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Opinión

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Lecciones de la guerra de precios 2024-2016 en el mercado del petróleo emprendida por Araba Saudita y la OPEP para aniquilar la producción no convencional en EU, y su devastador impacto en la situación financiera de Pemex

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De acuerdo con el Informe de noviembre de 2023 (Oil Market Report del Departamento de Energía de EU), la oferta total de producción de petróleo crudo mundial ascendió a 96.3 millones de barriles diarios (mbd). Si se incluyen los rubros de ganancias de procesamiento y de biocombustibles, la oferta global ascendió a 101.8 mbd. Por su parte, la demanda global para el mismo periodo fue de 101.9 mbd. Considerando exclusivamente la extracción de petróleo crudo, Estados Unidos produjo 13.1 mbd (su demanda es de 20.5 mbd). Continuó con gran fortaleza la producción no convencional.

La importancia creciente de la producción no convencional para Estados Unidos como aliciente para la guerra de precios desatada por Arabia Saudita y la OPEP en 2014-2016

Más de la mitad de la producción en el país vecino del norte se debe a la extracción vía la tecnología no convencional (producción shale oil). Lo sorprendente de la significativa relevancia de esta extracción de hidrocarburos en EU, fue su fortalecimiento después de la guerra de precios que, la OPEP conducida por Arabía Saudita emprendió, para destruir dicha producción no convencional, evento que sucedió de manera inesperada e implacable -como un meteorito que irrumpiera de los cielos y cayera en el océano- a mediados de la década pasada. Previamente, entre 2011 y 2014, el precio del petróleo crudo había alcanzado niveles sin precedentes, el precio del petróleo Brent promedió 107.61 dólares el barril y el precio del WTI promedió 95.02 dólares el barril (teniendo un punto culminante en su precio de 105.4 dólares el barril). Desde el 2010, la producción no convencional en Estados Unidos experimentó un crecimiento explosivo y en muy poco tiempo duplicó la producción de crudo, convirtiendo a este país en el principal productor mundial de petróleo crudo. De 2008 a 2013, Arabia Saudita fue el productor de petróleo crudo más importante del mundo seguido de Rusia y en tercer lugar se ubicaba Estados Unidos. Sin embargo, a finales de 2013, Estados Unidos gracias a la producción de shale oil sobrepasó a Rusia y a Arabia Saudita como líder mundial. Ante este crecimiento vertiginoso de la producción no convencional (sin duda, el aumento más impactante en EU desde el rally de producción que comenzó en 1900), la OPEP, liderada por Arabia Saudita instrumentó una estrategia de guerra de precios para acabar con la producción no convencional estadounidense. Esta estrategia se fundamentó en la premisa de que el coste de la producción no convencional era superior a los 60 dólares el barril. Algunos estrategas de la OPEP incluso estimaban que en 2012-2013 el punto de equilibrio de la producción no convencional se situaba en 70 dólares el barril (Simon Watkins “The Complete Guide to Global Oil Market Trading”, 2021). En contraste, los costos de extracción en Arabia, en Iraq y en Irán rondaban en ese mismo periodo los 2 dólares el barril. En diversas reuniones de la OPEP (los expertos refieren enfáticamente una reunión secreta ocurrida en Nueva York), los jeques árabes, tomando el liderazgo de la OPEP, se propusieron destruir la amenaza que representaba para Arabia y los países de la OPEP, la producción de petróleo a base de la extracción no convencional. Se establecieron dos objetivos a saber, el primero la destrucción de los productores de sale oil de EU, y el segundo objetivo fue imponer una disciplina en la producción petrolera a los miembros de la OPEP ( Simon Watkins “The New Global Oil Market Order and How to Trade It”, 2023)  En síntesis, primordialmente, la guerra de precios desatada por los árabes en 2014 se debió al combate del inusitado crecimiento de la producción no convencional estadounidense, uno de los más grandes crecimientos de extracción de petróleo crudo de la historia. Este vertiginoso crecimiento de la producción de hidrocarburos en el país vecino de México en opinión de los estrategas de la OPEP se eliminaría, reduciendo el precio del petróleo por debajo de los 70 dólares el barril. De esta manera, la OPEP y particularmente Arabia Saudita instrumentaron una estrategia de sobreproducción violenta de la producción de petróleo a partir de 2014. 

