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Cuál es la verdadera dimensión del intercambio comercial con EU y del potencial conflicto arancelario
“Hay cosas conocidas y cosas desconocidas, y entre ambas están las puertas de la percepción”.
Aldous Huxley.

La discusión sobre la amenaza de aplicación de aranceles a las exportaciones mexicanas hacia Estados Unidos provoca con frecuencia que se recurra a análisis simplistas o poco fundamentados sobre las implicaciones de las medidas, así como de las potenciales medidas de compensación que México podría adoptar.
Es importante destacar el hecho de que desde la primer presidencia de Trump, quedó claro que el estilo de su negociación consiste invariablemente en utilizar amenazas de medidas extraordinarias, generalmente complejas y graves, para obligar a sus contrapartes, (por él considerados adversarios), a ceder en sus pretensiones. Pero también es claro que para el presidente Trump, más que los resultados reales, lo que busca son momentos efectistas frente a su base electoral. De esta manera, por ejemplo, tratándose de su propuesta de campaña relacionada con eliminar la nacionalidad por nacimiento, se trató de una de las primeras acciones ejecutivas que propuso, sabiendo, como ocurrió, que el poder Judicial de ese país evidentemente desecharía la propuesta por ser claramente anticonstitucional. Pero él puede argumentar frente a su base electoral que intentó la propuesta y ésta fue revertida por otro poder.
Para el tema comercial, claramente el gobierno estadounidense enfatiza una serie de aspectos que son fundamentales en términos de la retórica hacia su base de votantes. El problema del fentanilo, que evidentemente se deriva de una crisis de opiáceos que en gran medida fue provocada por la industria farmacéutica local, le permite atacar simultáneamente a sus dos principales socios comerciales, como canales de ingreso del fentanilo de acuerdo con su retórica y, a China (su principal rival comercial y geopolítico), como fabricante de los precursores para ese químico.
El tema de la migración ilegal es evidentemente un tema que le permite mantener a su base electoral sensible, para el cual basta exacerbar incidentes específicos como el asesinato de una corredora por parte de un migrante indocumentado, para argumentar la retórica antiinmigrante, sin reconocer ninguna contribución de los migrantes para la base productiva de EU. En las primeras semanas de su gobierno, ha sido evidente que la idea de incrementar las deportaciones a través de acciones masivas también es más un elemento discursivo, que una realidad.
El tema específico de los aranceles se vincula retóricamente, tanto con el tráfico de fentanilo como con el hecho de que efectivamente existen empresas chinas que, con la complicidad de empresas y autoridades en México, simulan la fabricación en nuestro país de componentes que después son exportados a Estados Unidos.
Pero la realidad es que el nivel de interrelación entre los tres países es tan grande que es imposible pensar que se puede cortar de tajo el movimiento de mercancías que implicaría la aplicación de elevadas tarifas arancelarias indiscriminadas. Las amenazas y posteriores postergaciones de las medidas han sido su tónica en otros casos y seguramente seguirá ocurriendo.
Ante esta coyuntura, también se han generado visiones simplistas en nuestro país acerca de la conveniencia de replantear el tamaño y orientación de las exportaciones de nuestro país. Se ha dicho, por ejemplo, que esta es la oportunidad para que México reoriente sus exportaciones hacia otros países, lo cual es una clara muestra de la ignorancia de la magnitud de la concentración de las exportaciones mexicanas.
Entre enero y noviembre del 2024, el total de las exportaciones mexicanas fue superior a 565,000 millones de dólares, de los cuales 83 % fueron exportaciones hacia Estados Unidos.
Ello implica, que si quisiéramos reducir tan solo en 10% las exportaciones hacia Estados Unidos y sustituirlas por alguna otra región o país como destino de nuestras exportaciones, tendríamos, por ejemplo, que duplicar el total de las exportaciones que realizamos hacia toda Europa o duplicar también el total de las exportaciones que enviamos a toda Asia, incluyendo China.
Es evidente la absoluta imposibilidad de en el corto y siquiera mediano plazo, redirigir los esfuerzos comerciales de exportación de México hacia otros países en una proporción significativa.
Situaciones como las que enfrentamos, llevan frecuentemente a pensar que la cercanía e interdependencia con Estados Unidos es una maldición histórica para nuestro país, cuando representa en realidad la oportunidad de tener cercanía, proximidad y relación con el mercado más grande del mundo.