Genetistas confirman que la ropa no es de los del bar Heaven

Autoridades de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal aseguraron que no han recibido los restos de las 13 víctimas localizadas en una fosa en el Estado de México, de las cuales 12 corresponden presuntamente a los jóvenes del Heaven.

Asimismo, genetistas de la PGR detallaron a los familiares que continúan los peritajes, por lo que los cuerpos permanecen en instalaciones de la dependencia federal. Ello pese a que, la noche del martes, la institución a cargo de Jesús Murillo Karam informó mediante un comunicado que ya habían concluido los trabajos y trasladaría los restos a la PGJDF para que continuara con las investigaciones.

Tras una reunión con autoridades de la PGR y de la PGJDF en las instalaciones de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, la señora Julieta González, madre de Jennifer Robles, una de las víctimas, mencionó que los genetistas les confirmaron que las vestimentas que analizaron y que se encontraron en la fosa no corresponden a la de los jóvenes.

Por ello, los familiares aseguraron que no se llevarán los cuerpos hasta que los peritos argentinos les confirmen que se tratan de sus consanguíneos.

Julieta González dijo que no tienen aún fecha para que los peritos argentinos comiencen las pruebas.

Los familiares de los jóvenes manifestaron que durante la reunión, la cual duró poco más de tres horas, las autoridades sólo les explicaron científicamente la forma en que se obtienen los exámenes de ADN, y les notificaron que los trabajos periciales no han concluido.

Finalmente, las madres anunciaron que le darán una visitadita al jefe de gobierno para que les explique por qué ha declarado que va a cerrar el caso si ni siquiera se han terminado los peritajes ni tienen certeza en las identidades.

González consideró que los funcionarios de los gobiernos del DF y Federal no saben lo que hacen ya que, respecto a la ropa decomisada en el lugar del hallazgo de los restos de los desaparecidos, la PGR había informado a los familiares que sí pertenecía a ellos y ahora se desdicen.

verónica.macias@eleconomista.mx