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Finanzas Personales

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Convertir nuestros hábitos nocivos en constructivos (1 / 2)

Reconocer nuestros malos hábitos requiere de un ejercicio importante de autobservación y de honestidad; es necesario el apoyo de los que nos rodean.

Dicen que las personas somos criaturas de hábitos y rutinas. En otras palabras: como seres humanos, somos lo que hacemos y lo que día a día construimos de nosotros mismos.

Los hábitos son, simplemente, una serie de conductas que tenemos tan arraigadas dentro de nosotros que las hacemos sin darnos cuenta y sin pensar en ellas. Como, por ejemplo, la forma en que nos vestimos todas las mañanas.

Hay hábitos que son muy buenos: salir a caminar todos los días, llevar una alimentación balanceada o besar a nuestros hijos cuando llegamos tarde a casa. Pero también hay hábitos que son perjudiciales, como fumar o utilizar el coche incluso para ir a la tienda de la esquina.

En lo que se refiere al manejo de nuestro dinero, del mismo modo que en cualquier otro aspecto de la vida, muchas personas tenemos una mezcla de hábitos buenos y malos. A veces, éstos son los que nos impiden llevar nuestras finanzas personales en el debido orden.

Organización ante todo

El primer paso para tratar de erradicarlos y sustituirlos por otros mucho más sanos es, sin duda, identificarlos y conocer el daño que nos causan, es decir, el efecto nocivo tienen en nuestra vida financiera.

Lamentablemente, identificar una conducta que muchas veces hacemos de manera automática no es nada fácil. Primero, necesitamos darnos cuenta, y eso no es sencillo. Por ejemplo: una persona que tiene un trabajo de oficina y permanece ocho horas sentado sin levantarse más que para ir al baño puede no darse cuenta de que eso puede ser muy malo para su salud. Una vez que logre reconocer su conducta, podrá cambiarla y levantarse cada media hora de su silla a hacer estiramientos o dar un paseo de cinco minutos por los pasillos de la oficina.

Pero también hay personas que, aun cuando reconocen ciertas conductas, buscan maneras de justificarlas y convencerse a sí mismos de que en realidad son correctas. Esto sucede en todos los aspectos de la vida: las personas agresivas pueden justificarlo diciendo que tienen que defenderse si los atacan y que la agresividad es la mejor forma de lograrlo, aunque en realidad ésta lo único que hace es generar consecuencias nocivas para todos, incluso para ellos mismos.

En fin, reconocer nuestros hábitos requiere de un ejercicio importante de autobservación y de honestidad. También requiere ayuda de nuestra pareja o de los familiares con los que convivimos todos los días: ellos nos podrán ayudar a darnos cuenta de algunas conductas que de otro modo no podríamos identificar.

Es importante que hagamos una lista de todos: los buenos y los malos. Como mencionamos, muchas veces no reconocemos que algo que pensamos que está bien, en el fondo, puede tener consecuencias negativas.

Pensemos en todos los aspectos que tienen que ver con nuestras finanzas personales: cómo manejamos el dinero, cómo llevamos nuestro presupuesto, cuáles son nuestros patrones de consumo, si hacemos compras de impulso, si estamos endeudados, de qué manera invertimos nuestro dinero, cómo protegemos nuestro patrimonio, entre muchas otras.

Seguramente, nos daremos cuenta de muchas cosas que no son buenas para nosotros. Es necesario detectar debilidades para convertirlas en fortalezas.

En la segunda parte, daremos una lista de algunos hábitos que son nocivos para nuestras finanzas personales, y expondremos qué podemos hacer para convertirlos en conductas positivas y constructivas que nos permitirán tener una vida mejor.

*Te invito a visitar mi página: www.planeatusfinanzas.com. Sígueme en Twitter: @planea_finanzas

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