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¿Cómo descubrir lo que realmente es importante para ti? (Parte 1 de 2)

La base de las finanzas personales son las metas. Si no tienes objetivos, como tener cierta libertad financiera, poder viajar, que a tu familia no la falte nada y esté protegida, salir de deudas o lograr un retiro temprano y cómodo, a lo mejor sólo estás caminando en círculos y deberías plantearte qué es lo que quieres realmente hacer de tu vida.
Es triste, pero la mayoría de la gente a la que he dado coaching en finanzas personales no tiene estas cosas claras. Quieren saber cómo gastar menos, o cómo invertir para que su dinero crezca, pero no saben bien para qué.
Los seres humanos estamos entrenados para saber qué cosas se nos antojan, qué queremos, incluso qué disfrutamos. Pensamos mucho en el corto plazo: en ir a un concierto, en hacer un viaje con los amigos, en el smartphone que está por salir. Hay quienes piensan en lo que deberían querer, como la gente que ahorra sin un objetivo concreto, porque les han dicho (y han entendido) que “es bueno” hacerlo.
Pero muchos no tienen ni idea de quiénes son, por qué están en este mundo, ni tienen claro qué es realmente lo importante para ellos. Pocas personas han escrito una visión y una misión. Viven siguiendo la corriente o las tendencias. Esa es una realidad muy triste.
Como dice Stephen Covey: “Todas las cosas se crean dos veces. Existe una creación mental (primera) y una creación física (segunda). La creación física sigue a la mental, al igual que un edificio sigue un plano. Si no haces un esfuerzo consciente para visualizar quién eres y qué quieres en la vida, entonces esencialmente estás dando poder a otras personas y a las circunstancias para que te moldeen a ti y a tu vida”.
Ahora bien, no es fácil hacer esto. Requiere muchísimo tiempo de reflexión y además es fácil desviarse y empezar a divagar. Me ha pasado muchas veces. Cada vez que dedico tiempo a pensar en mi propia vida, me pierdo en un montón de ideales. Pienso en escribir un libro. Pienso en estudiar filosofía. Me gustaría aprender a programar y desarrollar algunas aplicaciones propias. También pienso en los grandes viajes que me encantaría hacer.
Todo esto está bien. Son sueños y me gusta dar pequeños pesos hacia ellos porque me hacen una mejor persona y porque simplemente lo disfruto.
Sin embargo, cuando me detengo y miro el panorama general, me doy cuenta que eso no es lo que realmente es importante para mí.
¿Qué sí es lo más importante?
Sin duda mi familia. Me casé a los 21 años y casi todo lo que he hecho en mi vida ha sido por mi esposa y por mi hija: tanto lo bueno como lo malo. Eso siempre ha sido lo primero y por ellas he sacrificado muchas otras cosas (con gusto).
También es importante para mí cuidar mi salud y estar bien. Eso incluye mi salud financiera. No he sido ajeno al estrés que producen las deudas, la pérdida de empleo o la falta de liquidez.
Es muy importante para mí aprender cosas nuevas sobre la vida, sobre las personas, otras formas de pensar, procesos sociales, cómo se verá el futuro en un mundo en el que la Inteligencia Artificial será un factor dominante.
También es importante transmitir lo que he aprendido. Enseñar y ayudar a otras personas a mejorar su vida y sus finanzas personales. Por eso he escrito esta columna durante más de 25 años.
Me he dado cuenta que casi todas los demás intereses y pasiones son secundarios a esas cosas. Por ejemplo: me encanta viajar y me gustaría hacerlo más a menudo, conocer otras culturas y maneras de vivir. Viajar para mí es importante, pero lo verdaderamente importante es lo que el viaje aporta a mi vida (el aprendizaje del que hablé antes).
Hace tiempo leí el blog de una persona a la que le encanta jugar juegos de mesa. Lo hace al menos una vez a la semana, con familia y con amigos. Al reflexionar al respecto, se ha dado cuenta que no es en realidad sobre los juegos, sino sobre las personas con las que juega, los recuerdos que se construyen alrededor de ellos, las conversaciones, las risas. Eso es, en realidad, lo importante.
Las finanzas personales no se tratan nada más sobre el dinero. Son una herramienta que te ayuda a lograr lo que realmente es importante para ti. Pero si no lo tienes claro, será fácil perderte en el camino y llegar a un destino que no es el que querías.
Los seres humanos estamos entrenados para saber qué cosas se nos antojan, qué queremos, incluso qué disfrutamos. Pensamos mucho en el corto plazo: en ir a un concierto, en hacer un viaje con los amigos, en el smartphone que está por salir.