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Bistronomie

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¿Dónde tomar chocolate belga y vino caliente? Así se vive el invierno en Frituur

Cuando baja la temperatura, Frituur se transforma en un refugio europeo en la Condesa donde el chocolate caliente, el vino especiado y la cocina reconfortante encuentran su mejor momento.

Hay restaurantes que funcionan bien todo el año, pero que en diciembre alcanzan su mejor versión. Frituur, en la colonia Condesa, es uno de ellos. Su propuesta gastronómica, inspirada en el norte de Europa —entre Bélgica y los Países Bajos—, cobra otra dimensión cuando baja la temperatura y la ciudad entra en ese ritmo más pausado que acompaña el cierre del año.

Uno de los grandes protagonistas de esta temporada es el vino caliente, conocido como glühwein. Vino tinto servido caliente, especiado, con notas cítricas y aromáticas que remiten de inmediato a los mercados navideños europeos. No es una bebida para beber con prisa: se toma para entrar en calor, para acompañar la conversación y para alargar la tarde. 

El segundo gran momento llega con el chocolate caliente, elaborado bajo la tradición belga. Aunque forma parte de la carta todo el año, en esta época adquiere un significado distinto. Espeso, profundo y con un perfil intenso de cacao, funciona como refugio frente al frío y como cierre natural de una comida o como pretexto para quedarse un rato más. 

FritturCortesía

Las mañanas también tienen un papel especial. Frituur entiende que el frío cambia el apetito, y por eso sus desayunos se sienten particularmente reconfortantes en esta temporada. A esto se suma el especial del mes de diciembre: el sándwich recalentado navideño, un platillo que captura el espíritu de las fiestas en un formato cotidiano. Lleva pavo horneado, queso brie, arúgula, salsa de arándanos y una mayonesa de trufa que aporta profundidad. Es un bocado equilibrado entre lo salado y lo dulce, familiar y refinado, disponible solo durante este mes.

En la comida, el sello europeo de la casa se expresa con mayor fuerza. Técnicas, producto y sazón remiten a esa cocina honesta y reconfortante propia de la región entre Bélgica y los Países Bajos. Destacan, sin duda, los mejillones en vino blanco, un plato icónico que resume la esencia de Frituur: producto bien tratado, sabores profundos y una clara vocación de confort. Es uno de esos platillos que, aunque están todo el año, saben mejor cuando el clima acompaña.

FritturCortesía

Frituur no cambia su propuesta en diciembre, pero el contexto lo transforma todo. El frío, las bebidas calientes, los platillos de temporada y ese ambiente más pausado hacen que la experiencia se sienta más intensa, más acogedora y más memorable.

  • Dónde: Calle Campeche 276, Hipódromo.
  • Precio promedio: 700 pesos por persona.
  • Nota: no se aceptan reservaciones. 

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