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Opinión

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Venecia se transforma con la visión del MIT y la sabiduría ancestral mexicana

La próxima Bienal de Arquitectura de Venecia, que abrirá en mayo de 2025 (¡la número 19!), tiene un título que ya nos pone a pensar: “Intelligens. Natural. Artificial. Collective.” Sonaría a “futuro” pero la realidad es que es totalmente de hoy.

Carlo Ratti —arquitecto e ingeniero italiano de gran influencia global— encabeza esta edición con una visión que entrelaza tecnología, urbanismo y pensamiento ecológico. En tiempos de transformación, señala Ratti, la arquitectura debe alimentarse de distintas formas de inteligencia: natural, artificial y colectiva. Debe tender puentes entre generaciones y disciplinas, desde las ciencias exactas hasta las artes, y cuestionar la noción tradicional de autoría para abrirse a procesos más inclusivos. Solo así podrá volverse tan dinámica y flexible como el mundo que busca imaginar y construir.

Ratti no es el típico curador. Dirige el Senseable City Lab en el MIT, un centro pionero que estudia cómo la tecnología digital cambia nuestra vida urbana. Además, tiene su propia firma de arquitectura (CRA-Carlo Ratti Associati).

Lo interesante es que su visión va más allá de la forma de los edificios; él dialoga con científicos, urbanistas, programadores y filósofos. Entiende que diseñar espacios hoy día está totalmente ligado a las urgencias del planeta.

Su propuesta para la Bienal es diferente. En vez de solo mostrar obras terminadas, la ve como un “laboratorio vivo”. Un lugar donde se encuentren y colaboren la inteligencia humana, la artificial, la de la naturaleza y la que surge de los grupos.

¿Qué significa esto? Que la arquitectura ya no puede ser una solución única dictada desde arriba, sino el resultado de una conversación constante con lo que nos enseña la tierra, los algoritmos, las comunidades y los sistemas vivos. Más que solo crear formas, se trata de facilitar conexiones.

México, en sintonía con esta visión

En este contexto, la participación de México tiene mucho peso. Nuestro país presentará el proyecto “Chinampa Veneta”, liderado por el arquitecto Ignacio Urquiza y un equipo multidisciplinario (incluyendo a María Marín de Buen, Ana Paula Ruiz Galindo, Sana Frini y Lucio Usobiaga). La idea es reinterpretar el modelo de la chinampa –esa genialidad prehispánica que combina agricultura, agua y cultura– para imaginar nuevas formas de urbanismo regenerativo, es decir, que ayude a sanar y recuperar el entorno.

Foto: Especial

Foto: Especial

La chinampa es más que una técnica agrícola; es un sistema inteligente, ambiental y social, una forma de vivir con el agua y crear comunidad. Inspirarse en ella no es solo nostalgia, es una apuesta por un futuro que valore el equilibrio entre lo humano y lo demás.

Además, el Tecnológico de Monterrey llevará el proyecto “Fostering Care Ecologies”. Propone crear laboratorios vivos en zonas vulnerables de México, donde estudiantes, investigadores y las propias comunidades diseñen juntos soluciones arquitectónicas que integren el cuidado mutuo, la tecnología y la participación de todos. Una iniciativa que captura perfectamente el espíritu de “intelligens”.

Como alguien apasionada por los cruces entre arte, ciencia y otras formas de saber, me entusiasma que esta Bienal nos invite a ver la arquitectura con más humildad y disposición a escuchar.

Carlo Ratti nos marca una dirección clara: el camino es colaborar, no imponer; regenerar, no sólo construir monumentos.

En un mundo con tantas crisis (ecológicas, tecnológicas, sociales), la arquitectura ya no puede quedarse solo en la forma o en el nombre del arquitecto. Necesita ser una práctica de inteligencia expandida, que aprenda del río, del algoritmo, del jardín, de los datos y de las tradiciones.

Una arquitectura que se atreva a dialogar tanto con el pasado –como con la chinampa– como con el código binario, y que esté dispuesta a transformarse con otros saberes.

México llega a Venecia con propuestas que no solo responden bien al tema, sino que lo enriquecen con nuestra propia historia y creatividad. En una época donde la inteligencia a menudo se mide por la rapidez, la arquitectura nos recuerda que también hay inteligencia en lo lento, en lo colectivo y en aquello que cuida la vida.

Quizás la gran pregunta detrás de toda la Bienal sea: ¿con qué tipo de inteligencia queremos construir y habitar nuestro futuro juntos?

Foto: Especial

Carlo Ratti. Foto: Especial

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Licenciada en Artes por la Bond University, de Australia, cuenta con un programa de Emprendimiento por el MIT. Es socia de El Lion que Ruge Films, una compañía independiente de producción cinematográfica. Colabora y es consejera en diversos medios con temas relacionados al arte, la cultura y la innovación. Curadora y Co-Fundadora de Artists’ Container.

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