Éxitos efímeros de la guerra de precios de la OPEP 2014-2016

Con el incremento brutal de la producción de hidrocarburos decretada por la OPEP, el precio del petróleo inicio un fuerte y violento declive, por debajo de la meta establecida de 70 dólares el barril, el precio alcanzó un valor de 33 dólares el barril. Esta reducción canceló grandes proyectos de extradición de petróleo convencional, como los siguientes: La empresa francesa Total pospuso el proyecto Joselyn en Canadá, planeado en 11 mil millones de dólares; Shell canceló proyectos de inversión con un precio por debajo de 80 dólares. El gigante BP retrasó su proyecto de inversión en aguas profundas en el Golfo por 20 mil millones de dólares denominado “Mag Dog Phase 2”. Inicialmente, todo parecía viento en popa en la estrategia de guerra de precios árabe-OPEP con estos desfasamientos de proyectos de extracción de petróleo por la vía convencional. Sin embargo, los jeques árabes no contaban con lo que Hegel denominó la astucia de la historia, que tiene que ver con el fracaso de grandes planes de los gobernantes o actores sociales y económicos por sucesos imprevistos generados por el azar (sobre este particular fenómeno recurrente en la historia social y económica de cualquier país, ver el impresionante texto de Hegel “Fenomenología del espíritu” escrito en 1807. Este complejísimo texto se puede entender mejor si se lee de Gyorgy Lukacs “El joven Hegel y los problemas de la sociedad capitalista” 1948, y El “Asalto a la razón”, 1954. Recomendamos complementar la lectura de Hegel con el texto de Joseba Arregi “La astucia de la historia”. El mundo. Febrero, 2015. Sobre la base de la diferencia entre razón y entendimiento, Joaquin Miras expresa su condena al uso la astucia de la historia en su texto “De la inexistencia de la en Hegel”, EspaiMarx, noviembre de 2023). Por su parte, Federico Engels (José Ferraro “Sartre y la dialéctica de la naturaleza en Engels”, UAM, 2005) siguiendo a Hegel y para evitar la aparición de la astucia de la historia, advirtió que, en la evolución económica y social, las estrategias deben incluir una evaluación de la posibilidad de que ocurran consecuencias no previstas (la astucia de la historia). Los países de la OPEP ignoraron este sabio consejo. No obstante, que entre 2014 y 2016 se registró uno de los más grandes declives en el precio del petróleo de la posguerra (Marc Stocker-John Baffes y Dana Vorisek, 2018), la estrategia de la OPEP no funcionó. El precio del crudo se contrajo hasta alcanzar un nivel aproximado de 33 dólares al final de la guerra de precios (2016).

