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Finanzas Personales

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El patrimonio no se crea de la noche a la mañana

La persistente creencia en productos financieros milagrosos sólo pone en riesgo nuestro dinero.

Es increíble la cantidad de gente que busca de manera consistente recetas para hacerse ricos de la noche a la mañana y casi sin esfuerzo.

Aunque les trato de poner las cosas en perspectiva, muchos parecen estar convencidos de que sí se puede y quieren por lo tanto descubrir el secreto de quienes lo han logrado.

Sin duda existe un combustible que alimenta esta búsqueda: la enorme cantidad de productos milagro que se promocionan en Internet y en redes sociales: métodos para generar ingresos sin tener que trabajar o desde la comodidad de la casa, promesas de rendimientos enormes a través de opciones binarias, contratos por diferencias, criptomonedas como el bitcoin, metales sumamente volátiles como el oro, entre muchas otras.

Sin embargo, todas estas opciones tienen un riesgo enorme, el cual mucha gente parece ignorar.

Inversiones demasiado buenas para ser verdaderas

Por eso también parecen tener en nuestra sociedad mucho éxito los fraudes piramidales (esquemas tipo Ponzi) como La flor de la Abundancia, el Círculo de la Prosperidad, la Mandala de la Amistad o esquemas similares, que simple y sencillamente se tratan de estafas.

No obstante, la gente termina creyendo en ellos porque al principio les va bien y porque sus creadores también se encargan de lanzar artículos en la red que los defienden como una manera honesta de ganar dinero.

Si uno los analiza bien se dará cuenta de que los recursos que se reparten dependen de que ingresen nuevas personas al sistema.

No se produce nada, no se crea nada, no hay una manera de que el dinero crezca. Simplemente se trata de reclutar personas, y los pagos salen del dinero que éstas meten... hasta que deja de haber ingresos y todo se derrumba.

Lo peligroso es que cada día salen esquemas de este tipo que toman como pretexto activos reales.

Como, por ejemplo, la rentabilidad de invertir en criptomonedas , te ponen el ejemplo de cómo ha crecido el valor del bitcoin y te seducen con el sueño de hacerte rico.

Sin embargo, al final es el mismo esquema: reclutas gente que ponga dinero y de eso dependen tus ganancias.

Siempre hemos insistido en algo de sentido común: si lo que te ofrecen parece demasiado bueno como para ser verdad, entonces es demasiado bueno para serlo. Si fuera tan sencillo todos seríamos millonarios.

En realidad la única manera de hacerse rico rápidamente, de la noche a la mañana, es con un golpe de suerte: sacarse la lotería, recibir una herencia, ser tan bueno en un deporte que a uno lo contraten por millones, o bien, que a uno le compren su empresa por mucho más de lo que vale.

No es magia: es paciencia y disciplina

La gente inteligente sabe que todos podemos construir un patrimonio significativo, pero esto se hace poco a poco, con el tiempo.

En este espacio hemos hablado ya del poder del interés compuesto, que es la variable que lo hace posible.

Todos los demás podemos lograrlo, pero no de la noche a la mañana. Construir un patrimonio es posible, independientemente de nuestro nivel de ingresos, pero requiere esfuerzo, disciplina y, sobre todo, constancia.

Es decir, ahorrar un poco todos los meses e invertir ese dinero de manera inteligente. Son sólo dos ingredientes, que se deben usar de manera inteligente.

Haga del interés compuesto su aliado, no su enemigo

La fuerza que nos permite crear patrimonio es la magia del interés compuesto, de la cual hemos hablado antes en este espacio, pero que seguiremos haciendo porque es sumamente importante.

Es lo que hace que nuestro dinero crezca de manera importante, pero para que ese poder se detone se requiere tiempo.

Recordemos que si invertimos nuestro dinero a una tasa de 10% anual (lo cual es un rendimiento que se puede lograr, de manera realista, con un portafolio diversificado), lo estaremos duplicando cada siete años.

En un horizonte largo 40 años combinado con ahorro constante, el poder es impresionante.

No olvidemos que Albert Einstein decía: El interés compuesto es la octava maravilla del mundo. Aquél que lo entiende, gana... aquél que no, lo termina pagando . Porque puede trabajar en nuestro favor, pero también en nuestra contra (como sucede cuando nos endeudamos).

Te invito a visitar mi página: http://www.PlaneaTusFinanzas.com, el lugar para hablar y reflexionar sobre finanzas personales.

Twitter: @planea_finanzas

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