Estados Unidos recupera su gloria

Estados Unidos se proclamó campeón del mundo por cuarta vez en su historia al derrotar en la final a Turquía (81-64), en el cierre del torneo en Estambul, donde Lituania se llevó el bronce y Argentina, que superó 86-81 a España, finalizó quinta.

Si un nombre simboliza el éxito estadounidense en el torneo, 16 años después de su última corona, ése es Kevin Durant, el joven prodigio de 21 años que ha asombrado en los últimos meses con los Oklahoma City y que ha sido la estrella absoluta, guiando a su equipo a la gloria.

Para él fue el premio al jugador más valioso (MVP) y fue incluido en el quinteto ideal, junto al argentino Luis Scola, el turco Hedo Turkoglu, el lituano Linas Kleiza y el serbio Milos Teodosic.

Pero más allá de galardones y otros honores, Turquía-2010 ha servido a Durant para ganarse los corazones de los hinchas, en un torneo que nacía muy herido por la ausencia de las grandes figuras del panorama internacional. En la final fue de nuevo clave para congelar el `infierno turco´, con 28 puntos.

Turquía-2010 se suma así a Brasil-1954, España-1986 y Canadá-1994 como las ediciones con campeón estadounidense, el que refuerza así su dominio en el palmarés y hace "doblete" en los principales torneos del basquetbol internacional, ya hace dos años se colgó también el oro en los Juegos Olímpicos de Pekín.

El joven plantel de Mike Kryzewski, que llegó al torneo con el estigma de ser considerado un "equipo B" por la ausencia de las principales figuras, consiguió terminar con una maldición de 16 años, desde que el Dream Team 2 de Shaquille O´Neal se impusiera brillantemente en Toronto.

"Este triunfo significa mucho para mí, sobre todo porque somos un equipo muy joven y esto nos va a reforzar de cara al futuro. Me alegro sobre todo por mis jugadores, que se lo merecían", dijo Krzyzewski.

Para el equipo local, este Mundial supone el mayor éxito de la historia de su basquetbol, superando la plata del Europeo del 2001, donde también cayó en la final ante su público de Estambul, en aquel caso ante la Yugoslavia (78-69) de Predag Stojakovic.

Justo antes, Lituania había conseguido el primer bronce de su historia en el Mundial -después de conseguir tres en los Juegos Olímpicos- con un brillante triunfo sobre una apática y cansada Serbia (99-88), que nunca tuvo opción ante el empuje de los bálticos.

Las `víctimas´ de ambos en cuartos, Argentina y España, tuvieron que verse relegados a disputar el choque por el quinto puesto, en el que ganaron los sudamericanos por 86-81, sufriendo al final tras una gran reacción de la Roja en la segunda parte, pero que terminó siendo infructuosa.