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Geopolítica

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Chile: refuerzan seguridad contra saqueos

La presidenta de Chile, Michelle Bachelet anunció medidas para enfrentar la emergencia que vive la zona centro-sur del país, tras el sismo de 8.8 grados que azotó el sábado a Chile, con un saldo preeliminar de 708 muertos.

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La presidenta Michelle Bachelet informó que la cifra de muertos por el devastador terremoto que arrasó Chile llegó hasta 708, con un creciente número de desaparecidos y militares que saldrán a las calles para reforzar la seguridad en medio de actos de saqueo y vandalismo en varias localidades.

La mandataria también pidió ayuda internacional para atender los daños y las necesidades de la población tras el terremoto de 8,8 grados que golpeó el centro del país el sábado.

Bachelet informó el dato que triplicó la cifra de muertos en una conferencia de prensa en el palacio presidencial La Moneda, en Santiago, después de una reunión de más de seis horas con su gabinete y jefes militares, que intentan enfrentar uno de los más potentes terremotos en siglos.

``Estamos ante una catástrofe de tal magnitud impensable, que requerirá un gigantesco esfuerzo'' para que Chile se recupere, dijo Bachelet.

La presidenta dijo que un creciente número de personas estaban reportadas como desaparecidas. Las autoridades han estimado en 2 millones los damnificados, 1,5 millones de casas afectadas de las cuales por lo menos medio millón estaban inhabitables.

Bachelet dijo que firmó un decreto a través del cual cedió a los militares la seguridad en la provincia de Concepción, en donde saqueadores habían vandalizado supermercados, gasolineras, farmacias y bancos.

El ministro de Defensa Francisco Vidal expuso que a partir del lunes ``van a estar activados alrededor de 10 mil hombres y mujeres de las fuerzas armadas y de orden'' para poner atajo a algunos brotes de saqueos registrados en la jornada en algunas ciudades afectadas por el terremoto.

La presidenta, quien entregará el poder el 11 de marzo, también dijo que el país aceptaría algunos de los ofrecimientos de ayuda internacional que han llegado de todo el mundo, pues necesitan hospitales de campaña, puentes, rescatistas para relevar a los hombres que empezaron la búsqueda el sábado, purificadores de agua y expertos en evaluación de daños.

Tareas de rescate

En la provincia de Concepción, equipos de rescate realizaban tareas de búsqueda de sobrevivientes en edificios desplomados, mientras otros vandalizaban tiendas y la policía se esforzaba en contenerlos. Eran contrastantes escenas protagonizadas por gente desesperada por comida o por hallar sobrevivientes.

La alcaldesa Jacqueline van Rysselberghe dijo que ``hasta ahora no se ha recibido ninguna ayuda'' alimenticia para los damnificados, lo cual ha desatado la caótica reacción en Concepción, a 115 kilómetros del epicentro del sismo y 500 al sur de Santiago.

Bachelet designó al general Guillermo Ramírez como responsable del orden público en esa provincia y dijo que convino con los dueños de cadenas de supermercados la entrega gratuita y ordenada de los abarrotes de primera necesidad almacenados en sus tiendas.

Los saqueadores, después de atacar un supermercado de cuatro pisos, atacaron dos farmacias robando todo lo que hallaron a su paso. Uno de los policías antimotines que rechazó identificarse dijo a la AP que ``no podemos hacer mucho, estamos sobrepasados''.

En Concepción también se vio gente utilizando mangueras para sacar gasolina de los tanques subterráneos de estaciones de servicio. Las turbas deambulaban por el centro y atacaban en bandadas. La policía permitía a algunos entrar a ciertos negocios con la condición de que tomaran sólo comida y tratando de mantener la situación en orden, se constató.

En San Pedro, ciudad separada por un río de Concepción, temprano se abalanzaron sobre un centro comercial. Una tienda de vídeos fue incendiada, dos cajeros automáticos fueron destrozados, un banco robado y un supermercado saqueado, en cuyo piso quedaron ciruelas aplastadas, comida de perro regada y botellas rotas de licor.

