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¿Puede levar anclas el Plan México?

@campossuarez
Aprovechando que el secretario de Economía, Marcelo Ebrard, se puso marinero en la presentación del llamado Plan México, por aquello de compararlo con una carta de navegación para llegar a buen puerto, pues lo primero que tienen que hacer es derrotar al Kraken.
Ese monstruo, que puede hundir al buque mexicano de la analogía marina, no es necesariamente Donald Trump y su larga lista de amenazas que pueden hacer encallar a México.
Esta creatura que amenaza la viabilidad misma del país, donde ni el Plan México ni ninguno otro con sentido común puedan tener viabilidad, esa bestia, está dentro del propio país, es más, está incrustado dentro de la propia estructura del régimen.
El México de Andrés Manuel López Obrador es uno totalmente incompatible con las ambiciosas metas del Plan México y lo que hoy tenemos como realidad de ejecución de política pública es ese mundo opuesto del tabasqueño.
La destrucción de la autonomía judicial, la eliminación de los organismos de control y buen gobierno autónomos, el mayoriteo legislativo al vapor, la opacidad del ejercicio del gasto público, la ausente salud macroeconómica, en fin, la continuidad de esa política dañina del lopezobradorismo no es una brújula para el Plan México.
Las aguas con viento a favor que imagina el gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum pintan otra cosa, un horizonte de entusiastas inversionistas, nacionales y extranjeros, que quieran hacer todo en México.
Pensar en grande, confiar en México, llegar al lugar 10 como economía global, todo eso, sin embargo, en la antesala de un fracaso rotundo de una elección de ministros, magistrados y jueces que derivó de un arrebato autoritario unipersonal. No hay manera.
Hay algunos signos de una incipiente separación, pero no son suficientes.
La misma presentación del Plan México lo fue: muchas voces de los integrantes del gabinete, discursos estructurados, con buena convocatoria, y no la voz solitaria y locuaz de un líder iluminado inmerso en su mundo de los otros datos.
Por Donald Trump claro que hay que preocuparse, pero el Plan México es un guiño, un descarado coqueteo, con uno de los puntos centrales de los reclamos del republicano: dejar de voltear a China para buscar una integración más regional.
Rogelio Ramírez de la O, el secretario de Hacienda, lo explica con esa gracia técnica que le caracteriza, pero que no deja lugar a dudas de cómo el gigante asiático ha sacado ventaja del mundo inhibiendo su consumo interno e inundando los mercados con sus exportaciones.
Sería ingenuo pensar que con una bonita presentación política de un plan de gobierno más se frenará el embate del próximo Presidente de Estados Unidos, pero si el Plan México le da margen a Donald Trump para presumir con su base electoral un triunfo político, podría relajarse un poco.
El Plan México es hoy muy ambicioso para las condiciones actuales del país, el modelo lopezobradorista vigente lo impide y las amenazas de Donald Trump lo ponen en duda, pero si ese buque que imagina Ebrard se suelta de esas amarras y deja caer esos lastres populistas, podría este gobierno al menos generar el beneficio de la duda.