El fracaso de la guerra de precios Arabia-OPEP de 2014-2016

¿Por qué fracasó la estrategia? ¿Qué sucedió? Como se mencionó anteriormente, durante el declive de precios del petróleo se suspendieron proyectos de producción con tecnología no convencional, sin embargo, muchos campos de producción no convencional se ajustaron al declive de precios, particularmente en Texas, Nuevo México y Dakota. Con el declive de precios señala Watkins la producción de petróleo basado en plataformas horizontales se colapsó, la producción de shale oil, sólo disminuyó ligeramente y retomó una senda ascendente y vigorosa después de 2016. La producción acrecentada por esta vía se vio beneficiada por ganancias de productividad. El cierre de pozos de campos por declive de precios fue mínimo, y cuando ocurrió, al ajustar los costos y reanudarse la producción ésta se llevó a cabo en brevísimo tiempo, hasta un máximo de dos semanas. Se ignoró en la estrategia de la OPEP liderada por los árabes el avance en la innovación tecnológica con perforación lateral más larga (drill longer laterals), se minimizaron los costos fijos de por si pequeños de la producción no convencional, y se avanzó en métodos de sustentabilidad de la nueva tecnología. La apertura de pozos shale oil fue tan rápida que, los productores de petróleo con métodos no convencionales fueron capaces de aperturar nuevamente sus relaciones con las refinerías para el procesamiento de petróleo crudo. El empleo en el sector de producción no convencional no sólo se mantuvo, sino que se expandió. La producción se ajustó de forma pasmosamente rápida y con eficiencia envidiable, de tal manera que el punto de equilibrio de la producción no convencional pasó de 70 dólares a solo 35 dólares. En este proceso de ajuste de la industria petrolera no convencional, hubo innovación schumpeteriana en el ámbito financiero. Los productores de shale oil utilizaron de manera satisfactoria coberturas dinámicas petroleras (Ver el texto más sutil y profundo sobre estas estrategias en ambientes turbulentos como los de la industria petrolera, en el libro sobre coberturas dinámicas de Nassim Taleb el creador del concepto de Cisne Negro. Su texto un verdadero tour de force intelectual se intitula “Dynamic Hedging: Managing Vanilla and Exotic Options” John Wiley, 1997. A pesar de su antigüedad de poco más de un cuarto de siglo el libro de Taleb conserva su vigencia operativa en el mercado petrolero y con ella su plenitud analítica). El uso de las coberturas petroleras dinámicas, por los productores no convencionales de petróleo les permitió obtener enorme resiliencia efectiva ante las turbulencias del mercado petrolero, siempre traicionero, pero también siempre generoso como un par dialectico hegeliano que, les brindó capacidad de sobrevivir a reducciones de precios del petróleo tan significativas, inducidas por los árabes a través de la OPEP.

¿Por qué se terminó la guerra de precios del petróleo en 2016?

La respuesta es sencilla. La guerra de precios significó una devastación económica en los países de la OPEP. Arabía Saudita, por ejemplo, perdió en sólo dos años 250 mil millones de dólares de sus reservas internacionales. Y sus finanzas públicas pasaron de un significativo superávit a un déficit catastrófico, y los países de la OPEP perdieron ingresos de acuerdo con la Agencia Internacional de Energía, aproximadamente por 450 mil millones de dólares. El colapso del precio del petróleo generó un déficit presupuestal tremendo en Arabia Saudita de casi 100 mil millones de dólares a finales de 2015. Hay que recordar que la economía árabe dependía en esa época del 80% de los ingresos públicos generados por la extracción petrolera. El poder de la OPEP se debilitó enormemente y su prestigio también con esta guerra. Por estas razones Qatar decidió salirse de la OPEP en 2019, Indonesia hizo lo propio en 2016, y Ecuador en 2020.  El príncipe conductor de Arabia Saudita (de entre 7,000 príncipes potenciales herederos, de acuerdo a Karenina Velandia BBC Mundo, 2 de diciembre de 2017) Mohammad bin Salman bin Abdulaziz AI Saud (conocido como MBS) heredero de Abdulaziz bin Saud origen de la dinastía, después de su fallida estrategia, encontrándose distanciado de EU, anda penando como el príncipe padre del Hamlet de Shakespeare buscando la ayuda de Xi Jinping y de Vladimir Putin. Esta fallida estrategia de guerra de precios, impulsada por bin Salman fue seguida de una rebelión interna a la cual MBS respondió con extrema dureza pretextando un duro combate a la corrupción.

Las consecuencias financieramente devastadoras para PEMEX y México de la guerra de precios de la OPEP liderados por los árabes de 2014-2016

