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Productividad, el eje del crecimiento

Se deben diversificar las manufacturas en sectores y regiones

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Se deben diversificar las manufacturas en sectores y regiones

El pasado 27 de mayo, el presidente Enrique Peña Nieto instaló junto con empresarios, trabajadores y la academia, el Comité Nacional de Productividad, mediante el cual se definirán las metas, estrategias, acciones y prioridades a seguir para conseguir que México sea un país más productivo y, por ende, más próspero.

Si bien el titular del ejecutivo reconoció que aumentar la productividad es un gran desafío y que para lograrlo se requiere el trabajo conjunto de todos los actores de la sociedad, hay varios puntos que se tienen que ligar a esta iniciativa para acelerar la recuperación económica que se necesita y contar con una mayor estabilidad y blindaje posible ante cualquier nueva crisis mundial.

Por años la Iniciativa Privada ha solicitado al gobierno y a los partidos llevar a cabo las reformas estructurales que requiere el país, sin que esto se alcance favorablemente. Así que, ante los eternos desacuerdos por parte de los partidos políticos para contar con los verdaderos cambios que se necesitan en sectores clave, será importante que la sociedad y los empresarios unan sus esfuerzos para que México avance no sólo en productividad, sino en otros factores, como inversión, la apertura a campos o mercados en los que aún no hemos incursionado y continuar con el fomento al financiamiento para las pequeñas y medianas empresas (pymes) y los emprendedores.

Tal y como lo mencionan Roberto Batres y Luis García-Calderón en el libro México: el despegue hacia la reconstrucción económica, de la editorial LID, nuestro país puede salir adelante sin que se hayan alcanzado las reformas de fondo de las que tanto se habla y lo exponen con distintos casos de éxito de naciones que han salido adelante, tras tomar nuevos caminos, que no son los que ofrecen los políticos.

Sucede que en México se han vivido, en los últimos años, dos tipos de crisis: la estadounidense, que va de la mano con la mundial, y que es la que ha captado la mayor atención durante los últimos cuatro años; y la crisis crónica mexicana, la cual ya está tomando nuevamente mayor visibilidad por la leve recuperación mostrada por Estados Unidos, país en el que nos empeñamos en seguir enviando 80% de las exportaciones con manufacturas en sectores donde el país vecino del norte ha mostrado los menores avances.

Según Batres y García- Calderón, a pesar de que México se ha convertido, tras el TLCAN, en una potencia de manufacturas, tras haber exportado 14,000 millones de dólares en 1990 a 245,000 millones en el 2010, su error ha sido enviar casi todo a un solo destino (EU), dejando menores porcentajes a la Unión Europea (5%), Canadá (4%) y China (1%), entre otros.

Incrementar la productividad del capital humano tiene que ver con educar y ser una fuente de formación eficiente del mismo. Si las empresas no invierten en este rubro, no pueden esperar a tener mejores desempeños ni permanencia de largo plazo.

Esta productividad debe enfocarse en la apertura de nuevos tipos de manufacturas que permita la diversificación, no sólo en productos y sectores, sino en regiones.

El estancamiento crónico que México ha vivido en las últimas décadas se puede revertir si preparamos mejor a nuestro capital humano, si financiamos adecuadamente los emprendimientos y, si el gobierno se lo propone, contar con un gasto eficaz de la administración del gasto público.

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