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WiFi vs. 5G y el tercero en discordia

Dos tecnologías complementarias, WiFi y 5G, libran una batalla encarnizada por el control y uso de la banda de 6 GHz.
Esta banda del espectro tiene un tamaño o extensión de 1,200 MHz. De ese total, el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) recién clasificó 500 MHz, en particular el bloque de 5,925-6,425 MHz, como espectro libre, es decir, para ser utilizado por WiFi. Los 700 MHz restantes aún no están atribuidos a un uso o servicio en particular.
A la industria WiFi no le gustó la decisión porque esperaba que toda la banda de 6 GHz se clasificará como espectro no licenciado.
La implementación de 5G y la expansión de WiFi en la banda de 6 GHz es un tema candente en la industria de las telecomunicaciones y se está librando en todo el mundo.
La banda de 6 GHz es una porción del espectro radioeléctrico que se ha utilizado tradicionalmente para fines gubernamentales y militares. En Estados Unidos, la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) permitió el uso comercial de la banda de 6 GHz en abril de 2020.
Desde entonces se ha desatado una disputa feroz entre dos bandos. En una esquina se encuentran los operadores de telecomunicaciones de cada país, los desarrolladores de infraestructura como Huawei, Ericsson, Nokia, ZTE y la asociación de la industria móvil GSMA. Todos ellos abogan porque la banda de 6 GHz se utilice para lograr los beneficios sociales y económicos de 5G.
En la otra esquina se encuentran fabricantes de equipos WiFi como Cisco, de semiconductores como Qualcomm, Intel o Broadcom, así como grandes empresas de Internet como Meta (Facebook) o Google, por fabricantes de smartphones como Apple y por las asociaciones WiFi Alliance y Dynamic Spectrum Alliance. Ellos abogan por WiFi y quieren todo el segmento de 1,200 MHz.
Los defensores de 5G sostienen que necesitan la banda de 6 GHz para ofrecer velocidades más rápidas y una mejor cobertura, debido al crecimiento exponencial del tráfico de datos móviles, y por ser una banda idónea que reúne capacidad de transporte y cobertura, incluidas áreas rurales.
Los defensores de WiFi argumentan que la banda de 6 GHz es esencial para la expansión de WiFi de alta velocidad en áreas urbanas, donde existe una gran demanda de ancho de banda, para descargar el tráfico de datos, así como en interiores como hogares, centros comerciales, estadios o industrias.
Es sencillo entender los intereses legítimos de cada industria que pugna por ganar la banda de 6 GHz.
Por una parte, los operadores móviles han invertido cantidades ingentes de dinero en adquirir bandas del espectro radioeléctrico (muchas veces a precios onerosos), desplegar las redes móviles y soportar el crecimiento de datos móviles. Los fabricantes de infraestructura venden sus equipos, tecnologías y soluciones a sus socios, los operadores móviles.
Un punto a favor de 5G es que las redes móviles efectivamente han democratizado la tecnología, lograron el milagro del Internet móvil y contribuyen al cierre de la brecha digital.
A los apoyadores de WiFi, por su parte, les conviene vender hotspots y routers para WiFi, vender chips a los fabricantes de teléfonos inteligentes y otros equipos de Internet de las Cosas para que los usuarios o algunas industrias se conecten a cualquier red WiFi disponible, o bien desarrollan servicios o tecnologías innovadoras como el metaverso, que permitirá experiencias digitales enriquecidas con Realidad Aumentada y Virtual en cualquier entorno conectado a WiFi.
Un aspecto a favor de WiFi es que efectivamente el uso libre de la banda de 6 GHz permitiría acceso a Internet y a servicios digitales innovadores altamente utilizados y apreciados por los usuarios.
La banda de 6 GHz es clave para la conectividad inalámbrica de ambas industrias porque ofrece una mayor cantidad de espectro, lo que se traduce en una conectividad más rápida y confiable.
También significa que pueden existir más dispositivos conectados a la red sin que se degraden las velocidades de conexión. Esto es importante a medida que Internet de las Cosas continúa creciendo y más dispositivos necesitan conectarse tanto a las redes móviles como a WiFi.
Tanto 5G como WiFi ven la banda de 6 GHz como un territorio clave para expandir sus capacidades de conectividad inalámbrica. 5G está concebido para proporcionar conectividad de alta velocidad y baja latencia a través de redes móviles, mientras que WiFi se utiliza principalmente en entornos fijos como hogares, oficinas o industrias.
Existe un tercer jugador silencioso poco mencionado en esta batalla: los operadores fijos de telecomunicaciones que proporcionan banda ancha de alta capacidad y velocidad. Estos proveedores están en una encrucijada. Algunos pertenecen al mismo grupo de interés de los operadores móviles y, por lo tanto, se decantan por 5G en apoyo a la unidad de negocio móvil.
También son los proveedores de conectividad para WiFi. En ambos casos su rol es complejo porque los operadores fijos tienen que invertir en fibra óptica, la tecnología esencial que permite tanto redes móviles 5G robustas, rápidas y de muy baja latencia, como WiFi de alta velocidad y confiabilidad.
WiFi espera que los operadores fijos inviertan en fibra y sean contratados por hogares, negocios e industrias para hacer realidad un WiFi ultra veloz y aplicaciones digitales como el metaverso.
Los operadores fijos están a la mitad del fuego cruzado: les conviene que la banda de 6 GHz se destine a 5G porque eso favorece a sus hermanos móviles, pero también a WiFi porque van a tener más clientes que contraten banda ancha ultra rápida.
Ambas posturas esgrimen argumentos a favor de sus industrias y ambas compaginan el interés privado con el interés público y los beneficios sociales de la banda de 6 GHz a través de 5G o WiFi.
Un enfoque balanceado es el idóneo para que todos ganen. 5G sí necesita más espectro y a precios razonables. WiFi sí necesita espectro libre para habilitar una experiencia de conectividad enriquecida. Los operadores fijos invierten en fibra para vender conexiones más veloces.
La decisión del IFT de atribuir 500 MHz en la banda de 6 GHz para espectro no licenciado (WiFi) fue salomónica. No esperemos estar todos contentos y satisfechos con la decisión del regulador, porque la batalla por la banda de 6 GHz es una de las más encarnizadas. Mejor conozcamos qué defiende y argumenta cada bando. Si todos tienen razón, entonces todos deben negociar y ceder.

