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Long Story Short: La cocina que convierte a Wicked en una experiencia sensorial
Long Story Short transformó el universo visual de Wicked en una experiencia culinaria y sensorial única, de la mano de la chef Ximena Aréchaga.
En Long Story Short, la creatividad no sólo se sirve: se siente. Fuimos invitados a vivir una experiencia sensorial que combinó cocina, tragos, música, colores y narrativa, en un homenaje culinario que este espacio preparó con motivo del estreno de la segunda parte de Wicked, que llegará a las salas el próximo 20 de noviembre de 2025. Pero más allá del pretexto cinematográfico, lo que descubrimos fue el poder de una chef capaz de transformar una historia fantástica en sabor, textura y emoción.
La responsable de este despliegue es Ximena Aréchaga, chef y socia del lugar, quien concibe la gastronomía como un acto de expresión artística. “La cocina es arte. Es una manera de expresar emociones, personajes, historias… y queremos trasladarlo a cada platillo y a cada bebida”, cuenta. Bajo esa premisa, Long Story Short funciona como un laboratorio narrativo: cada menú se construye alrededor de una historia, un concepto o una emoción.
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Con Wicked el reto fue tan visual como gastronómico. ¿Cómo llevar a la mesa los icónicos tonos verdes y rosas sin recurrir a colorantes artificiales? Aréchaga lo resolvió desde su filosofía: trabajar únicamente con ingredientes naturales y proveedores locales. “Nos fuimos directo a la paleta de colores de la película y buscamos cómo representarla con ingredientes reales. No usamos colorantes; todo viene de productos naturales”, explica.
Long Story Short y wicked
Los tragos también jugaron su papel. Con técnicas de cambio de pH y combinaciones pensadas para modificar su color al mezclarse, los cócteles replicaron esa magia visual tan característica de la historia que originó el musical. “Queríamos que fuera una experiencia visual: que vieras un color al inicio y otro después. Todo con sentido”, dice la chef.
Así, el paladar y la vista se unieron para contar un relato. Y aunque Wicked fue el motivo de la noche, lo sorprendente fue comprobar cómo Long Story Short logra llevar cualquier historia —fantasiosa o real— a un menú. Su próxima carta, que se lanzará en dos semanas, estará inspirada en frecuencias musicales: platos y bebidas creados para provocar sensaciones similares a las que transmite una canción. “Buscamos emociones. Esta canción alegre que escuchas, queremos que la sientas en un cóctel o en un platillo”, detalla.
Long Story Short y Wicked
Long Story Short abre de lunes a sábado, de 5 de la tarde a 3 de la mañana.