La guerra de precios de la OPEP por sobreproducción petrolera tuvo consecuencias muy graves para México y para Pemex. Las aportaciones de los Derechos de Hidrocarburos (DH) de Pemex al Fondo Mexicano del Petróleo (FMP) se redujeron de manera considerable. En 2013, los DH fueron 861, 552 miles de millones de pesos (mmp), en 2014, ascendieron a 780,414 mmp, una reducción de 81,137 mmp, en 2015 los DH representaron sólo 398,805 mmp, una pérdida cuantiosa de ingresos de 381,609 mmp, en el 2016, se perdieron ingresos adicionales por 90,888 mmp. En los tres años 2014-2016 que, estuvo vigente la sobreproducción petrolera y el concomitante colapso del precio del petróleo, la pérdida acumulada de ingresos del Estado mexicano provenientes de la caída de los Derechos de Hidrocarburo ascendió a 553 mil 635 millones de pesos (poco más de medio billón de ingresos por DH perdió el Estado). Esto no fue todo, los ingresos indirectos fiscales del gobierno Federal por extracción de petróleo y venta de este se vinieron abajo drásticamente de tal manera que, la proporción de Ingresos petroleros respecto de los ingresos totales del sector público presupuestario del país se vino abajo dramáticamente. En 2013, los ingresos petroleros representaron el 33% de los ingresos del sector público de México, en 2014 el porcentaje declinó a 30.5%, en 2015 sólo significaron 19.8%, y en 2016, significaron 16.3%, una verdadera catástrofe por la sangría de ingresos públicos que se generó. Este resultado fue también producto de la continua caída de la producción petrolera de Pemex. Los dos efectos, caída del precio internacional del petróleo y caída de la plataforma de producción petrolera de Pemex, actuaron como las dos ramas de unas tijeras recortando drásticamente los ingresos petroleros y desequilibrando y dislocando la estructura financiera de la empresa productiva del Estado. El colapso de ingresos del gobierno inducido por la menor capacidad de generación de ingresos de Pemex obligó al gobierno a efectuar drásticos recortes de inversión cuyos efectos persisten aún. 

Reflexión final de los impactos financieros de la guerra de precios sobre Pemex a la luz del momento Minsky.

La guerra de precios emprendida por la OPEP entre 2014 y 2016 tuvo los siguientes efectos: 1. La sobreproducción petrolera por parte de la OPEP para exterminar la producción no convencional petrolera no convencional en EU no tuvo, éxito. Esta industria se ajustó en forma muy positiva y catapultó a EU como el país más importante del mundo en producción de petróleo. 2. Arabia Saudita destruyó su economía con elevados déficits fiscales por la caída de sus ingresos y perdió de manera catastrófica reservas internacionales. Lastimó su relación económica y comercial con EU, y perdió reputación como líder estratégico de la OPEP. Varios países dañados abandonaron la OPEP. 3. Los ingresos fiscales provenientes de Pemex tambalearon las finanzas públicas del Estado, y su capacidad para mitigar las necesidades sociales y económicas de la población de México. Con Ingresos fiscales reducidos el gasto del Estado se vio severamente constreñido. La proporción del gasto público como proporción del PIB de México, es muy baja en comparativa internacional, se puede afirmar sin duda que es de las más bajas del mundo. 4. Pemex experimento un daño financiero tremendo en su capacidad de generar flujos de efectivos para afrontar sus compromisos financieros potenciados por una deuda financiera heredada de casi dos billones de pesos. El economista de las crisis financieras del siglo XXI, Hyman Minsky (“Financial Instability Hypothesis”, Levy Economic Institute. Working Papr No. 74, 1992. Recomiendo, en especial él paper de Edgardo Bucciarelli y Marcello Silvestri intitulado “Hyman P. Minsky's unorthodox approach: recent advances in simulation techniques to develop his theoretical assumptions”, Journal of Post Keynesian Economics. Vol. 36, No.2 Winter 2013-2014) definió el estado de salud financiera de las empresas públicas o privada en base a tres categorías a saber: Categoría A: Empresas de Cobertura (Hedge Firms) Pertenecen a este rubro las empresas cuyo flujo de efectivo pueden repagar íntegramente en cualquier momento su saldo de la deuda y los intereses de esta. Categoría B: Empresas Especulativas (Speculative Firms), son aquellas cuyo flujo de efectivo pueden solo repagar los intereses de la deuda, pero no el saldo acreedor de la misma. Categoría C: Empresas Ponzi (Ponzi Firms) son aquellas cuyo flujo de efectivo es incapaz de repagar el capital y los intereses de la deuda. Sin duda, el abandono de las inversiones en exploración de petróleo de las administraciones anteriores que generó un declive en la producción de petróleo de Pemex desde 2004 donde alcanzó un pico de 3.4 millones de barriles de petróleo diarios hasta  finales de 2018 en el que la producción se deslizaba peligrosamente hacia un nivel de producción de 1.5 millones de barriles de petróleo diarios (las inversiones en exploración de esta administración lograron estabilizar la producción de Pemex en 1.7-1.8 millones de barriles de petróleo diarios a partir de marzo de 2019), convirtieron a Pemex de una empresa de cobertura (Hedge Firm)  en el sentido de Minsy a una empresa especulativa (Speculative Firm) y le amenaza de convertirse en la categoría C. El rescate de Pemex pasa primero por evitar que Pemex se convierta en una Ponzi Firm. Esto se logrará con una reestructuración profunda financiera vinculada a un plan integral de mediano, largo y con una gobernanza de clase mundial de la empresa productiva del Estado, en la que los objetivos y su medición rigurosa contengan no solo metas de producción sino metas financieras muy estrictas y creativas. Hay muchas opciones, yo mismo consideré la emisión de un bono consol como parte de esa estrategia de reestructuración financiera (La utilización de los bonos consols como estrategia de administración de deuda soberana, El economista, 28 de abril 2024). Mi propuesta se ajusta bien al plan anunciado por el subsecretario de Hacienda Gabriel Yorio en la que el gobierno de México de absorción bonos de Pemex por 40 mil millones de dólares para los vencimientos que se efectúen en el periodo 2024-2030 mediante recompra de los mismos o emisión de deuda soberana.

