Nevería Roxy, deja helados a sus clientes

Roxy, es el nombre de una de las neverías más famosas y tradicionales de la colonia Condesa. Ésta, es una pequeña empresa que ha logrado posicionarse en el gusto de los consumidores desde 1944, por su tradicional forma de elaborar sus helados, que está basado en una técnica artesanal, con productos naturales y de primera calidad.

De origen familiar, este negocio nació en el antiguo cine Roxy de la ciudad de Guadalajara, al que le debe su nombre, y se trasladó a la ciudad de México, cuando la familia Gallardo Rubio cambió su residencia a esta capital.

Luis Gallardo Rubio, propietario actual de la nevería comentó que su papá Carlos Gallardo Escoto, fundador del negocio, tenía una gran pasión por los helados, principalmente por la nieve de limón blanca, que él comía cuando era niño y vivía en San Juan de los Lagos, “la mayoría de los negocios hacían la nieve de limón color verde y él decidió hacerla blanca como cuando era niño”, dijo.

“Asociado con un profesor llamado José de Anda, mi papá puso el negocio en el pórtico del cine Roxy. Ese señor era profesor de repostería de la escuela de artes y oficios de Guadalajara y fue quien le enseñó los secretos para elaborar los jarabes y seleccionar la fruta y hacer de las mezclas con crema y leche”, relató.

El empresario platicó que su padre decidió probar suerte en la ciudad de México y así fue como en 1946 abrió oficialmente su primer local en la calle de Fernando Montes de Oca, en la colonia Condesa.

"El segundo local que abrió mi papá fue en la calle de Mazatlán cinco años después, cuando otro amigo llamado Carlos Baldewingaerd rentó un local para abrir una nevería que nunca estrenó, junto con maquinaria de Estados Unidos, pero él le traspasó a mi papá el negocio, al que también le dio el nombre de Roxy”.

A este nuevo establecimiento, se le agregaron antojitos como tacos, tortas, enchiladas, hot dogs y pozole, pero no tuvieron éxito y tuvieron que suprimirlos "por problemas que se suscitaron con los sindicatos de meseros y cocineros y sólo se quedó con la nevería", comentó.

En los años 50´s compraron el edificio de la esquina de Mazatlán y Montes de Oca donde se ubica actualmente la nevería principal.

Cinco Generaciones

Son casi cinco generaciones de clientes las que han disfrutado de estos deliciosos helados, dijo Luis Gallardo , "ya que sus finos ingredientes naturales y su tradición en la elaboración artesanal han cautivado los paladares más exigentes, con la misma calidad que surtimos a los bisabuelitos hace 58 años, estamos surtiendo a los bisnietos de la actualidad y por eso seguimos vigentes en el gusto del consumidores”.

Hacer el helado 100% artesanal, es más caro, comentó, pero tiene como resultado una mejor calidad y "ese ha sido nuestro secreto, que nos hemos apegado a lo tradicional, con ingredientes sanos, no artificiales, que aunque representan un costo más elevado, nos garantiza la calidad del producto".

Comentó que ellos utilizan leche entera y crema de vaca, mientras la competencia utiliza grasa vegetal, "Las nieves de agua los hacemos con la fruta de temporada y una de nuestras novedades es la de fruta de maracuyá, que tiene buena demanda, así como la nieve de limón que fue la propuesta de mi papá y que se vende todo el año".

La competencia no le preocupa porque hay mercado para todo, pero que ésta por lo general fabrica el helado con máquinas de alta velocidad, que sólo lo infla y le da un sabor artificial, "mientras que el helado que hacemos nosotros, si usted deja desbaratar un litro de helado, le queda un litro entero de leche y con otros no ocurre igual", aseguró Gallardo.

La nevería ha crecido junto con la colonia Condesa y ha sido mencionada en varios artículos de revistas estadunidenses, especialmente en 2002, cuando cumplió 100 años.

El empresario ha recibido varias propuestas para franquiciar pero no las ha aceptado, porque "sería un poco como romper con la tradición familiar que hemos llevado, incluso tenemos clientes de las Arboledas, y otros lugares del Estado de México que nos visitan y nos han sugerido la idea, pero amablemente la hemos rechazado".

Lo que tiene planeado es abrir una nevería central y para que surta a sus sucursales para que el producto sea el mismo, sin franquiciar, de manera que quede todo en familia.

Comentó que la mejor temporada para la venta es la de primavera, pero que desafortunadamente en la época de lluvias, la demanda ha disminuído hasta 30% porque la gente prefiere no salir de sus casas, "incluso en época de invierno baja un poco, pero se vende bien, porque el sol quema, pero definitivamente la mejor etapa para la venta es la primavera”, agregó.

scolon@eleconomista.com.mx