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Fake News sobre Benedicto XVI evidencian los defectos de la inmediatez informativa

La noticia se inició desde una cuenta no autentificada, más tarde se supo que el perfil de Twitter fue creado por el mismo personaje que difundió información falsa sobre la supuesta muerte de Vargas Llosa en mayo pasado.

Foto: Reuters

La tarde de este martes, la noticia por la supuesta muerte del papa emérito Benedicto XVI, cuyo nombre secular es Joseph Aloisius Ratzinger, se esparció como la pólvora. La fuente, una cuenta supuestamente propiedad del presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, obispo Georg Bätzing, cuya cuenta no está autentificada por la red social y hasta el momento de difundir la supuesta noticia solamente tenía cuatro tuits, tres de ellos asegurando el fallecimiento de Ratzinger en alemán, inglés y español.

Después de que la información no confirmada se volviera tendencia en Twitter a nivel mundial e incluso fuera replicada como un hecho por diversos medios de información, y sin esperar la confirmación oficial de la Santa Sede, dicha cuenta, tan sólo treinta minutos después anunció que fue creada por Tommaso Debenedetti, un supuesto periodista italiano, quien también difundiera el desmentido fallecimiento del Premio Nobel 2010, Mario Vargas Llosa, en mayo pasado.

Ni medios alemanes ni italianos, tampoco la cuenta oficial de la Conferencia Episcopal Alemana y mucho menos las vías de información de El Vaticano confirmaron la noticia. La periodista Valentina Alazraki, quien ha cubierto la fuente vaticana desde hace casi cinco décadas, calificó el hecho de “fake news” y compartió un tuit emitido por el Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño donde estimaron la falsedad por tratarse de una información sin fundamento.

Una papa histórico

Joseph Aloisius Ratzinger (Marktl, 16 de abril de 1927) fue elegido el segundo día del cónclave, el 19 de abril de 2005, como el papa número 265 después de la muerte de Juan Pablo II.

“Queridos hermanos y hermanas: después del gran papa Juan Pablo II, los señores cardenales me han elegido a mí, un simple y humilde trabajador de la viña del Señor. Me consuela el hecho de que el Señor sabe trabajar y actuar incluso con instrumentos insuficientes, y sobre todo me encomiendo a vuestras oraciones”, fueron las primeras palabras de Benedicto XVI en el balcón del Vaticano, ofrecidas en italiano.

El pontificado de Ratzinger se extendió solamente por ocho años, hasta el 11 de febrero de 2013, cuando anunció su renuncia al cargo tras alegar “falta de fuerzas”.

“He llegado a la certeza de que mis fuerzas, debido a mi avanzada edad, no se adecuan por más tiempo al ejercicio del ministerio petrino. Con total libertad declaro que renuncio al ministerio de obispo de Roma y sucesor de Pedro”, declaró entonces.

La noticia fue extraordinaria, dado que se trata del primer papa que dimite desde 1415, cuando lo hiciera  Gregorio XII, quien sin embargo fue obligado a renunciar. El precedente de una renuncia voluntaria sucedió con Celestino V en 1294.

Ratzinger mantiene su nombre como Benecito XVI y los títulos de papa emérito y obispo emérito de Roma. Vive en el Monasterio Mater Ecclesiae, ubicado dentro de los muros del Vaticano y se mantiene cercano al papa Francisco.

ricardo.quiroga@eleconomista.mx

kg

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