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¿Y los empresarios?

Desde la elección de 2018 los empresarios, sobre todo sus cúpulas, le han fallado a México. Han preferido la simulación y han sido sometidos al chantaje. Algunos que desde el principio sabían que iban a sufrir la ira y venganza presidencial tomaron la correcta decisión de automarginarse, es el caso de Alejandro Ramírez, uno de los más talentosos que dejó las dirigencias y se concentró en sus empresas y proyectos sociales.
Casi todas las organizaciones y varios de los llamados capitanes se fueron por lo que ellos llaman camino ¿institucional? (El de los tamales de chipilin y compra de boletos), llegaron al extremo de elegir como líderes a quienes estaban más cerca de los afectos de López Obrador.
Por cierto, ya se apuntan al futuro, la abyecta serenata que le tributaron un par de personajes a la candidata Claudia Sheibaum en la convención bancaria evidenció a los dos tenores y al gremio que representan.
Por lo bajo, empresarios y ejecutivos de empresas expresan molestia porque consideran que el gobierno se ha excedido, pero prefieren resolver pagando que meterse en litigios.
Nadie en su sano juicio pediría acciones suicidas de la gente del dinero, no se trata de actos heróicos, solo un poco de decoro, en particular de quienes han elegido representar a sus homólogos.
De lo que ellos mismos llaman responsabilidad social, del ejemplo que dieron antecesores de la talla de Garza Sada, Aranguren, Clouthier y otros cuyo compromiso con el país se manifestó hasta el último día de sus vidas.
Insisto, no se trata de envolverse en la bandera, para tirarse al vacío, solo deslindar responsabilidades y para el caso van dos ejemplos. Desde 2016, en el gobierno de Peña Nieto, se viene registrando una notable mejoría del salario mínimo, que el gobierno festina como logro propio cuando son las empresas las que negocian y pagan.
El segundo las pensiones. Apenas hace un par de años los empresarios trazaron un programa para mejorar las pensiones, definieron montos y el camino a seguir. De plumazo el presidente y su partido cambiaron el rumbo con una acción electorera, inclusive López Obrador acusó que los bancos, (solo cuatro participan en las afores), querían quedarse con los ahorros de las cuentas inactivas. En Acapulco los banqueros hicieron mutis.
Están en marcha los procesos electorales, las dos candidatas han dejado entrever sus posiciones en materia de la inversión privada y social, en el caso de Xóchitl Gálvez por su trayectoria como empresaria se sabe lo que ha hecho y va de acuerdo con los posicionamientos que la iniciativa privada ha expresado en materia de relocalización, energías limpias, programas sociales y el trato para los trabajadores.
Claudia Sheinbaum en varias áreas es un enigma porque no quiere confrontarse con el presidente, lo que sí se puede anticipar es que ya dejó claro que simpatiza con la inversión privada, pero bajo reglas que su gobierno trazaría.
Lo cierto es que el país necesita de los empresarios, el gobnierno no tiene dinero, sin los particulares plazas será difícil aprovechar las oportunidades que están a la puerta, pero que exigen cambios radicales en materia de generación de energía, combate a la inseguridad, pero sobre todo en estado de derecho.
En 2026 será la renegociación del tratado comercial con Estados Unidos y Canadá, con las condiciones actuales México tiene serias desventajas y más si Trump regresa a la Casa Blanca.
Por ahí ya se escucha nuevamente aquello de darle al próximo gobierno el margen de la duda, que al ponerse la banda presidencial la próxima presidenta borrará el pasado. Bueno, hasta quienes pretextan que Cuba o Venezuela siguen adelante.
Pues sí, México es mucho país, tiene fuertes resistencias, lo mismo dirán en Cuba y Venezuela que 65 años uno y 25 años el otro, siguen con sus dictaduras.

