Lectura 3:00 min
Las actas del BCE muestran apoyo a recortes de tasas graduales y prudentes
El BCE recortó los réditos por tercera vez consecutiva en diciembre y afirmó que podrían producirse nuevas reducciones, ya que la inflación podría alcanzar 2.0% a mediados de año, aunque el calendario y el ritmo de los recortes de tasas de interés seguían siendo objeto de debate.

El Banco Central Europeo (BCE) debe bajar las tasas de interés de forma prudente y gradual, pero es probable que siga relajando su política monetaria ante el debilitamiento de las presiones sobre los precios, concluyeron los responsables de política monetaria el mes pasado, según las conclusiones de su reunión de los días 11 y 12 de diciembre publicadas ayer 16 de enero.
El BCE recortó los réditos por tercera vez consecutiva en diciembre y afirmó que podrían producirse nuevas reducciones, ya que la inflación podría alcanzar 2.0% a mediados de año, aunque el calendario y el ritmo de los recortes de tasas de interés seguían siendo objeto de debate.
“Este enfoque prudente sigue estando justificado a la vista de las incertidumbres existentes”, mencionó el BCE en sus actas, que mostraron un apoyo unánime a un recorte de 25 puntos base (pb) tras un breve debate sobre un recorte mayor.
“No obstante, si se confirmaban las proyecciones básicas de inflación para los próximos meses y trimestres, se consideraba apropiado reducir gradualmente la restricción de la política monetaria”.
Ahora que la economía apenas crece, la atención del BCE se ha desplazado desde el crecimiento excesivo de los precios a una actividad anémica y un número creciente de dirigentes monetarios abogan ahora por bajar las tasas, al menos, hasta un nivel que deje de frenar el crecimiento económico.
Sin embargo, los responsables de política monetaria subrayaron que debían superarse más “puntos de control” antes de concluir que la inflación está realmente vencida, por lo que necesitaban mantener la opcionalidad y evitar comprometerse con un movimiento concreto de los réditos.
Por eso eliminaron una referencia a la necesidad de mantener las tasas “suficientemente restrictivas” sin añadir una nueva orientación, según las actas.
Aunque hubo un ligero impulso a favor de un recorte de tasas mayor, de 50 pb, dadas las débiles perspectivas de crecimiento, los dirigentes monetarios concluyeron que muchas de las dificultades eran de naturaleza estructural y que la política monetaria no podía resolverlas.
Los responsables de política monetaria también adoptaron un punto de vista matizado sobre la llamada tasa neutral, que ni frena ni estimula el crecimiento.
Varios dirigentes monetarios sostienen desde hace tiempo que este nivel debería ser el próximo objetivo, pero no existe una medición fiable de dicho tipo y está sujeto a estimaciones muy diversas. Así, los economistas sitúan la tasa neutral entre 2.0 y 2.5%, pero otras estimaciones se sitúan entre 1.75 y 3.0 por ciento.