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¿Precios justos o precios correctos? ¿A dónde van los commodities agrícolas?
El campo encuentra en un escenario de precios bajista de mediano y largo plazo, el diseño y la querencia de la autoridad es darle un respiro al consumidor, y eso incluye una caída de precios generalizada
Buenos días, buenas tardes, buenas noches. Gusto en saludarte.
La pugna de precios es la resultante de un esfuerzo comercial mal ejecutado y una carente estructura de administración de riesgos. Cuando tienes que negociar a base de precio, los bienes en cuestión carecen de valor y terminan siendo simplemente transaccionales y fácilmente sustituibles, en muchos casos esta es la característica del commodity.
Poco valor, y alta capacidad de sustitución, sea por alguien local, o foráneo. Obvio que lo anterior puede parecer simplista o incompleto, especialmente en actividades de campo en las que hay un grado amplio de intervención pública, proteccionismo, o sobre carga impositiva.
Los productores agrícolas del mundo trabajan en la mayor incertidumbre posible, la fábrica a cielo abierto es un centro de negocios variante y volátil. Si a ello se le agrega la negligencia de muchas políticas públicas obtusas, el resultado en lo negativo tiende a multiplicarse.
Hoy el mundo encuentra escenarios productivos múltiples que buscan empatar producción dispar con demanda vulnerada. Las economías del planeta intentan ajustar valores de bienes varios a las bajas tras un embate inflacionario lacerante, las autoridades económicas del mundo han intervenido en los mercados de maneras varias para frenar la crecida de precios y el resultado no es equitativo en diferentes economías regionales.
El campo encuentra el día de hoy un escenario de precios bajista de mediano y largo plazo, el diseño y la querencia de la autoridad es darle un respiro al consumidor, y eso lógicamente incluye una caída de precios generalizada, que tristemente llega a destiempo.
El riesgo de las cadenas productivas es quedarse descalzadas, y que el precio de venta caiga antes que puedan reemplazar la producción con menores costos.
Hoy, por ejemplo, el costo de los fertilizantes ha caído considerablemente, sin embargo, para lo que se produce en este momento, se tuvo que decidir la compra en tiempos pasados donde los precios eran más altos y si no tenías un amarre con coberturas, el precio a la baja de ventas descalza tu estructura de negocios.
Y ahí es donde viene el drama pues se exige un precio justo, pero con las circunstancias actuales no es el correcto.
El empresario de campo vio precios subir por fuerzas y condiciones varias que han dejado una zona de rentabilidad adecuada, ni mucho ni poco. Si como productor te gustaba ese estado de negocio, la obligación era asegurar rentabilidad vía coberturas. Y sí.
Aquí viene el argumento del costo de las coberturas, pero si te gustan los duraznos te tienes que aguantar la pelusa. Hoy la caída de precios internacionales ofrece mejores alternativas importadas, y para la producción que se quedó atorada en costos altos y la nostalgia de mejores precios el escenario no es justo, y estamos de acuerdo.
Pero es el correcto dado lo que tenemos en juego, y como dice la biblia podrían venir cosas peores.
La segunda mitad del año nos trae en puerta el mayor espacio exportador de maíz brasilero en la historia, los norteamericanos estarán cultivando un ciclo agrícola nuevo que, si el clima no se opone, alcanza para rellenar existencias.
La balanza de riesgos presenta un horizonte complicado, pero no definido. Nunca es tarde para que fijes estos escenarios como los peores precios de venta y esperes desde la cobertura mejores condiciones más adelante.
Y como comprador, bueno pues las raíces de los árboles no llegan al infierno tampoco, con lo cual, establecer los precios actuales como techos, quedándote abierto a comprar si el mercado cae más adelante no es mala estrategia. ¿Estás en buenas manos?