de diciembre, pero ahora falta que las autoridades financieras y de competencia, den luz verde.

Con esto Banorte pasaría a ocupar el segundo lugar en el sistema financiero mexicano, sólo por debajo de BBVA Bancomer, y desplazando tanto a Banamex como a Santander.

Además, con ello Banorte se convertiría en uno de los líderes en atención de entes gubernamentales, toda vez que es el fuerte de Interacciones. Se espera que esta operación se concrete en la primera mitad del 2018.

A raíz de este anuncio diversos jugadores del sistema bancario mexicano han manifestado que en el largo plazo será necesaria una consolidación del sector, por lo que podría haber más movimientos de este tipo, así como adquisiciones.

Incluso algunos de los bancos más grandes como BBVA Bancomer y Santander han manifestado su interés de, si es posible, comprar otros bancos más pequeños, sin que ello sea algo concreto hasta ahora.