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¿Día de emergencia nacional?

@campossuarez
Se acabó la espera, hoy sabremos si todas las expectativas se cumplen, si fueron una exageración o bien si el mundo se quedó corto en los alcances de un segundo mandato de Donald Trump.
No hay una sola razón para dudar de que todo lo que ha prometido, para algunos, amenazado, para otros, será política de gobierno a partir de hoy y en su lista de afectados está México en diferentes frentes.
A pesar de su contundente victoria electoral y de haber obtenido las mayorías legislativas para el Partido Republicano, las leyes estadounidenses mantienen candados que limitan los alcances de un Presidente.
Qué más quisiera Trump que tener los poderes supralegales que hemos visto en otros populistas del continente, algunos extremadamente cercanos.
Sin embargo, a pesar de esos contrapesos legales, las mismas leyes abren rendijas de poder especial en caso de que Estados Unidos se enfrentara a una situación extrema, como una guerra o algún peligro externo.
La apuesta es que Donald Trump estaría a punto de invocar las leyes de poderes especiales ante una declaratoria de emergencia, que lo mismo alcanzaría temas económicos, comerciales o de seguridad interna, que le den manga ancha en materia de migración o combate al narcotráfico.
El mayor reto para México es humanitario en caso de que las deportaciones se conviertan en una cacería urbana que provoque, además de redadas de la autoridad migratoria, una animadversión racial que enfrente a los ciudadanos de ese país con consecuencias fatales.
Y para México, la recepción de expulsados, mexicanos o no, implica una obligación de cuidar sus derechos básicos y disponer de sus destinos tras la deportación.
En lo que tiene que ver con temas económicos, la aplicación de aranceles a determinadas importaciones mexicanas provocará sobresaltos financieros, pero, sobre todo, debe generar una reacción firme del gobierno mexicano de aplicar de inmediato aranceles en espejo.
Con una respuesta al mismo nivel de belicosidad se puede acceder a la mesa de negociaciones en condiciones más paritarias a que solamente México se coma el castigo de los impuestos a sus exportaciones.
Pero el mayor de los retos está en la eventual declaratoria de grupos terroristas de los cárteles del narcotráfico.
La omisión total durante el sexenio pasado de combatir a los grupos del crimen organizado, con aquel sospechoso “abrazos no balazos”, podría hacer que internamente se justifique alguna acción, así sea externa.
Sin embargo, entre los efectos de una declaratoria de grupo terrorista está la restricción y sanción a los grupos financieros que colaboren, incluso con su desconocimiento, con estos delincuentes.
Está documentado que muchos grupos criminales utilizan las remesas para el flujo y lavado de recursos ilícitos. Así que, bajo una declaratoria de ese nivel, podrían sancionar o limitar a los grupos que intermedian esos envíos, eso implicaría una crisis financiera segura.
En fin, día uno de los 1,461 días que le restan al segundo mandato de Donald Trump y lo mejor escenario es creerle a Trump, tomar las medidas, de gobierno y de mercado, que sean necesarias para anticiparse a una eventual de declaratoria de emergencia que pinte de otro color al mundo.