El escándalo del Análisis técnico

Vaya escándalo que ha suscitado la publicación y divulgación del libro del Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ): “Análisis técnico de las 20 iniciativas de reformas constitucionales y legales presentadas por el presidente de la República” (que se puede encontrar en este enlace).

La crónica de los eventos es como sigue: primero se divulgó el libro. Después varios medios generalizaron la opinión de quienes escriben ahí a la de toda la UNAM. Por ejemplo, MVS encabezó: “Plan C: UNAM advierte por iniciativa de reformas de AMLO; ‘es dañina y regresiva’, asegura”. El presidente Andrés Manuel López Obrador, ni tardo ni perezoso, cargó contra la UNAM en su mañanera. Lo mismo de siempre: que se ha derechizado, que los expertos son predecibles y traen línea, pero sumó una nueva idea: que para qué se meten. ¿Cómo que para qué se meten los juristas? ¿Acaso la futura presidenta Sheinbaum Pardo no convocó, igual que está por hacerlo la Cámara de diputados, a un amplio diálogo sobre la reforma al poder judicial? Basta con tomar el libro del que hablamos para ver que en su primera página dice: “El IIJ ha participado en los grandes debates de la vida nacional, y se ha caracterizado por su rigor técnico, su profundidad argumentativa y su pluralidad. El gran paquete de iniciativas de reformas constitucionales y legales presentadas por el presidente de la República el 5 de febrero de 2024 no podía ser la excepción, dada la enorme relevancia de los cambios planteados. Con esta obra, coordinada por cuatro académicos, el IIJ cumple con su responsabilidad de contribuir a la discusión de los grandes problemas nacionales”. Es decir, en febrero el Ejecutivo presentó 20 iniciativas y algunos juristas de la UNAM se dieron a la tarea de revisarlas y emitir un análisis técnico, para así participar del debate nacional, tarea que, por cierto, es sustantiva de la UNAM.

Tras los ataques vino un comunicado de la UNAM para aclarar lo evidente, ni modo, los tiempos llaman a la prudencia: que el libro que publica Jurídicas “de ninguna manera representa un posicionamiento de la UNAM ni el sentir de su comunidad. En todo caso, los textos reflejan exclusivamente la opinión de los autores”. ¿Desde cuándo un libro publicado por investigadores de la UNAM representa la posición de la UNAM? Ante la ira presidencial, no está mal ondear una bandera blanca. Pero no, el asunto siguió, muchos, como José Antonio Crespo, señalaron que la postura del Rector, que sería la del comunicado, era timorata. Así lo puso el propio Crespo en su cuenta de X: “Un rector de la UNAM débil, temeroso, timorato, doblegado, plegado ante el poder. Por tanto, inútil. Dice que la comunidad universitaria no comparte el diagnóstico de los juristas”. Parece que la crispación postelectoral tiene a muchos con el insulto presto. Más sorprendente resulta que las críticas al comunicado vengan desde la UNAM: aclarar lo evidente no es timorato. Parecería que hay quienes quieren a un Rector que haga de oposición, pero su papel no es ese, sino salvaguardar los intereses de la Universidad y así, de la Nación.

Como si no bastara, vinieron ataques al libro desde otro sector de la comunidad universitaria, voces que denunciaron que si el libro fue publicado en cuatro meses, entonces era imposible que los textos que contiene hubiesen sido dictaminados por doble ciego, y que por lo tanto no podían ser capítulos académicos. Vaya confusión, son textos para el debate público, opiniones informadas, no capítulos académicos. Si un ingeniero hace un análisis técnico de una estructura, aunque no esté dictaminado, su análisis es valioso. Esas voces críticas también sumaron que con su libro, el Instituto de Investigaciones Jurídicas se descartaba solito del parlamento abierto que vendrá. Qué contradicción: por querer sumarse al debate hay quienes los descartan.

X: @munozoliveira