Calderón participará en su última Cumbre de Norteamérica

Washington.- El presidente Barack Obama recibe el próximo lunes al mexicano Felipe Calderón y al canadiense Stephen Harper para una cumbre norteamericana marcada por la creciente fiebre electoral en México y Estados Unidos.

La reunión tripartita en la Casa Blanca será la última cumbre norteamericana para el mandatario mexicano, que en diciembre deberá ceder su mandato tras seis años de presidencia bajo la pesada sombra de la violencia y el crimen organizado.

Calderón es contemplado con enorme simpatía en Washington por su guerra contra el narcotráfico, que dejó 50,000 víctimas en los últimos cinco años, y ha permitido una colaboración sin precedentes en materia de seguridad entre ambos países.

El gobierno de Obama ha profundizado esa colaboración que se gestó con la Iniciativa Mérida que firmaron Calderón y el entonces presidente George W. Bush en 2008, un programa que ahora está pasando a una etapa menos llamativa, de entrenamiento de policías estatales y locales en México.

Pero el presidente estadounidense, que enfrenta su propia y dura pelea electoral en noviembre, ya mira hacia adelante y hacia el próximo inquilino en la residencia presidencial de Los Pinos.

El vicepresidente Joe Biden se reunió con los principales candidatos presidenciales mexicanos durante su reciente visita a ese país.

Estados Unidos espera con cautela el probable retorno al poder del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y de su candidato, el ex gobernador Enrique Peña Nieto.

El discurso oficial es que no hay porqué dudar de la resolución mexicana a continuar la lucha contra el narcotráfico, y por su parte Peña Nieto así se lo garantizó a Biden en su encuentro del 5 de marzo.

La cumbre puede ser al mismo tiempo una ocasión para que Obama refuerce sus credenciales de aspirante a la reelección con más simpatía entre el electorado hispanoestadounidense, como confirman las encuestas.

La cumbre sólo durará unas horas, con una reunión inicial de los mandatarios y sus principales ministros, seguida de un almuerzo a solas de Obama, Harper y Calderón.

Tras una rueda de prensa, la reunión se cerrará sin que se espere la firma de ningún nuevo acuerdo destacable, informaron fuentes diplomáticas a la AFP.

Estados Unidos, México y Canadá son socios de un Tratado de Libre Comercio (TLCAN) que se mantiene sin grandes variables y con esporádicas peleas por diferendos comerciales menores.

A la espera de un posible acuerdo comercial transpacífico que dinamizaría enormemente al TLCAN, Canadá sigue siendo el principal mercado para las exportaciones estadounidenses, y México el segundo, con un 13% del total.

Estados Unidos está avanzando en su objetivo de duplicar el volumen de sus exportaciones en los próximos dos años y un buen desarrollo económico en México no hace sino beneficiar sus intereses.

Pero a medida que México crece, también lo hacen sus exigencias, como demostró al ganar el largo pulso para reanudar el paso de camiones mexicanos por la frontera sur de Estados Unidos.

La cooperación en materia de seguridad está también incrementándose simultáneamente entre los tres países.

El secretario de Defensa, Leon Panetta, se reunió con su homólogo canadiense Peter Mackay y los secretarios mexicanos del Ejército, el general Guillermo Galván, y de la Marina, el almirante Francisco Sayne esta semana en Ottawa, una reunión que Washington quiere se institucionalice.

"Hace una década, un encuentro de este tipo con México hubiera sido impensable", explicó Stephen Johnson, experto del Centro para Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS).

"Ayudar a estabilizar a México -por muy limitadas que sean las opciones de Estados Unidos- es un interés nacional más urgente que estabilizar sociedades en Oriente Medio", opinó Robert Kaplan, del Centro para una Nueva Seguridad estadounidense, en un artículo reciente.

MIF