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Gestión de riesgos baja, sólo 37% de los CEOs tiene una estrategia
La retención y atracción de talento, así como la seguridad energética, los ciberataques y las nuevas regulaciones son algunos de los riesgos a lo que se enfrentan los directivos.
Los directivos no cuentan con una estrategia de gestión de riesgos.
Los riesgos a los que se enfrentan las empresas han cambiado en los últimos años, anteriormente los principales eran; robo, fraude y pérdida de materiales, pero ahora son intangibles, como perder relevancia en el mercado y atraer y retener talento.
Sin embargo, sólo 37% reconoce tener un estado de madurez progresivo o avanzado en la gestión de riesgos y el 31% dice estar en una etapas inicial o básica, es decir, la gestión se realiza de forma aislada y reactiva y no hay procesos definidos, revela el estudio “Perspectivas de la Alta Dirección en México 2025. Incentivar la transformación para superar los desafíos” de KPMG.
Esto representa que la basta mayoría no tienen encargados de la administración de riesgos o alguien que se dedique a pensarlos, identificarlos y mitigarlos”, comentó Ricardo Delfín, socio líder de clientes y mercado de KPMG México.
Principales riesgos
Los directivos detectaron diversos riesgos en tres áreas; ambientales, sociales y gobernanza (ASG). El principal riesgo se da en el tanto, en la retención y atracción, así como en su salud y bienestar, seguido de la disponibilidad y seguridad energética, la falta de acceso a fuentes limpias, renovables, la carencia de protocolos de calidad y seguridad en productos y servicios.
Sin embargo, a estos se suman los riesgos tangibles, como ciberataques, ser víctima de fraude, nuevas regulaciones y disrupciones en la industria por cambios tecnológicos.
Sobre los aspectos ASG, Ricardo Delfín detalló que 41% de los líderes considera que sus planes en temas ambientales, sociales y gobernanza son limitados, mientras que el 22% lo considera maduro.
¿Cómo enfrentar los riesgos?
Para contener y mitigar estas amenazas de manera efectiva, así como enfrentar los eventos disruptivos como los cambios de gobierno en México y Estados Unidos, los conflictos comerciales y geopolíticos, entre otros, las organizaciones deberán implementar estrategias alineadas a la ética empresarial e incentivar la innovación.
De acuerdo con el estudio de KPMG, el 57% de las organizaciones buscará garantizar el control de costos y gastos, 47% generar nuevos flujos de ingresos, 46% ampliará la oferta de productos y servicios y digitalizará procesos mediante nuevas soluciones tecnológicas, asimismo 45% optimizará la experiencia del cliente.
Por otra parte, los CEOs consideran al capital humano como un pilar fundamental para desplegar dichas estrategias, para ello buscarán crear una cultura enfocada en un propósito y desarrollar las habilidades del talento, así como brindarles las herramientas necesarias para adaptarse a la disrupción constante.
Innovación, parte de la estrategia
La innovación también será parte de la estrategia que implementarán las organizaciones; sin embargo, sólo 12% dice que ésta forma parte de su ADN, mientras que 55% está en una etapa controlada, y el 24% en una etapa inicial.
En cuanto a la inversión, el 14% de los directivos están dispuestos a invertir entre el 6 y 10% en innovación.
Las organizaciones que no están fomentando la innovación y la transformación digital de una forma holística, institucional, corren el riesgo de perder relevancia, incluso en muy corto plazo”, señala Ricardo Delfín.
El objetivo de la estrategia de innovación es incrementa la productividad y ventas, mejorar la experiencia del cliente, desarrollar nuevos productos y mejorar la capacidad de análisis para la medición del desempeño del negocio.
“Se está viendo la innovación con una visión hacia terceros, no nada más para automatizar o tener procesos internos. Las empresas deben considerar su innovación de manera proactiva”.
