A 10 años de las autodefensas, la violencia persiste en Michoacán: The Global Initiative

A 10 años del surgimiento de autodefensas de Michoacán (entre 2013 y 2015), quienes se dieron a la tarea de restablecer la paz y seguridad en la zona de Tierra Caliente, Michoacán, la entidad sigue siendo una de las más violentas del país, además de ser un claro ejemplo de cómo el Gobierno es capaz de cooptar, reprimir o institucionalizar a ciertos grupos violentos en México.

A través del informe “Diez años de vigilantes. Las Autodefensas Mexicanas”, Romain Le Cour Grandmaison, autor del estudio y experto de la organización The Global Initiative, señaló que tras investigar por más de cinco años el surgimiento de las autodefensas en Michoacán, logró identificar que pese a que tuvieron éxito en desmantelar al cártel de los Caballeros Templarios, a día de hoy, Michoacán sigue siendo hogar de decenas de grupos criminales y armados.

El informe muestra que el Gobierno federal, al aceptar dialogar formal e informalmente con estos grupos e intermediarios locales (ya sean líderes de las autodefensas, jefes criminales, activistas políticos o élites empresariales), acaba promoviendo la coerción y la violencia como herramientas clave de gobernanza, limitando así, o incluso impidiendo, la participación política de los ciudadanos.

Y es que se recuerda que luego del surgimiento de las autodefensas, el Gobierno del presidente Enrique Peña Nieto aceptó negociar con ellas, con el objetivo de reorganizar, desmovilizar y legalizar a estos grupos mediante una combinación de acuerdos formales e informales.

Lo que se dijo, permitió que estos líderes se convirtieran gradualmente en intermediarios que pueden controlar la política y la economía de la zona, así como la seguridad. Situación que se ha mantenido con el actual gobierno.

“El Gobierno del presidente Peña Nieto, al organizar y promover un diálogo con los hombres fuertes y los líderes armados, contribuyó indirectamente a legitimarlos como interlocutores y aliados. La actual administración federal del presidente Andrés Manuel López Obrador...ha seguido parcialmente el mismo camino de negociaciones informales con grupos criminales y armados locales.

“Con ello, el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador no parece haber logrado detener el uso de la fuerza para acceder al, o mantenerse en, el poder, especialmente para quienes utilizan la etiqueta de autodefensa”, advierte el informe.

El estudio, el cual se basa en investigaciones realizadas entre 2013 y 2022 en Michoacán, así como visitas de campo, y más de 70 entrevistas con miembros de grupos de autodefensa, miembros de cárteles de la droga, responsables políticos, activistas, funcionarios, periodistas y ciudadanos,también señala que las relaciones entre el Gobierno, los actores criminales y los grupos civiles armados se dan mediante diálogos, tensiones y conflictos continuos, sin embargo, en este proceso, ningún actor tiene el control total, lo que produce una inestabilidad constante para la seguridad pública.

Se dijo que aunque estuvieron activas durante un periodo corto, entre 2013 y 2015, las autodefensas de Michoacán, -que reunieron a más de 15,000 hombres armados en 34 municipios de Michoacán-, llegaron a tener conexiones con grupos criminales, quienes actualmente hna convertido al estado en escenario de un enfrentamiento especialmente violentos, en especial entre una de las organizaciones criminales más poderosas del país, el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), y una coalición de grupos criminales locales y antiguos grupos de autodefensa, llamada Cárteles Unidos.

En este contexto, el experto destaca que múltiples fuentes entrevistadas a lo largo de los últimos 10 años han confirmado que, desde 2013, Nemesio Oseguera Cervantes, "El Mencho", líder del CJNG, apoyó activamente a las autodefensas, en particular a través de una alianza con el grupo de Juan José Farias, El Abuelo, en Tepalcatepec, para acabar con los Caballeros Templarios.

“El Mencho, oriundo de Michoacán, había sido expulsado del estado por los Templarios años antes, y su grupo buscó la oportunidad de recuperar un punto de apoyo estratégico en la región a través de las autodefensas”, señala el informe.

Por otra parte, el estado sigue siendo una zona crucial para la importación y el tráfico de cocaína, la producción de metanfetaminas y la extorsión a empresas locales así como a agroindustrias de exportación multimillonarias, como las de producción de limón, frutos rojos y aguacate.

Mientras que durante esta década, la región se ha mantenido entre las cinco más violentas de México, con una tasa de homicidios de 51 por cada 100 000 habitantes en 2022, además de ocupar el primer lugar en desplazamiento forzado interno en 2021, con 13,515 personas desplazadas.

En conclusión, el informe subraya que el caso de las autodefensas muestra cómo las autoridades están dispuestas a trabajar discretamente con los caciques locales, porque valoran su capacidad para regular la violencia y mantener el orden a nivel local, hasta que adquieren demasiada autonomía y se desmarcan de las condiciones establecidas por las autoridades.

Y en cuanto el Gobierno detecta inestabilidad social, puede reprimir y sustituir a estos líderes por otros más proclives a seguir las normas, lo que también da a entender que las armas y la fuerza pueden utilizarse para hacerse de poder o mantenerlo.

“A pesar de la eficiencia y legitimidad de las cuales pueden gozar ciertos grupos de autodefensas, la seguridad pública no puede quedar en manos privadas. concluye.

kg