El peso, una moneda importante

En ocasiones anteriores hemos comentado los aspectos fundamentales que le dan sustento a una moneda, particularmente al peso mexicano, destacando que el tipo de cambio refleja el precio de una mercancía particular, que es el dólar.

Como cualquier mercancía el precio se fija por la interacción de la oferta y la demanda, es decir, si la oferta sube el precio baja y si la demanda es mayor el precio del dólar sube.

Si bien esta condición se cumple en el mediano y largo plazos, en el día a día se pueden presentar escenarios de incertidumbre que a su vez ocasionan movimientos erráticos en los mercados financieros, incluyendo el cambiario.

¿Qué tanto afectan los episodios negativos a una moneda en el corto plazo?

Depende entre otras cosas de la profundidad que tenga el mercado cambiario y de su bursatilidad o grado de operación.

En este sentido uno de los estudios más relevantes para comparar la operación internacional de las monedas es el realizado por el Banco de Pagos Internacionales (BIS).

El BIS levanta una encuesta sobre el volumen operado en el mercado cambiario, de derivados cambiarios y de tasa de interés cada tres años, siendo la más reciente la aplicada en abril del 2007 y la cual arrojó resultados interesantes.

En esa encuesta participaron 54 bancos centrales y autoridades monetarias de igual número de países.

Para el caso de México se invitó a Banxico a recabar la información sobre la actividad cambiaria, seleccionando a un grupo de 10 bancos, dos casas de Bolsa y dos casas de cambio que en su conjunto representan 95% del volumen operado en el mercado cambiario y de derivados en el país.

Uno de los resultados más importantes es que más de 60% de la operación del peso mexicano se realiza entre instituciones fuera del país y que al menos una de las dos contrapartes es extranjera en 90% del volumen global.

En esa misma encuesta, se observó un alza importante en el volumen global operado por el peso, toda vez que se incrementó de US20,000 millones diarios en el 2004 a US40,000 en el 2007, de los cuales US15,300 es decir 38%, se operaron en el mercado local y el resto globalmente.

Sin lugar a dudas el resultado más relevante del estudio realizado por el BIS es que la moneda mexicana se ha internacionalizado de manera significativa y se encuentra entre las monedas favoritas de los operadores cambiarios a nivel global.

De hecho en el 2007 el peso mexicano se ubicó en la posición 12 de entre las monedas con mayor operación en los mercados globales y la número uno de los países emergentes seguida por el dólar de Singapur en la posición 13 y el won surcoreano en la 14.

Es una buena noticia que el peso mexicano se opere internacionalmente, sin embargo, también tiene inconvenientes.

Quizá el más importante es que al ser una moneda altamente liquida, la incertidumbre que se presenta en el ámbito externo y que ocasiona un incremento en la aversión al riesgo propicia la salida de nuestra moneda con el objeto de dirigir los recursos hacia destinos de inversión considerados más seguros.

Lo que estamos viendo actualmente con el tipo de cambio es precisamente el reflejo de indicadores en EU peores a los estimados, lo que alimenta la posibilidad de que la desaceleración en ese país y en el mundo sea más pronunciada de lo anticipado.

Así, los actuales niveles del tipo de cambio se presentan como atractivos para disminuir las posiciones en dólares.

En cuanto a la operación global del peso, en septiembre el BIS dará a conocer los resultados de la encuesta 2010, ya los comentaremos.

*Manuel Guzmán M. es economista en jefe de Ixe Grupo Financiero. Su opinión no representa necesariamente la posición de la institución.