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Israel ha logrado que el 95% de sus cultivos utilicen tecnología por goteo, un ahorro sin precedentes

Han tenido tanto éxito que uno de sus cultivos principales es el aguacate, incluso hoy Israel surte entre el 20 y 40 por ciento de la demanda de este producto a toda Europa, es decir, el 95% de su producción, se va a la exportación, esto porque el clima es ideal aquí y a pesar de que consume 10 metros cúbicos por hectárea por año ellos lo han logrado.

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Foto EE: Nelly Toche

Nelly Toche

Tel Aviv, Isarel.- Israel es un país muy pequeño con apenas 22 mil kilómetros cuadrados de territorio, tiene un clima desértico y no tiene suficiente agua, incluso para la vida cotidiana. Con 10 millones de habitantes, las fuentes hídricas no son suficientes, esto ha llevado a que los Israelíes tengan que pensar en opciones para lograr abastecer de agua tanto a la población como a sus campos e industrias.

Cuando los habitantes más actuales se establecieron en 1948, se tenía un millón y medio de habitantes y las aguas naturales eran suficientes, pero hoy definitivamente no es suficiente ¿Cómo Israel ha afrontado este reto? La respuesta ha sido la tecnología.

A lo largo de los años los gobiernos decidieron que la opción era utilizar aguas recicladas. En Israel los hogares, los animales, las industrias, la agricultura, todos utilizan las aguas varias veces, esto ha proliferado exponencialmente a la apuesta por la investigación y tecnología propia. En 1970, se reciclaba alrededor del 10% de agua, hoy se trata del 80 por ciento. "No hay ningún otro país en el mundo que pueda reciclar esta cantidad de sus aguas. En general podemos decir que utilizamos nuestras aguas el doble de tiempo", explica Odeel Israelí, miembro del Kibbutz Magal, es decir, un asentamiento colectivo en Israel donde los miembros viven y trabajan juntos, compartiendo los medios de producción y las ganancias.

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Foto EE: Nely Toche.

Grandes productores agrícolas

En este país el agua se raciona de una manera muy consciente, como ejemplo, tenemos el sector agrícola, aquí la mayoría de sus productos comestibles son regados por la tecnología del goteo, acompañados de reservorios de agua. Han tenido tanto éxito que uno de sus cultivos principales es el aguacate, incluso hoy Israel surte entre el 20 y 40% de la demanda de este producto a toda Europa, es decir, el 95% de su producción, se va a la exportación, esto porque el clima es ideal aquí y a pesar de que consume 10 metros cúbicos por hectárea por año ellos lo han logrado. "La única razón por la que podemos cultivar aguacate es porque utilizamos agua reciclada y tecnología, de otra forma no podríamos", recalca Odeel.

Aquí a través de las distintas investigaciones han entendido que el agua reciclada se puede usar sin problemas para árboles gruesos donde el agua no toca el fruto, pero para los demás productos lo que se hace es desalinizar el agua del mar Mediterráneo, "estamos produciendo agua y la inyectamos a nuestro sistema", con cada planta de desalinización se producen 100 millones de metros cúbicos al año, "desde que empezamos a producir el agua nosotros mismo, no tenemos más problemas con el agua, no tenemos escasez, tenemos la cantidad de agua que necesitamos y pagamos por ella".

Aquí el costo para la producción de un metro cúbico de agua es de 67 centavos de dólar, Cabe mencionar que en este país el agua no es un recurso privado, es estatal y aunque se usen concesiones y tecnologías para tratarla y llevarla a su destino, el agua es del Estado, él es el responsable del suministro, calidad, presión e infraestructuras, pero la gente debe pagar por ella.

Al visitar el Kibbutz Magal, podemos entender el proceso que agricultores han adoptado en todo el país para que este sector se vuelva viable. En este kibbutz, ellos utilizan la tecnología de Netafim, empresa pionera a nivel mundial sobre tecnología de riego por goteo.

¿Cómo funciona el riego por goteo?

El riego por goteo básicamente ahorra litros y litros de agua, pues hace eficiente la necesidad de la planta sin desperdicios, ¿cómo lo hace? Por medio de una tubería con orificios que irriga exactamente la zona de la raíz de una planta, con esto numéricamente se ahorra de entrada el 50% de agua de riego.

Esta tecnología comenzó en el Kibbutz Hatzerim, al sur de Israel, donde se cultivaba algodón en el desierto, una zona muy caliente donde se derrochaba mucha agua, al tratar de encontrar formas de irrigar, vino la idea de tomar un tubo largo y hacer orificios, pero el problema es que el agua no se distribuía de manera equitativa, el primero orificio tenía mucha presión, pero el último nada, la necesidad entonces era algo que retuviera las aguas dentro de esa tubería para que no fluya libremente, así se creó una especie de laberinto interno que permite el control del agua, de esta forma funciona el sector actualmente, pues el 95% de los agricultores en el país utilizan el riego por goteo.

De forma visual, lo que vemos es que se riega exactamente donde se necesita y lo que se necesita, aquí rápidamente los agricultores se dieron cuenta que no solo se trataba de ahorrar agua, sino que también se podían poner los fertilizantes en la misma línea, ahora esa agua lleva mezclado todo lo que necesita, esto se denomina "fertigación" y mejora el rendimiento en forma dramática, se tienen cosechas del doble y hasta el triple al año, explica Odeel, quién ha trabajado muchos años con esta tecnología.

La forma de trabajo ha tenido tanto éxito que hoy se distribuye en Europa, Estados Unidos, Australia y América Latina, incluida México; esto no debería sorprender pues Netafim fue vendida a Orbia, empresa mexicana, en 2017 y factura alrededor de mil trescientos millones de dólares al año solo por esta tecnología.

Ahora mismo "hay proyectos increíbles en todo el mundo", explica el especialista, pero no tan redondos como en Israel, pues la agricultura tiene una gran cantidad de variantes que la afectan y no todos los países han adoptado la tecnología de manera tan abierta y acompañado de políticas públicas. Hoy por ejemplo Netafim sigue desarrollando tecnología para trabajar en colinas, no solo en áreas planas, se denomina "gotero compensador de presiones", también mejoran lo cultivos verticales, trabajan con tecnología para cientos de hectáreas o para pequeños cultivos caseros, cuentan con computadoras que generan metadata para tomar decisiones con base en el clima, temperatura, viento, humedad, filtración ultravioleta, entre otros datos si es necesario, o también funcionan casi de manera mecánica, ellos siguen desarrollando tecnología que responde a un problema mundial, garantizar la seguridad alimentaria.

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Nelly Toche

Periodista de ciencia en la sección Arte, Ideas y Gente de El Economista. Cuenta con maestría en periodismo sobre Políticas Públicas por el CIDE y es licenciada en Ciencias de la Comunicación por la UVM.

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