El sargento de policía René Gutiérrez vigilaba con otros efectivos el negocio vacío. ``Fue una muchedumbre. Sacaron todo. Ahora estamos acá solamente para proteger el edificio, lo que queda del edificio'', manifestó.

La policía intentaba proteger un supermercado frente al edificio Alto Río lanzando gas lacrimógeno y chorros de agua a presión, pero eso molestaba a los especialistas que limpiaban escombros con sierras y martillos hidráulicos, tratando de hallar sobrevivientes en la estructura desplomada de 15 pisos.

Testimonios

Al último sobreviviente lo encontraron el sábado a las 6 de la tarde y desde entonces solo han dado con siete muertos. Los socorristas salvaron en total a 26 personas vivas pero debían interrumpir los trabajos cada vez que las nubes de gas lacrimógeno llegaban hasta ellos.

Algunos salieron por sus propios medios, como Alberto Rozas, quien vivía en el 13er piso y dormía junto a su hija Fernanda, de 7 años, cuando empezó el terremoto. ``El terremoto y la caída fue todo una sola cosa y horrible''.

``Yo la abrazaba y ella nunca me dejó. Había polvo, ruido, todo cayendo. Nos metimos en el marco (de la puerta) del baño... después viene la caída y finalmente terminó'', relató Rozas a la AP. Aturdido y desorientado en medio de los escombros, Rozas no supo por un momento hacia donde buscar una salida hasta que ``la luz de la luna llena'' lo guió.

Removió un colchón, empujó a su hija para arriba a través de una ventana rota y luego escaló él mismo, luego ambos gatearon hasta el suelo y se alejaron caminando con apenas unos pequeños raspones y cortadas.

El terremoto desató un tsunami que dejó varios muertos y desaparecidos en el archipiélago chileno de Juan Fernández, pero apenas afectó a otros países, aun cuando cientos de miles de personas fueron evacuadas en varias costas del Pacífico. La alerta de tsunami fue cancelada un día después del terremoto.

Servicios paralizados

En Santiago el transporte público era irregular, pero el aeropuerto recibió un primer vuelo desde Lima, a donde la aerolínea LAN había desviado varios de sus unidades desde la víspera. El jefe de la Fuerza Aérea, general Ricardo Ortega, informó que esperaban la llegada de cuatro aviones más en el curso de la tarde.

Ortega señaló que en la terminal aérea sufrió destrozos en el área de atención al público, pero que la pista y la torre de control no sufrieron daños. Los aeropuertos en Antofagasta, en el norte, Rancagua en el centro y Puerto Montt en el sur están operando, aclaró.

Las averiadas carreteras del sur del país estaban congestionadas con miles de vehículos que intentaban llegar a la capital con personas que estaban en las playas o balnearios pasando los últimos días de vacaciones de verano.

Los chilenos cerca del epicentro fueron expulsados de sus camas por la fuerza del movimiento, que llegó incluso a sentirse en Sao Paulo, Brasil, a 2.900 kilómetros de distancia.

La Isla de Juan Fernández, a unos 1.500 kilómetros de las costas frente a Valparaíso, y toda la zona costera del Maule fue afectada por un tsunami que llevó sus aguas al interior de algunas localidades.

La AP constató que el casco histórico de la pequeña ciudad de Curicó, 200 kilómetros al sur, fue devastado, y la televisión mostró que fuertes marejadas golpearon a Constitución e Iloca, en la misma zona y en la comuna de Cobquecura, cerca de Concepción, en donde el 95% de las casas quedaron en el suelo.

Otro elemento escaso es el agua, lo que ha llevado a mucha gente a cavar sus propios pozos en plenas zonas urbanas, mientras que los municipios intentan paliar la situación distribuyendo el líquido vital en camiones cisterna.

Los supermercados permanecen cerrados por la falta de energía eléctrica aunque una cadena, en particular en Concepción, decidió abrir sus bodegas para que el público acceda de manera gratuita a bienes de consumo básico.

abp/apr Con información de CNN, AP y Notimex

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