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La nueva narrativa en los mercados es sobre la inflación, de nuevo
Las expectativas de dos recortes al intervalo de la tasa de interés de referencia por parte de la Fed, planteado por los mismos miembros del Comité de Mercados Abiertos, se desvanece.

Al finalizar el verano, en septiembre, el consenso de los inversionistas aseguraba con firmeza la derrota sobre la inflación elevada que se registró durante 2022 y 2023. La Reserva Federal (Fed) aplicó un recorte agresivo de 50 puntos base a las tasas de interés, llamando la atención a la ruta de debilidad en el empleo y la posibilidad de una caída en el crecimiento.
Las expectativas entre los participantes en el mercado se volcaron a descontar que habría un número elevado de bajas consecutivas a la tasa de interés de referencia, en las cotizaciones de los futuros de la tasa de fondos federales se llegó a descontar una tasa de 2.75% para el cierre de este año (Hoy la tasa de referencia se ubica en un rango entre 4.25-4.50%).
Pues hoy esa narrativa se ha desvanecido. La economía de Estados Unidos no solo no se desaceleró, sino que se mantiene con fuerza. Los últimos datos sobre el empleo han consolidado tal visión, la nómina no agrícola de diciembre observó un avance de 256,000 plazas, cifra significativamente por encima de lo anticipado por los analistas (150,000), así como de lo percibido durante noviembre (227,000).
Los mayores incrementos se vieron en los sectores de comercio al por menor, hospitalidad y esparcimiento. Aunado a ello, la tasa de desempleo se sitúo en 4.1%, menor a lo estimado por el mercado (4.2%).
Los indicadores de percepción contenidos en los índices de Gerencia y Abastecimiento (ISM por sus siglas en inglés) tanto de la parte manufacturera como de servicios recuperan terreno.
La inflación, en especial el índice subyacente que mide el cambio en precios excluyendo elementos volátiles como energía y alimentos, lleva desde entonces sin mostrar avance, estancado en 3.3%, alejado del objetivo que pretende la Fed (2%). Es probable que mientras usted lea estas líneas se haya publicado el dato de diciembre.
Analistas no esperan un cambio en la cifra anual, pero la publicación ha cobrado relevancia, debido a que las expectativas de inflación se han vuelto a elevar.
El indicador de expectativas más elocuente es la diferencia entre las tasas que pagan los bonos ligados a la inflación (tasa real) y las tasas de bonos con tasa nominal. A este diferencial se le conoce como el breakeven. Comparando el plazo de 10 años, el diferencial se ha elevado al nivel máximo de los últimos dos años. Las encuestas de la Universidad de Michigan y la que realiza la Fed de Nueva York indican que la expectativa de inflación anual se mantiene en el nivel más alto de los últimos dos años
El detonante de esta renovada expectativa de inflación es la trayectoria de fortaleza de la economía; también la entrada del nuevo gobierno de Trump y la amenaza de imponer tarifas que presionarían los precios en varios sectores; asimismo, debemos aludir a la preocupación sobre el elevado nivel de déficit fiscal en Estados Unidos combinado con la intención de reducir impuestos de la nueva administración y el elevado endeudamiento del gobierno norteamericano que ha crecido a más de 36 billones de dólares, con un costo financiero creciente; por último, la presión de alza que tiene el dólar contra otras monedas.
Todo ello suma a un escenario donde se ve difícil observar logros adicionales que reduzcan aún más la inflación anual.
Dado lo anterior, las expectativas de dos recortes al intervalo de la tasa de interés de referencia por parte de la Fed, planteado por los mismos miembros del Comité de Mercados Abiertos, se desvanece.
Las cotizaciones en el mercado de futuros de la tasa de fondos federales ven solo un recorte durante todo el año; asimismo, varias corredurías afirman que la posibilidad es grande de que la Fed no efectúe movimientos en las tasas e incluso hay quienes sugieren que si los datos mantienen la fisonomía actual la expectativa podría tornarse a favor de una nueva alza.
Como consecuencia de todo, las tasas en EU de largo plazo han experimentado un sólido repunte a lo largo del año. Ya se reconoce el Sell-off o el episodio de venta agresiva de bonos de largo plazo que han provocado un aumento fuerte de los réditos correspondientes a emisiones largas de más de un punto porcentual. La expectativa velada con respecto a la curva de rendimientos es que seguirá su empinamiento; es decir, las tasas de largo plazo seguirían elevándose (La tasa correspondiente al bono del tesoro a 10 años alcanzará en el corto plazo el nivel de 5%).
Conclusión breve 1: Hay que observar los datos de inflación de nuevo con atención y ver si las expectativas de que la Fed no moverá las tasas de interés a lo largo del año se confirman. Este es un escenario que no beneficia a las bolsas ni al mundo fuera de Estados Unidos.
Conclusión breve 2: La expectativa que se creó en el mercado de bonos mexicano de que la junta de gobierno de Banxico podría reducir hasta en medio punto la tasa de referencia doméstica no tiene sentido bajo la nueva narrativa. Hay que recordar que tal expectativa se fundamentó en los comentarios emitidos en la minuta de la última reunión de la junta efectuada hace un mes. Las cosas han cambiado.
Los nuevos datos y la expectativa de que la Fed no se mueva dificultan a Banxico intentar aplicar una trayectoria continua de baja de la tasa de referencia. Hay espacio para hacerlo, pero el riesgo implícito de una decisión agresiva ha cambiado. Bajar medio punto o acelerar la baja puede poner en entredicho la credibilidad del banco central.Es preferible seguir observando mucha prudencia en las decisiones de política monetaria local.