Una aplicación empírica usando la técnica estadístico-econométrica de descomposición de quantiles para examinar componentes principales en diferencias de covariables en el contexto de identificar empresas de cobertura (Hedging Firms), empresas especulativas (Speculative Firms) o empresas Ponzi (Ponzi Firms) basada en la taxonomía de Hyman Minsky se presenta en un reciente estudio de Leila Davis, Joao Paulo de Souza y Gonzalo Hernández intitulado “Listing, Delisting, a Financial Norms: A Quantile Decomposition of Firm Balance Sheets”, Journal of Evolutionary Economics, May, 2023).

Consideración especial acerca de los significativos avances tecnológicos en desarrollo sustentable de la producción no convencional. 

La tecnología no convencional con enfoque de sustentabilidad ha avanzado de manera vertiginosa. En 2018, el presidente de la República Licenciado Andrés Manuel López Obrador tenía razón al condenar el Fracking. Esta es la fotografía de ese año. Cinco años después, la fotografía ya no es la misma. El cambio ha sido vertiginoso como el que está ocurriendo en el mundo de las criptomonedas, después de sus crisis monetarias (Caso FTX de Sam Bankman-Fried. Ver el relato de Michael Lewis “Going to Infinite”, 2024). La tecnología no convencional petrolera con sus costes flexibles y su adaptación constante ahora dirigidos a la sustentabilidad promete mucho. La estimulación hidráulica cíclica utilizada en Argentina en el yacimiento no convencional de Vaca Muerta es un ejemplo de proceder a la extracción petrolera mitigando al máximo los daños al ecosistema. Es importante preservar el ecosistema. Pero no se puede negar el avance de sustentabilidad de la industria petrolera no convencional. Se tiene que dar un seguimiento perpetuo a esta tecnología para evaluar con todo rigor científico y tecnológico, por grupos no vinculados a intereses privados, si dicha tecnología no convencional preserva o no el ecosistema. Al cierre de 2023, las inversiones mundiales en energías limpias se estiman que fueron de 1.7 billones de dólares, mientras que las inversiones en combustibles fósiles ascendieron a 1 billón de dólares (IEA, 2023). La brecha se ha profundizado y esto afectará favorablemente sin duda a la producción no convencional con enfoque de sustentabilidad. Quizá por ello, países con tradición de energía limpia como Australia, India, los países nórdicos socialistas, la propia Inglaterra y Rusia están evaluando (ya desde 2019), el potencial de la producción no convencional con enfoque de sustentabilidad como lo señalan Manuel Frondel y Marco Horvath del instituto Leibniz de investigación económica de Alemania (“The U.S. Fracking Boom: Impacto on Oil Prices”,2019. Se trata de un estudio riguroso que utiliza la modelación estadística de procesos dinámicos no lineales). 

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