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La elección que fue
Efectivamente, el triunfo tricolor rompió la tendencia de las últimas tres elecciones intermedias, donde el partido en el gobierno perdió la mayoría en el Congreso.
Comentamos aquí que la elección intermedia apuntaba a potenciales resultados inesperados. Los pronósticos finalmente se cumplieron, con interesantes lecciones a nivel local y federal.
La mejor noticia, para empezar, fue la participación ciudadana a pesar de los agoreros de la violencia, el boicot, la abstención y el voto nulo. Con 47% de participación a nivel federal (al cierre del PREP), se trató de la elección intermedia más concurrida, después de las de 1991 y 1997. A nivel local, la respuesta ciudadana rebasó 60% en Nuevo León. Claramente, la gente optó por la vía democrática, en rechazo a la provocación violenta.
Mala tarde también para los anulistas, ya que el voto nulo de 4.88% resultó menor que el del 2009 (5.3 por ciento).
Con este escenario de fondo se dieron varias sorpresas. Uno, el triunfo de los candidatos independientes o sin partido , para ser más precisos. Pedro Kumamoto (diputado local en Jalisco), Manuel Clouthier (diputado federal por Sinaloa), César Valdez (alcalde de García), Alfonso Martínez (alcalde de Morelia) y el más emblemático, Jaime Rodríguez Calderón El Bronco (gobernador de Nuevo León).
Dos, el voto de castigo y la alternancia. Cinco estados cambiaron de color, unos como efecto de rechazo a serias acusaciones de corrupción (del panista Padrés en Sonora y del priísta Medina en Nuevo León), otros como efecto del desgobierno imperante (del PRD en Guerrero y del PRI en Michoacán). Mención aparte merece Querétaro, donde el revés para la exitosa gestión del priísta José Calzada respondería más al perfil de los candidatos contendientes o a la decisión de un electorado altamente sofisticado.
Tres, la pluralidad llega al Distrito Federal. Tras 18 años de hegemonía perredista, el rechazo ciudadano se hizo patente. De las 16 delegaciones, el PRD conserva seis, Morena gana cinco, el PRI tres y el PAN dos. En la Asamblea Legislativa, la operación lopezobradorista rindió frutos y Morena se lleva 18 distritos, frente a 17 del PRD y cinco del PAN.
Cuatro, Morena irrumpe como cuarta fuerza en la Cámara de Diputados, desplazando al PVEM al quinto lugar. Contundente plataforma para AMLO, que podría también ser su techo.
Cinco, los tres grandes partidos pierden votos (el PRD en menor proporción, por cierto), pero repiten el orden del 2012.
Efectivamente, el triunfo del PRI rompió la tendencia de las últimas tres elecciones intermedias donde el partido en el gobierno perdió la mayoría en el Congreso. ¿Qué sigue? Mucho material para seguir comentando.